Puede provocar una gran confusión de ideas ante la gran cantidad de opiniones que en este documental se proyectan, pero sin duda visionandolo con minuciosidad nos hace reflexionar de la importancia de la naturaleza en nuestro mundo. Su principal punto de apoyo en el problema de la crisis climática se basa en el uso indispensable de energía producida por materiales fósiles. Algo que argumenta a mi manera de ver con bastante elocuencia, produciendo en el espectador una gran avalancha de pensamientos sobre lo que estamos haciendo en la tierra y las diferentes formas de evitarlo.

Pienso que es un documental obligatorio para aquellos que les interese el futuro de su planeta

Pelicula de gran belleza, quizás con un argumento no del todo explotado pero que brilla por su originalidad. La utilización de largos planos brinda la oportunidad de comtemplar boquiabierto la belleza de los paisajes. Verla en versión original subtitulada es más que recomendable.
Sin duda una obra de arte.

Empieza el documental. Animales, cadenas, animales, disparos, descargas, animales, cuchillos, quemaduras, sangre, animales, jaulas, hambre, miedo, muerte, animales, tortura, maltrato, diversión, regocijo, crueldad. Hasta aquí lo que ví de documental, como unos 20 minutos, aunque la mayor parte del tiempo estaba con los ojos cerrados esperando que cuando los abriera no me repugnara lo que estaba viendo. Solo os diré que no aguantaba ni 10 segundos.

Hubiera sido una excelente cinta para la reeducación de Alex. Eso si acompañada por el señor Ludwig van.

Realmente es un documental difícil de puntuar pero puesto que su intención es la de llamar la atención, repugnar, alborotar y concienciar a la gente y conmigo lo ha conseguido, le planto un 10.

Lo que promete ser un documental al estilo Michael Moore ( por lo menos esas eran mis espectativas) se convierte en un sucedaneo de documental en el que el director se relaciona con un grupo de frikis que ponen multas.
Como primera persona que parece haber visto esta porquería de documental espero llegar a tiempo de avisaros que no la veais. Ya me lo agradecereis.

El título encaja a la perfección con esta película.
Es como debemos tomárnosla, despacio, disfrutando lentamente de las sensaciones que transmite.
La pureza, la bondad, la delicadeza, la sabiduría, la ternura que desprende Alvin Straight inunda la pantalla, crea una conexión con el espectador que resulta muy dificil olvidar.

Ver películas así alegran a uno el día. A mí creo que toda la semana.