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España España · Madrid
Críticas de Gonzalo
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
8
4 de noviembre de 2021
40 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
A David Lowery, más que historias, le gusta contar experiencias. Quedó claro en su aclamadísima "A Ghost Story" (2017), y vuelve a quedar patente en su reinterpretación de la historia propia del poema “Sir Gawain”, sobrino del Rey Arturo, y miembro de la mesa redonda.

Ante todo hay que tener en cuenta que la película es precisamente eso, una reinterpretación del poema “Sir Gawain y el Caballero Verde” con un gran toque de autor que la hace sumamente especial. ¿Y por qué es especial la película? Esta pregunta podría tener multitud de respuestas y todas ellas serían válidas, pero la más evidente, y más si cabe al responder ante un producto de David Lowery, sería la capacidad que el director tiene para elevar su cine sobre la fuerza de las imágenes que consigue crear. Y es que si tuviéramos que destacar un único aspecto de "El caballero Verde" nos veríamos obligados a escoger la preciosidad visual que desprende.

Esto no es algo casual, ya que en mayor o menor medida es un recurso que el director ha ido utilizado siempre en su relativamente corta carrera. Pero lo que distingue a este título del resto, y sin duda le eleva a ser su mejor trabajo hasta la fecha es la consecución de una sucesión de imágenes que son capaces de sustentar completamente a la trama a la vez de conseguir hipnotizar completamente al espectador.

Por ello, "El caballero Verde" es una experiencia que hay que vivir y que no debe ser contada. El director parece decidido a cumplir con esta premisa en su totalidad, y por ello limita las conversaciones entre los personajes, haciendo que todas las frases que pronuncien parezcan inconclusas e incluso totalmente inconexas entre sí. Lo que cuenta aquí es la experiencia del protagonista Sir Gawain, y esta es tan potente, que no hacen falta palabras para que el espectador también pueda sentirla.

En consecuencia con todo ello, "El Caballero Verde" se muestra como una engañosa cinta de época medieval cuyo contenido dista mucho de las tramas a las que los espectadores estamos acostumbrados cuando nos asomamos a éste género.

La premisa es sencilla, y respeta en líneas generales el poema del medievo sobre el que la película se basa; un extraño visitante, "El caballero Verde" acude a la corte del Rey Arturo el día de Nochebuena para proponer un juego: Quien sea el osado que se atreva a asestarle un golpe tendrá que acudir a la cabaña Verde en un año para que él le aseste el mismo golpe que ha recibido. La propuesta parece sencilla para alguien que, como Sir Gawain, codicia el honor de ser caballero, y por tanto éste le propina un golpe al extraño visitante que se convertirá en su condena en un año vista.

A partir de aquí, la película se convierte en una alegoría casi onírica de los deseos más íntimos de sir Gawain, que se verá tentado a mantener las virtudes que todo caballero de la época debe mantener. El protagonista termina por fallar ante la mayoría de ellas, consistentes en lujuria, compasión, ternura…, y que actúan como preludio de la última y más importante de todas, que no es otra que el honor, el honor del caballero que creía haber conseguido al inicio de la historia y que tanto había ansiado, y que ahora tendrá que poner a juicio tomando su decisión más complicada.

La re-interpratación que hace David Lowery del clásico poema no se queda en una simple proyección del mismo en la gran pantalla, si no que alcanza incluso a retocar pasajes de la historia introduciendo en la trama alguna que otra tentación más para dotarle de mayor carga emocional si cabe al camino del protagonista. Pero sin duda lo que termina por reinar en el metraje es la habilidad del director para captar en pleno siglo XXI y mediante el formato cinematográfico la totalidad de la esencia del Medievo y del propio poema.

El vasto ejercicio de preciosismo visual se ve acompañado en todo momento de multitud de simbología religiosa y esotérica que embruja a la cinta en una atmósfera casi teológica pese a que la esencia que ésta envuelve es eminentemente humana. Todos estos elementos son comprendidos por los personajes a la perfección, y sin duda explotan sus virtudes con sus actuaciones llevándolos al éxtasis de su posible grandeza.

El que mejor reconoce este hecho es Dev Patel, que consigue fundirse con la esencia de todo lo que le rodea y el director quiere contar y sin duda consigue realizar la actuación más sobresaliente de su carrera. Su Sir Gawain es pausado, íntimo, flemático, y en algunas ocasiones, tiene un toque místico y enigmático.

A Dev Patel le acompaña una gran Alicia Vikander- qué gran actriz y qué pocos papeles protagonistas le están dando en los últimos años-, la cual desarrolla dos papeles totalmente opuestos. Uno, el de Essel, la fiel amante de Sir Gawain que sueña con ser su mujer y quedar igualada a su estatus en la corte, y otro, el de la señora del Castillo del pasaje en el que Gawain verá como se pone a prueba su tenacidad frente a la lujuria. En este paisaje vemos a una Alicia Vikander mucho más libre en la que muestra todas sus cualidades interpretativas, intentado seducir a Sir Gawain de una forma poco ortodoxa y con cierto toque de brujería.

En el mismo pasaje también aparece Joel Edgerton con un personaje que tiene muchas posibles interpretaciones y que emula un juego similar al propuesto por el Caballero Verde al principio de la película. Y por último, de principio a fin, la sombra de la madre del protagonista, interpretada por una magnífica Sarita Choudhury, le acompaña en todo momento de distintos modos y formas, siendo esto último también sometido a la interpretación del espectador.

