Interesante trabajo de Ozpetek. El personaje que interpreta Margherita Buy desborda sensibilidad. Algo que no llega a todo espectador, sobre todo si de entrada está dispuesto a rechazar ciertas dosis de contemplación introspectiva. Es decir, no es apta para personalidades negativas y destructoras. "El hada" revela un proceso de comprensión y de aceptación. La escena del accidente peca de ser un tanto etérea, pero me encanta que los europeos no nos molestemos tanto por el realismo escénico como por el contenido argumental. La chapuzas bien echas se cuelan que da gusto. Y no lo que nos venden constantemente al otro lado del charco. Gracias Ozpetek.

Si algo tiene de especial esta película de Jon Avnet es su magia. Es una cualidad que el cine alcanza muy raras veces. Es como si se hubiera rodado en el sitio y en momento idóneo, y por supuesto con los actores adecuados. Fabulosas las actrices: Mary-Louise Parker, Kathy Bates, Jessica Tandy y Mary Stuart Masterson. La banda sonora de Thomas Newman… una lanza benévola que te atraviesa el alma con su belleza.
Por otro lado, me gustaría hacer un comentario referido a un aspecto del cine que se queda muchas veces escondido en lo más recóndito de sus entrañas. Pocas veces se hace referencia al doblaje en las críticas de cine. Pues bien, me gustaría felicitar de todo corazón el trabajo de estos actores desconocidos, cuya interpretación en esta película roza lo sublime. Me gusta mucho ver cine en versión original, no obstante, Tomates verdes fritos no sería la misma sin estos maravillosas voces anónimas. Pienso que en los créditos deberían aparecer sus nombres.
Inolvidable.

Sinceramente, me he quedado más tranquilo, al comprobar en las críticas que aparecen en la últimas páginas, que hay personas que opinan lo mismo que yo. Por un momento me he sentido solo en el mundo ¿Cómo es posible que una película haya sido galardonada con tantos premios? Sobre todo si te somete a un concepto tan estereotipado y anticuado del bien y del mal, que para nada se corresponde con la realidad, ni con la historia. Es tan negativa y tan violenta, que hay momentos en los que uno prefiere cerrar los ojos y taparse los oídos. Al final llegas a la conclusión de que el espectador lo que busca es morbo, dolor y sufrimiento ajeno.