Sin tapujos, sin dobles sentidos, sin interpretaciones, francos, directos, sinceros, así se presentan los dos personajes, en una de las relacciones mas honestas que he visto nunca. Cada uno sabe lo que quiere, no se conforma con menos, y no le pide mas al otro. ¿Puede, tanta sinceridad llegar a ser un problema? Lanzada esa pregunta, diré que la película es muy buena, quizás por no ser una película mas de relacciones "al uso". La pareja protagonista es espléndida, y las apariciones testimoniales de los demás personajes, les dan aún mas protagonismo. La frescura, inocencia y dulzura de Shirley son las propias de Irma, o de la señorita Kubelik, ¿o es al reves?
Robert también clava su parte, como siempre, frío, sombrío, con su caminar característico, tratará de ser impermeable a sus preocupaciones.
No digo más. Vean y disfruten.

Que se puede decir de Fred que no se haya dicho ya. Cada musical suyo es una nueva maravilla. Cada coreografía es innovadora.En éste caso, repitiendo pareja con una excelente bailarina como Rita.
Solo destacar como constante en casi todos los musicales de Astaire, la elegancia de sus movimientos, su extraordinaria flexibilidad, y su talento para "hacer que parezca fácil".
En ésta película, destacar tambien el papel secundario de uno de los grandes de la época dorada de Hollywood, como era Adolphe Menjou.
Aunque es posible que el argumento no sea tan sólido como en otros musicales, los números son tan buenos, que sin duda despertarán las ganas de bailar en todos los que la vean.
Un musical bien hecho, que merece la pena no perderse.

Quizás esa sea la gran moraleja de la película,con la cual estoy de acuerdo al 100%. Se puede hacer todo, dirigir, actuar, producir y hacerlo bien, pero solo si se tiene un gran conocimiento del cine, como tiene Barbra.
Esta película reune todos los elementos que debe reunir un buen musical, incluido un argumento sólido que deja que pensar. Que decir de la banda sonora, una verdadera maravilla que nos permite disfrutar otra vez de su magnífica voz. La fotografía y la ambientación están muy conseguidas.
Su personaje, inconformista con una sociedad que no dejaba estudiar a la mujer, se ve obligado a hacerse pasar por un hombre, sin perder en ningún momento la sensualidad femenina que le caracteriza.
La delicadeza con la que se tratan los enredos entre los tres personajes principales, es encomiable, así como la sensibilidad que toda la película destila.

Se trata de una película típica del momento en el que se rodó, con un toque panfletario sobre la segunda querra mundial bastante fuerte. El reparto está lleno de estrellas, entre las que Joseph brilla con luz propia. La relacción entre su personaje y el de Claudette es increiblemente tierna, resultado de un amor imposible. La película se basa en la exaltación de los valores americanos, y en la filosofía de que todas las personas pueden ayudar al país en los momentos difíciles. Por último resaltar también el personaje de Lionel, aunque con un papel de escasos minutos, es siempre un placer verle llenar la pantalla.

Bienvenidos a Barbary Coast, el barrio de los cabarets, del juego y de las chicas fáciles. El barrio del entretenimiento y de la diversión, en una de las ciudades con más encanto de todo el planeta. Aquí es donde se desenvuelve Blackie Norton, jefe del "paraíso", caminando siempre en la cuerda floja de la legalidad, con esa ironía y esa sonrisa que solo "el rey" sabía medir en cada momento. Hace un més que he vuelto de allí. He caminado por las cuestas empinadas, he visitado el muelle, me he perdido por el barrio chino y por el distrito financiero, posibles emplazamientos de Barbary Coast.Nada queda de todo aquello, el terremoto se lo llevó consigo el 18 de Abril de 1906. Bueno, no, sí que queda algo....nos queda la película, nos queda Blackie para siempre, junto con su conciencia, el padre Mullie, al que también hay que mencionar. No os preocupeis, Blackie y Mullie (Clark y Spencer).No hay terremoto capaz de llevaros al olvido. Vosotros, vuestro cine, permanecerá para siempre.