Cuando da comienzo la película uno piensa que se está enfrentando a una obra de Ozu. La misma sobriedad, encuadres similares y esa pausada tranquilidad con la que el maestro japonés cuenta sus historias. Quizá hay algún plano fugaz (el acercamiento en travelling a un cartel) que desentona con el tono general y que sería más reconocible en el cine clásico americano. Por lo demás, la diferencia más significativa, el principal aporte de Tanaka a la narración, más que en lo formal, está en el punto de vista que adopta sobre el personaje de la hermana pequeña, por ser mucho más resuelta de lo que suelen ser las mujeres en las películas japonesas de la época. Muy buen film, de una mujer que supo incorporar y hacer suyo lo mejor de los grandes maestros que la dirigieron.

Película sencilla en lo formal, de tonos azulados y grises, como una prolongación de la propia ciudad en la que, como una especie de limbo húmedo y frío, están condenados a vivir los personajes. Por otra parte, a pesar del tema que trata de una manera más o menos tangencial (se relata la vida de los refugiados que llegan al Reino Unido), huye de cualquier efectismo o sensiblería, y se centra en la historia de unos personajes condenados a equivocarse. Destaca, por lo poco habitual, el escaso metraje del film (no llega a los 80 minutos), sin que este alarde de síntesis afecte en lo más mínimo al resultado. Muy recomendable.

Una palabra define sobre todo a esta obra: verborrea. Los personajes no paran de hablar. Hablan y hablan hasta que las palabras te desbordan y se convierten en un zumbido de fondo. Es el perfecto guion de un tipo que se cree muy brillante, capaz de enlazar ideas una tras otra, abandonarlas, volverlas a traer. Así hasta el agotamiento. Pero nada de los que dicen o les ocurre, interesa. Todo es teatral (en el peor sentido de la palabra) y artificioso. No está a la altura de HBO.

En esta época actual en la que tanto se habla de patriarcado, la historia de esta película nos cuenta la historia de un hombre que ante la decisión que va a marcar el devenir de su vida, se debate entre la obediencia a su madre y el amor de una mujer casi desconocida, todo ello en el contexto de la segunda guerra mundial y en el ambiente de la nobleza italiana vinculada al fascismo.
Los personajes tienden a ser un tanto esquemáticos, en una historia de buenos y malos -propio del cine de la época- en la que el director toma claramente partido, lo que por otra parte contribuye a dejar claro, más allá de las ambigüedades y equidistancias actuales, el mensaje que se pretende transmitir.
Por último, cabe destacar el primer plano de Lucía Bosé en la secuencia más importante de la película -casi llegando al final- en le que su mirada llena un silencio en el que no caben las palabras.
Recomendable

Película sutil, de sentimientos y emoción contenida que nos cuenta el despertar a la conciencia de un niño en un Japón de la posguerra atravesado por cicatrices visibles e invisibles que llenan de silencios y secretos la vida de las familias. Un film ajeno a las modas, rodado en los 80, pero con la esencia de los clásicos. Un nuevo hallazgo en la inagotable Filmoteca que ofrece e cine japonés.