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España España · Badajoz/Madrid
Críticas de Julio Agudo
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
3
3 de junio de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
De cuando en cuando ocurre en Hollywood un curioso fenómeno que demuestra la originalidad de los guionistas y productores. Estoy hablando de la coincidencia en el tiempo de dos proyectos para hacer, básicamente, la misma película. En ocasiones termina con uno fuera de la carrera (como ocurrió con el “Alejandro Magno” de Baz Luhrmann y Di Caprio en detrimento del panegírico perpetrado por Oliver Stone y Colin Farrel), pero en nuestro caso este cuento termina con Objetivo: La Casa Blanca (Olympus has fallen) y Asalto a la Casa Blanca (White House Down) estrenándose con poco más de 3 meses de diferencia tanto en Estados Unidos como en nuestras carteleras.
Dado que los títulos de los filmes no me ofrecían factor diferencial alguno (Olympus es el nombre en clave de La Casa Blanca), acudí a la ficha técnica. Aquí sí que se decantaba la balanza. De Antoine Fuqua puedo salvar Training Day y (llamadme friki) las escenas de acción y la épica de El Rey Arturo. A Roland Emmerich todavía le estoy pidiendo el reembolso por el dinero que me hizo perder en la adolescencia (Independence Day y Godzilla).
Así pues, una vez decidido que la “americanada” a consumir en este 2013 sería Objetivo: La Casa Blanca, asistí orgulloso al preestreno organizado por Sensacine. Para no spoilear mucho, resumiré el argumento en 1) Leónidas ya no necesita a ni uno solo de sus 300 para acabar con un ejército enemigo y 2) al menos en los 80 no sentían la necesidad de intentar dotar de verosimilitud todo lo que rodea la acción (situación geopolítica, demandas de los terroristas, protocolos del Gobierno y la Defensa, etc…).
Del elenco de protagonistas, destacar mi sorpresa por la aparición de Ashley Judd (en todos los sentidos), mi estupefacción por el personaje del televisivo Dylan McDermott, la esperanza de que en versión original Melissa Leo no suene tan ridícula y la constatación de que Morgan “Perogrullo” Freeman debe andar mal de pasta para aceptar salir en 3 de cada 4 producciones (podría coincidir en cartelera con Oblivion, Objetivo: La Casa Blanca y Ahora me ves…).
Por último, cerrar esta crítica con una curiosidad. Hacía tiempo que no asistía a tal profusión de aplausos y carcajadas en una sala de cine. Ahí lo dejo.
Recomendado para:
- Fans del cine de acción de los 80-90 y sus “Yo contra el mundo pero sin perder el humor” (este film bien podría pasar por La Jungla 6 y Gerald Butler como el nuevo John McLane)
- Aficionados a la serie de videojuegos Splinter Cell (los que hayan terminado el, hasta ahora, último capítulo de la serie (Conviction) sabrán por qué lo digo).
Abstenerse:
- Aquellos a los que la profusión de banderas, escudos, retratos y demás símbolos USA, así como las declaraciones solemnes de fervor patriótico (y religioso) les provoquen urticaria.
- Espectadores rigurosos que no perdonan ciertas licencias de los guionistas (umm, esas claves de seguridad va tocando cambiarlas ya, no??).
Julio Agudo
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3
8 de agosto de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
1. No se puede hacer una película con esta temática, y menos si se “basa” en una obra de un realismo sobrecogedor, y enfocarla hacia un blockbuster para toda la familia. No pido gore (aunque un poco de sangre quizás no desentonase), pero no se puede convertir a los zombis en los rápidos, limpios y sagaces velociraptores de Jurassic Park.

2. Si algo nos ha enseñado The Walking Dead (y también está presente en el ensayo/novela de Max Brooks), es que hay que temer más a los humanos que a los zombis y que un mundo como ese está lleno de decisiones complejas, donde no vale lo políticamente correcto ni razonamientos morales pre-apocalípticos. Ni un ápice de este factor se encuentra en la película.

3. He leído mucho acerca del problemático rodaje de la película, de sus cambios de guión, su recorte de metraje, personajes secundarios que se quedan en nada (¿qué sucede con el personaje, visto y no visto, de Matthew Fox?) y su final alternativo. Estas circunstancias hacen mella en el montaje que se puede ver en las salas. La solución final, aunque ingeniosa, rompe completamente con lo establecido en la novela. Además, si es cierto que hay planes de trilogía, en mi opinión se han pegado un tiro en el pie.

