En la vida hay dos caminos que puedes seguir: “El de la naturaleza y el de la gracia. Debes elegir cual seguir”. Esta es la cita que enmarca la película de Terrence Malick: El árbol de la vida. En “Días de gracia” la cita a tomar en cuenta es: "Cuando se está expuesto al dolor profundo, se tienen dos opciones: o se es engullido por la violencia, o se encuentra el camino hacia la gracia". Vamos, aunque ambas frases tengan sus diferencias tanto de forma como de fondo, no podemos negar que tienen similitudes, para terminar pronto, ambas tratan de darle un significado propio y particular a la vida.

“Días de gracia” es una valiente apuesta del cine mexicano ante la aglomeración de cine hollywoodense en nuestras salas. Está claro que en los últimos años el cine de nuestro país está haciendo recurrente el tema de la criminalidad que se está viviendo en los últimos tiempos, sin embargo, muchas fracasan y otras de verdad sobresalen. Esta afortunadamente es una de ellas.
La opera prima de Everardo Gout nos muestra una sociedad y un país desensibilizado, carente de valores, bajo las redes de la violencia que se trata de maquillar un poco con la tendencia de las personas por mirar en la televisión el mundial de futbol. Hablando en particular de lo segundo, este evento solo sirve en la película para enmarcar el tiempo en el que sucede cada una de las tres historias y para darle un sentido de doble moral a la sociedad. He escuchado que algunas personas les cuesta trabajo entender la cinta por este hecho. Es el problema de estar domesticado por la cintas llenas de acción que no se le permite al espectador pensar un poco de lo que va la trama de la película. Poniendo atención a los primeros minutos del film, te ubicas perfectamente en la historia.

Bajo este contexto y durante los últimos 3 mundiales de fútbol, se desarrollan los 3 personajes principales de la historia, Carlos Bardem, Tenoch Huerta y Kristian Ferrer. Siendo estos en quienes recae gran parte del peso de la película y tienen actuaciones simplemente excelentes, sin menospreciar el trabajo del resto del reparto, quienes cada uno en su personaje forma parte esencial en el desarrollo del filme.

Fotografía, dirección, montaje, edición y una musicalización impecable, una historia muy bien construida en la que se deja al espectador los dos caminos abiertos planteados al principio de esta crítica.

Aunque veo que la crítica en su mayoría es negativa, resulta que encuentro esta película maravillosa. La mayor parte de las cintas que se presentan en nuestras salas de cine resultan demasiado comerciales, donde lo único que se puede ver son escenas llenas de acción y que le impiden al público llegar más adentro de lo que la misma cinta permite. Aunque admito que la cinta es bastante lenta, esto un punto extra para Amat Escalante, que muestra sin medias tintas lo cotidiano de la mayoría de nosotros los mexicanos, ir a un trabajo, ver televisión, y tener sexo solo por no perder la "costumbre".

Esto, en resumen, es lo que nos muestra esta cinta, donde lo más difícil, es sin duda, vernos en un espejo.

Cuando ví la pasión de Cristo me hacía la misma pregunta que muchas personas: ¿acaso puede un hombre soportar tanto dolor?, mi respuesta fue respondida cuando ví a Javier Bardem realizando el papel de Uxbal en la película de Biutiful. He de decir que la película soltaba antes de su estreno demasiada expectación ya que era la primera que realizaba Alejandro González Iñarritu sin la participación de su guionista de cabecera Guillermo Arriaga y el resultado influiría en la crítica sobre el verdadero talento como director de Iñarritu.

El resultado en mi opinión ha sido grandioso, difiero en la mayor parte de las criticas donde se menciona que la película trata de abarcar demasiados temas sin llegar al trasfondo de ellos (enfermedad, explotación, inmigración, piratería, homosexualidad, represión, prostitución, tráfico de drogas, corrupción, marginación social, etc) a mi entender estos problemas sociales el director solo los emplea como contexto para tratar de llevar a cabo la historia en la cual los personajes participan. No olvidemos la parte principal de la historia que es el de un padre preocupado por sacar adelante a sus hijos y que además tiene que lidiar con esas cosas.

Detrás de un gran actor hay un gran director y eso se demuestra con la interpretación no solo de Javier Bardem sino de todo el reparto, sin un director capaz es imposible que los actores hayan llevado a tal nível su interpretación, sino el esfuerzo por más sobrehumano de ellos sin duda alguna podría irse a la deriva. Lo cierto es que en el guión se nota la ausencia de Arriaga y hay momentos donde la historia palidece, pero no por ello deja de ser interesante y hasta cierto punto sorpresivo ya que las películas del "Negro" nos tenían acostumbrados a la combinación de varias historias.

La banda sonora y la fotografía es genial, y si, retrata a una Barcelona donde la miseria humana es llevada a tal extremo comparada con la marginación mas vil de cualquier ciudad de un país del tercer mundo, aunque durante todo el largometraje hay una chispa de esperanza inherente en ella. Una historia asfixiante que no te suelta hasta terminar, que patea hasta derribar a sus personajes, y aún en el suelo les sigue golpeando sin poder meter siquiera las manos, en pocas palabras una película que retrata de manera voraz lo feo dentro de lo bonito, pero sobretodo, lo bonito dentro de lo más miserable que pueda haber.

Si señores, me tomaron el pelo. Una historia casi muda y por lo mismo, anti vanguardista. Todos sabemos que lo que está de moda son los ruidos estridentes y el alto voltaje como en “Transformers” o “Battleship”, o esas películas donde los protagonistas hablan hasta por los codos, como esa de “Amor letra por letra”, en donde se escucha lo que Silvia Navarro está pensando. Porque eso que intenta el director (Veit Helmer) es aburrido y soso, no es suficiente ni válido expresar tus emociones con una mirada o una acción, si quieres dar a entender que los protagonistas se quieren, estos se besan y asunto arreglado.

Yo hubiera elegido otros protagonistas, no me convence un Denis Lavant que de galán no tiene nada, no sé, a lo mejor pongo a un William Levy (el Brad Pitt de la T.V. mexicana), aunque de parecido con la mayoría tenga poco, prefiero identificarme con un carita para darme aires de grandeza. Tampoco me convence Chulpan Hamatova, hay actrices más bonitas y no me creo ese cuento de hadas en el que vive. Para cuentos de hadas ahí tenemos muchos ejemplos en donde el rico se enamora de la pobre y viceversa, esas si son buenas historias y no este filme donde dos plebeyos se enamoran.

Tan mala es esta película que las secuencias de fantasía son dibujos hechos a mano, cuando lo “in” es usar un ordenador para este tipo de escenas. La historia va de un tipo llamado Anton (Lavant) que hace todo lo posible por hacer creer a su padre ciego que la piscina de la que el es propietario, sigue intacta y muy concurrida. Por otro lado Gregor, hermano de Anton, pretende demoler la piscina y sus alrededores para construir una ciudad futurista. Ambos conocen a Eva (Hematova), una de las pocas visitantes de la piscina cuyo sueño es hacerse a la mar y llegar a una isla llamada Tuvalu.

De eso va esta historia, que a mi parecer es vacía y pretenciosa. Al cine vamos a entretenernos, no a pensar, y si ocurre así, es una estafa, y está película lo es. Me la vendieron diciendo que era un fascinante viaje hacia los sueños y lo único que obtuve fue un viaje al aburrimiento. A mi díganme quien es el bueno y el malo, que vivieron felices para siempre, que si no pierdo el hilo y me quedo con la duda de saber si fueron felices…