Lo interesante del documental no pasa por la Helvetica en si. Esa es solo la excusa, para lo que verdaderamente persigue la película: poner en evidencia el momento por el que pasa la actividad, el cruce de opiniones, las formas de concebir al diseño gráfico.
Tal ves en una primera mirada, parece bastante superficial la estructura que lleva (una linea de reconocidos diseñadores, uno tras otro, explicando porque aman la helvetica, o porque la odian)
pero en definitiva invita a la reflexión, deja en tela de jucio el estado de las cosas, y no se para en esa posición de ¨fan¨de la letra. Para nada.

Una película por diseñadores para diseñadores, muy recomendable.