¿Qué harías si te mudaras a un pueblo decadente y te dieras cuenta de que todos los niños varones como tú llevan por obligación un corte de pelo determinado? ¿Te resignarías para evitar problemas y seguir con una tradición? ¿O te rebelarías para ser tú mismo, sin ataduras obsoletas?

Yoshino's Barber Shop es una película que habla sobre los problemas que existen cuando un pueblo se resiste a abandonar sus tradiciones obsoletas a favor del progreso, del derecho a ser uno mismo y del paso de la infancia a la pubertad, época en la que uno se empieza a preocupar por su aspecto y por el sexo opuesto.

Las actuaciones, sobre todo las de los niños, son muy naturales y convincentes.

En fin, una película sosegante, amena, sencilla y hermosa, pero muy poco conocida entre el público.

Un film prescindible, con un niño insoportable que a todo responde con un "¡¡Genial!!" o una simple risa, obsesionado con el dichoso videojuego y que es un híbrido de Manolito Gafotas y Germán, el niño repelente de "Aída", una madre que es rara de cojones, que se pasa media película disfrazada de Carmen Miranda y siempre está agachada o tirada en el suelo, una hermana muy boba y más sosa que comer arroz a palo seco, su novio, que es tres cuartos de lo mismo y Satanás, un loco enmascarado, que además de matar, huele braguitas, roba en los supermercados y posa en las fotos como una adolescente asiática haciendo el gesto de la victoria y gestos por el estilo. Todos esos estrambóticos personajes, combinado con un guión que puedes intuir que es de pena desde el primer minuto y unos efectos especiales cutres, de película casera, forman una película ridícula, absurda y tan mala que te ríes. Vamos, un bodrio de proporciones bíblicas.

Recomendado para gente que quiera una sesión de hora y media de sadomasoquismo. Abstenerse gente que quiera una buena película de comedia de terror y no busque malgastar su precioso tiempo.

Sigo en el spoiler, ya que voy a dar detalles sensibles.