Es cierto que la película deja algunas lagunas, pero después de verla, si de algo me puedo arrempentir es de haber leido determinadas críticas. Me parece una buena película: los actores infantiles estan muy bien (Jacob Tremblay merece su própia crítica en la que no hay nada que criticar, y de hecho, quizás la película repose cómodamente demasiado en su capacidad interpretativa). Naomi Watts defiende y aprueba su mejor interpretación desde hace ya algún tiempo, y la historia supera las pinceladas que se dan sobre el argumento. En conjunto, y sin llegar a ser sobresaliente, la dirección es correcta, la historia merecia una película, y los actores la llevan a cabo bien. La sensibleria que algunos le atribullen, no desmerece que cierto oportunismo haga de una historia particular un buen producto cinematográfico.
Lo mejor: Tremblay (tambien Lieberher), y una historia que merece ser contada.
Lo peor: una dirección que se limita a narrar la história y no tiene ningún protagonismo, Trevorrow no muestra su personalidad, solo su capacidad y se deja reposar en elementos que de por sí ya andan solos.

Mi crítica es un spoiler de principio a fin, así que a partir de la nota que le doy, quien quiera leer que lea....Eso sí, valoro la fotografía y reconozco una buena dirección, en esta aburridísima y lenta película.

Jan Svankmajer pasará a la historia del cine como uno de los mayores creadores de su género, y no será por su talento indiscutible, sinó por su capacidad para hacer plausible un subrealismo que roza, amablemente lo cotidiano. Otesánek és una historia terrorífica, maravillosa y a la vez inquietante, donde la realidad, y lo real, se dan la mano con lo imposible. Una película inprescindible para aquellos que pacientemente sean capaces de apreciar la creatividad y el talento de una fantasia hecha para adultos.

Película que uno empieza a ver con ciertos pre-juicios ya que el argumento no demuestra nada nuevo, y que sin embargo luego da un golpe seco en la pantalla para demostrar una personalidad de cine escepcional. Algo se bebe en el agua de Dinamarca que, salvo claras escepciones, da una magia única a las historias que cuenta en su cine, y ahí es donde más o menos empezaria mi crítica....
Actores en su sitio, emociones las justas para el viaje por el espacio, pero cuando se necesitan aparecen como meteoritos; niños dando una talla inusual; situaciones predecibles en las que pierdes como espectador completamente el control sobre ellas, y una banda sonora dandole mecha a todo ese entramado, que dice lo justo, y incluso cuando se excede; resulta agradecido. Una grandísima película, que partiendo de lo común te transporta a una odisea única: con el espacio como fondo, y las emociones como nave espacial.

Extrañísima comedia triste en la que los sentimientos se mueven y revuelcan de una forma tan ácida que te deja dulcemente desorientado y amablemente conmovido. Gran película para recomendar a un cinéfilo: alguien que explore las imágines, los diálogos y sus sentidos. No se destacan las interpretaciones (maravillosas), ni el guión (retorcidamente inteligente), es el conjunto en general, la forma de dirigir la historia y de contarla lo que te permite disfrutar de un compedio de elementos visuales, técnicos y creativos de un nivel exquisito que se balancean sobre un guión muy inteligente.