Acabo de ver este filme y me ha dejado gratamente sorprendido. Richard Jenkins borda el papel de profesor aburguesado con «tenure» atraído por los ritmos bantúes. Película indudablemente de autor y con una gran dirección de actores, que pone de manifiesto la a veces irracional actuación del Departamento de Inmigración norteamericano (INS). Y como telón de fondo una historia de amor muy bien tratada.
De lo mejorcito de este año.

Pastiche engañosamente posmoderno con pretensiones psicológicas y burdos destapes. El reparto no cumple. Los diálogos son insufribles.

Engendro fílmico con acertijos descifrados en tiempo récord y un villano pululando por la villa romana como Pedro por su casa. El peluquín de Tom Hanks cada vez se va notando más. Final híbrido entre folletín gótico y fábula circense con caída al foso crematístico.

O me he perdido algo o no entiendo cómo se puede calificar esta patochada de obra maestra. La idea original no da para mucho, sobre todo si el que tiene que sacarle jugo no sabe escribir guiones. La escena de vida familiar con el Twist And Shout de fondo es de lo peor que he visto en mi vida en una pantalla. Potoso.

Pésima película. Estructura argumental más vista que el tebeo (léase Amores perros) y con interpretaciones poco convincentes. Ninguna de las minihistorias es creíble, pero su conexión parcheada es todavía más inverosímil.