Empezando por un terrible doblaje al español, que se añade al ritmo simplón de la banda sonora, nos encontramos con una producción absolutamente cursi en la que todo tiene formas de corazón, y con una morajela que revuelve el estómago. Pese a que no voy a poner pegas en el apartado técnico (poco hay que criticar ahí), el corto deja tan mal sabor de boca que, después, 'Inside Out' se aprecia incluso mejor.

Creo que es tan difícil hacer una película perfecta en TODO el aspecto técnico y artístico (dirección, interpretación, post-producción, etc.) como hacer una en la que absolutamente todo está mal. Las secuencias corta-pega de las originales de 'Star Wars', el guión surrealista, los efectos visuales, el sonido… Técnicamente no se salva nada; y por mala que sea una película, eso es verdaderamente difícil de conseguir. Tanto es así que en el caso de esta termina dando la vuelta a la tortilla, y verla es toda una experiencia. Mi diez sobre diez no es irónico: esta película jamás ha recibido la aclamación que se merece.

Antes que nada, la película tiene algunos aspectos interesantes, como una muy decente fotografía y algunos recursos ingeniosos de dirección (se me viene a la mente el genial plano subjetivo del pene del protagonista al comienzo). Reconocido y dicho todo ello, la apuesta de la película es sordidez, sordidez y más sordidez. Ensayos sobre lo más bajo de la condición humana hay muchos, pero este es un planteamiento puramente visual. La sensación de malestar y desagrado se recrea como en una espiral que va ganando intensidad a lo largo de la película. Ese "descenso" a lo obsceno, bien tratado al comienzo, se hace trizas cuando dicha progresión se encuentra con lo explícito, que se desarrolla sin sensibilidad artística alguna. Llegado este punto la película se convierte en un reclamo de morbo adolescente "alternativo": el gore de los 70-80 y el 'snuff' de los 90.

El giro de guión final es pretencioso y resulta patético.