Voz en Off, jugadores platicando, hablando por teléfono, cortándose el cabello, bañándose, recibiendo masajes, recibiendo y contestando mensajes en su celular, volviendo hablar por teléfono, tomas de penes, mas jugadores recibiendo llamadas, jugadores nadando en piscinas, jugadores durmiendo, más tomas de penes, encuadres de nalgas, mas penes, más charlas (inaudibles, por cierto), más cortes de pelo. Lo anterior es una sinopsis más apropiada de la película que la propuesta por el realizador

Y es que no se recibe lo prometido (sinopsis oficial) nunca se alcanza a ver lo que el director promete al inicio de la película. Martín Farina (según sus propias palabras) se empeña en este trabajo a mostrar la verdadera cara de un jugador de fútbol (la humana), como vehículo para lograr su objetivo utiliza la voz en off para dar una breve reflexión sobre lo que se verá posteriormente en imágenes, él intenta (y digo intenta porque no lo consigue) mostrar el lado humano del jugador de fútbol, quiere y aboga por mostrar y provocar la empatía con los filmados, nunca lo consigue, lo que observamos a lo largo de todo el documental es la imagen que los medios de comunicación casi siempre nos muestran y esta imagen no es otra que la de un hombre sin mucha inteligencia con un comportamiento estándar motivado por lo superficial y lo material.

El fallo en la película se da por muchas razones, es fácil enumerarlas, mencionare sólo algunas; para empezar y es el problema principal de la película tenemos un terrible audio, hay un problema enorme con el sonido de la película, por minutos enteros no se entiende qué dicen los protagonistas, no se puede transmitir nada así, el audio y los discursos de los protagonistas deberían ser un puente importante (aquí inexistente) y esto hace que no sume a la principal propuesta que Farina promete. Otro problema, que no es menor y que configura este desastre que se está grabando es que no hay un contexto claro en la película, vemos jugadores, vemos campos de fútbol (muy pocas veces), vemos hoteles, vemos duchas, piscinas etc., pero no hay un contexto que amarre a ese grupo de jugadores a un engranaje mayor, nunca se sabe qué equipo es, se entiende que es un equipo argentino (y esto por el acento del director, tal vez esté equivocado) pero nunca nos enteramos en qué categoría juegan, qué se están jugando, a qué entidad pertenecen etc, o tal vez sí lo mencionan en algún momento pero el audio es tan pésimo que yo no lo pude registrar.

La película es una bala sin rumbo, aquí doy un ejemplo, al principio se observa una especie de meta-película, pues el grupo de jugadores comenta sobre el mismo documental que se está grabando pero nunca se llega a nada concreto, la reflexión ya no va tampoco por ahí, cambia minutos después, y así es con los demás minutos, ni la voz en Off logra amarrar lo mostrado en pantalla, esta voz que pretende dar una reflexión profunda tampoco lo logra, llega a ser patética, no hay un contenido en lo que se pronuncia, sólo reflexiones con pretensiones de profundidad y se quedan en una especie de poesía barata y ridícula.

Esta película es un muy raquítico intento por demostrar algo que paradójicamente se reafirma con las actitudes de los jugadores, los momentos de ocio que tienen los jugadores son interminables y sin sentido (tal vez hay una muy mala edición), el director falla en su intento por mostrar otra cara de los jugadores profesionales, la escenas de ellos tirando dinero, comprando ropa, durmiendo, con sus teléfonos a todo momento no ayudan al director, su esfuerzo por entablar imágenes con palabras forzadas (voz en Off) para provocar una empatía ante el espectador y sus protagonistas es tan clara como el sonido de toda la película, es algo inexistente.

Es muy común hablar del ensayo escrito por Freud “El malestar en la cultura”, la película Mustag es un pretexto perfecto para sacar de nuevo el interminable tema sobre nuestro sentir y desarrollo dentro de una sociedad reguladora, asfixiante y demoledora. En Mustang nos encontramos con cinco hermanas entre 11 y 16 años que están insertadas en una sociedad ultraconservadora dentro de Turquía, a través del relato de la menor de ellas, es que tenemos la oportunidad de mirar la dinámica de su familia y las repercusiones que tienen las cinco hermanas al ser consignadas a reglas culturales que son muestra latente de cerrazón y desprecio hacia la otredad.

La película es la lucha constante de estas cinco mujeres por lleva a cabo la liberación de sus instintos, por favor, no tomar lo anterior como algo negativo, me refiero a la simple experimentación acorde a su edad. Esta entrega al mundo sensitivo, tal vez alejadas de la “razón” pero siempre permeado de dulzura y sonrisas es lo que vemos minuto a minuto dentro del trabajo de la directora Deniz Gamze Ergüven. Esta entrega a la cultura dionisiaca, el querer liberarse de todos los grillete que la sociedad les trata de imponer (no hay que dejar de recordar que siempre es con inocencia) es el temor de los familiares, el olvido de la “razón”, de su supuesta “razón” es el eje que mueve toda esta maquinaria social a la que harán frente las jovencitas.

Y aquí entran en acción el tío y la abuela de estas mujeres, son la cultura sofocante, el verdugo de los principios primarios de las hermanas, son la representación de esa sociedad que se torna castigadora, abusadora e hipócrita, pues estos catalizadores culturales no son capaces de cumplir sus propias directrices. Las hermanas son la representación de ese malestar de la cultura, pues al ser acusadas y juzgadas irracionalmente, sometidas, abusadas, sobajadas, manipuladas, encerradas, violentadas, no les queda más que intentar construir socavones a la tapia cultural, socavones para que su rebeldía pueda respirar, al mismo tiempo que está oxigenación les permita seguir sobreviviendo, el caballo salvaje (mustang) lucha por correr por los pastizales, las hermanas lucharán por caminar sin monturas que ahogan sus sueños, pequeños, grandes, pero al final todos valiosos.

Detectando ya quien padece el malestar cultural, debemos reconocer a un personaje detestable y muy bien representado, el tío, que en palabras de Freud será el “Dios con prótesis” y la técnica (protesis) de la que se vale para someter a sus sobrinas son todas las enseñanzas y pautas culturales con las que intenta domesticarlas (enseñarlas a cocinar, coser, forma de vestir, privación de objetos personales, prepararlas para el matrimonio etc).

Pero las pulsiones instintivas de estos cinco caballos salvajes son más poderosos que sus pautas culturales que a cada momento atentan contra su integridad, cada una de estas mujeres elegirá resistir de acuerdo a sus personalidades y herramientas a su alcance, podremos ver a lo largo de los 97 minutos de duración los caminos elegidos, cinco caminos diferente, pero todo dulcemente permeados de rebeldía, todos ellos con tintes de salvajismo e inocencia.

Mustang es una película que pone de manifiesto la situación por la que atraviesan muchas mujeres en el mundo, Deniz Gamze Ergüven logra contarnos con sencillez una situación compleja y atroz, en cada diálogo y en cada toma nos confronta con situaciones por desgracia cotidianas que tristemente hemos normalizado. La reflexión final será un ejercicio personal e introspectivo ¿Quién es uno dentro de esta puesta en escena, el caballo salvaje o la cultura represiva?