Extraordinaria adaptación teatral de esta magnífica e intemporal "ópera-rock" de Andrew Lloyd Webber.

Todos los cantantes están soberbios en sus papeles, ajustándose casi milimétricamente a la versión cinematográfica de la obra, aunque con sus propias personalidades y peculiares voces. Jesús (Ben Forster) y Judas (Tim Minchin), fantásticos en sus papeles, tienen un elevado y muy equilibrado peso específico en el libreto, tal como debe ser en este clásico del musical. Cabe destacar la actuación de Melanie Chisholm (Melanie C, componente del grupo "Spice Girls") que borda su rol de María Magdalena (la verdad es que desconocía su potencial lírico...).

Además, la puesta en escena está perfectamente actualizada a los tiempos que corren.

¡Todo un lujo!

Comenzaré diciendo que ésta es mi opinión personal, antes de que "la pedantería" en pleno -esos que opinan que estamos ante "el escritor más grande de todos los tiempos"- se me coma vivo...

Titulo así mi crítica porque, si bien es cierto que Shakespeare domina la forma en sus textos gracias al perfecto control de la semántica y más aun de la sintaxis, no lo es menos que el fondo de sus escritos es pesado, vago, gratuito y excesivamente florido y por todo ello, muy a menudo, se torna incomprensible (no por su dificultad de entendimiento, sino por lo rimbombante y a veces absurdo de su contenido).

Volviendo a la película, ésta es una "curiosa" adaptación de una historia del antiguo imperio romano traída a nuestros días, bajo la manida estética de las últimas guerras balcánicas.

La dirección de Fiennes es satisfactoria y el trabajo de los actores francamente bueno, aunque en algunas ocasiones ligeramente salpicado de histrionismo, debido sin duda a la temática de la historia y a los teatrales orígenes de su texto.

Otro punto a favor del escritor original es la elección de las historias, siempre interesantes y con una tensión matemáticamente inmaculada, pero he echado mucho de menos -y estoy seguro de que él también lo haría- ver una ambientación auténticamente "romana", con sus brillantes corazas, cascos y espadas, aun a riesgo de perder ese toque tan... ¿trasgresor?

Así es esta película, sin mayores pretensiones.

Es cierto que las historias de fondo pueden estar un poco vistas (se trata de un remake que además cuenta la historia de unas pseudo-Supremes), pero la unión de todas ellas, magníficamente hiladas por una banda sonora excepcional, hará las delicias de cualquier espectador. Además la película es realmente bonita y todas las actrices no sólo están guapísimas, sino que cantan de maravilla.

Especial mención para Whitney Houston, que amén de hacer un excelente papel, se "marca" un gospel que quita el hipo.

Y a todo ésto, a mi no me gustaba este tipo de música...

Me gusta el cine de superhéroes, ya que suele entregarse en forma de grandes producciones, que da gusto ver, aunque no sea, digamos, 'cine de autor' ni garantía de Oscar y porque es fácilmente olvidable. Pues eso me pasó con la primera película de esta saga, "Deadpool", que me pareció simpática, diferente, novedosa y entretenida y... a otra cosa.

Posteriormente vi "Deadpool 2" y todavía no soy capaz de recordar de ella nada en absoluto, más allá de que contaba con ese gran elenco y buenos efectos; ah y que no era ni la mitad de buena que la primera (y no lo achaquéis a mi mala memoria, que no es el caso).

Ayer vi "Érase una vez Deadpool" -como es lógico y por lo anteriormente expuesto, sin demasiada fe-, por las mismas 'bondades' de este superhéroe que te han traído hasta mi crítica, preguntándote si merecerá la pena o no verla. La respuesta, diga lo que diga la crítica especializada, es un SÍ rotundo y te explicaré rápidamente por qué: ignoro si será por esa extraña 'comunión' con la historia de "La Princesa Prometida" (que es maravillosa, aunque nada que ver con esto) o por qué, pero me ha hecho mucha gracia desde el minuto uno y casi todo el tiempo hasta el final, algo que no consiguieron ni la primera ni, sobre todo, la segunda.

¡Corre, que te la estás perdiendo! ;)