4.No soy especialista en derechos de autor, ni conozco el desembolso que los productores (Brad Pitt entre ellos) han tenido que llevar a cabo para comprar los derechos a la editorial y/o Max Brooks, pero el parecido de la película (al menos en su versión final) con el ensayo es nimio. Vamos, que comparten el nombre y poco más, como demuestra este gráfico que circula por Internet.

Lo mejor:
Demonios, una banda sonora atronadora, oscura y esquizofrénica le hubiese venido al pelo a la película, pero cómo aguantarse a Muse!! Otro signo más de que estamos ante un producto pensado única y exclusivamente para reventar taquillas, blu rays y hasta cd´s de la BSO, y, sin embargo, ésta funciona.
Julio Agudo
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4
8 de agosto de 2013
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Si algo me gustó de X-Men Orígenes: Lobezno (Gavin Hood, 2009) fue descubrir (lo siento, soy lego en cómics de superhéroes, más allá del patrio SuperLópez) la inmortalidad de Lobezno y cómo éste participó en algunas de las conflagraciones más cruentas de la Historia (la Guerra Civil Estadounidense, Primera y Segunda Guerras Mundiales y la Guerra de Vietnam). Esa inserción en nuestro mundo real le confería un atractivo al personaje cercano al de los antihéroes de Watchmen (rompedora novela gráfica de Alan Moore e infravalorada película de Zach Snyder).
Lobezno Inmortal (James Mangold, 2013) abre el telón con un prólogo sublime, situado en la Segunda Guerra Mundial (no destriparé más); sin embargo, a pesar de que se vuelve al mismo a través de algún que otro flashback, el prometedor inicio solo sirve de pretexto para un argumento descabellado, que pierde interés conforme la trama se olvida del quién para centrarse en el dónde.
Sí, señores, Japón es el auténtico protagonista de la película, y asistimos a refritos de “esto ya lo he visto yo”, del calibre de thriller oscuro con los Yakuza de por medio (Black Rain), relación sentimental occidental-japonesita tradicional (El Último Samurái) y, cómo no, coreografías llenas de ninjas encapuchados tratando de derribar a Lobezno a base de volteretas. Todos los clichés del país nipón están presentes en el film, si bien algunos rezuman originalidad y consiguen sacarnos una sonrisa (pista: “googlead” rabu hoteru y sabréis a qué me refiero).
Así las cosas, y habida cuenta de que no parecía muy ocupado en su Canadá natal, nuestro mutante se deja llevar por las intrigas del conglomerado Yashida en el País del Sol Naciente, mientras cada noche combate su pasado y su desdichada condición inmortal, para llegar al clímax de la película, el cual recupera el habitual comportamiento errático y megalómano de los villanos de cómic de una forma tan histriónica y chillona que nos recuerda a los enemigos que había de enfrentar Batman en los esperpentos perpetrados por Joel Schumacher (la última modela rusa metida a actriz, Svetlana Khodchenkova, recrea un personaje que me resulta un cruce entre una concursante de Gandía Shore y la enemiga del Hombre Murciélago protagonizada por Uma Thurman, de hecho, sus “nombres de guerra”, apariencias y poderes son bastante similares…).
En definitiva, una oportunidad perdida de la Marvel de relanzar sus spin offs de mutantes y eso que se trata del más carismático e individualista de todos. Debe ser que la fórmula funciona mejor en la dirección contraria (las series individuales de Los Vengadores prepararon para el espectáculo coral abrumador de la película estrenada el pasado año).
Lo peor:
- Japón termina por devorar a Hugh Jackman. Los vaivenes del argumento alejan al personaje de su universo mutante y para cuando intentan cerrar la historia y volver a sus orígenes, me resulta tarde.
- Cada aparición de Famke Janssen es un bajón. Y no será porque le quedan mal los camisones…
Lo mejor:
- Lo reitero, el prólogo me parece una auténtica maravilla!!
- No es la primera escena de acción que se desarrolla en lo alto de un tren a toda velocidad, pero sí la más intensa y espectacular que recuerdo.
- Es una película de la Marvel, lo que significa que no has de tener prisa por abandonar la sala a pesar del flojo final de la cinta. Tras los títulos de crédito nos espera un auténtico hype que nos devuelve la magia y grandilocuencia del Universo Marvel que parecen perdidas en este sub-producto.
Julio Agudo
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