El Caballero Verde es una experiencia visual, es la prueba de que muchas veces para contar algo no hace falta hablar demasiado, y que, sobre todo, la fuerza de la imagen en el cine siempre ha sido y sigue siendo el motor principal de su éxito. David Lowery lo sabe, y parece que seguirá utilizando ese motor por mucho tiempo.

Mención especial para el final en Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gonzalo
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3
23 de diciembre de 2021
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El Poder del perro" (Jane Campion, 2021), es una de las principales apuestas de la plataforma Netflix para 2021. La cinta de la directora australiana ha sido proclamada por casi todo el mundo del cine como una de las mejores películas de la temporada, y por ello, Netflix la considera su mejor baza, ya no para el éxito de su plataforma, si no para el éxito en la temporada de premios.

La cinta plantea una historia sosegada en la que, como el mejor de los prestidigitadores, no enseña nada a la vez que muestra detalles, pero el problema reside en el resultado, que dista mucho de obtener la espectacularidad y el impacto que cualquier ejercicio cercano a la magia pueda llegar a proporcionar.

"El Poder del perro" se queda en un esbozo de lo que podría llegar a ser, divagando durante todo su metraje entre distintos géneros, argumentos y tramas personales que no terminan de despegar, para finalmente decantarse por un desarrollo claro en su mitad. Hasta llegar a este punto hemos tenido que ver casi una hora de metraje con claros tintes introspectivos que poco o nada más aporta que lo que ya se había conseguido dibujar con la propia inherencia de los personajes en un par de planos.

En esta primera parte se pretenden forjar los lazos de su elenco de protagonistas con la única intención de colocar a la cinta en una óptima posición para desplegar toda su fuerza emocional y narrativa, algo que sin duda es el objetivo principal de su montaje. Este efectismo premeditado, lejos de cumplir con su cometido, propicia una primera parte de función con poco ritmo y casi residual, que únicamente se ve alimentada por una fotografía excelsa y alguna que otra conversación relevante.

Una vez se consigue llegar al punto deseado, la cinta comienza a desplegar los secretos más íntimos del protagonista, mostrándose así la principal y real trama de la película. A partir de aquí, el nivel narrativo sube exponencialmente, y transforma por completo un producto que, hasta este momento, navegaba de forma dubitativa con el único sostén de su belleza visual. Este efecto, sin embargo, funciona sólo en parte, ya que trae consigo la rémora de todo lo que le precede así como también termina por desplazar al ostracismo a parte de los personajes, reflejando así cierta carencia de recursos a la hora de cerrar sub-tramas a las que se les había otorgado un grado relevante de importancia.

Sin duda esta segunda parte de la cinta tiene momentos mucho más emotivos, personales e intimistas, y la historia que trata- ya centrada en únicamente dos personajes-, está muy bien tratada y es consecuente con todo lo mostrado. Esto, sin embargo, no es óbice para que, en conjunto "El poder del perro" se convierta en una falta de decisión constante hasta su mitad. Pese a este hecho, y cuando finalmente decide su camino, termina cayendo en el efectismo utilizado al dar un epílogo impropio de la belleza y profundidad que en ese ecuador había logrado encontrar.

Lo mejor, sin duda, su fotografía y sus silencios, algo muy importante en una película tan íntima e introspectiva. El elenco de actores está correcto, destacando el cambio de registro entre partes de Benedict Cumberbatch, algo que, pese a que lógicamente es de alabar, también deja una pequeña sensación de frialdad ante la potencia que se podría haber conseguido obtener al contar una historia de tal calado y relevancia.
Gonzalo
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4
12 de noviembre de 2021
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frío debut de la actriz Rebecca Hall (The Town: Ciudad de Ladrones, Una relación abierta, Vicky Cristina Barcelona), en la dirección de su primera cinta "Claroscuro", a la que, sin duda, se le podían haber potenciado más y mejor sus virtudes.

En su primera experiencia detrás de las cámaras, la ahora ya también directora británica elige un poderoso blanco y negro para contar una historia intimista de dos mujeres en la América de los años 20. La narrativa, eminentemente dramática, se apodera de la historia desde sus inicios, y sin duda es el pilar básico de la película durante sus más de 90 minutos de metraje. Sin embargo, todos los elementos que en un principio se presentaban fascinantes y prometedores se terminan por desvanecer poco a poco, y la cinta termina por mostrar una historia que demanda a gritos ser contada con más alma, poniéndose de manifiesto este hecho en una dirección, que por momentos, resulta ser poco consistente.

Su mayor defecto reside en la sensación autómata que la sucesión de imágenes desprende. Todo lo que se pretende contar está ahí y se antoja cautivador, pero sin embargo el ritmo de la película hace que el espectador pueda verlo pero no sentirlo. Y la película aborda sentimientos. Y no unos cualquiera, sino que relata una relación opuesta de amistad de dos mujeres afroamericanas de principio de siglo y el conflicto generado por la distinta forma que ambas tienen de ver la vida y de enfrentarse a la sociedad que les rodea. Es por ello que el punto fuerte de la cinta es el efecto que está dualidad de personalidades tiene en las relaciones más cercanas del personaje principal, y la película se difumina al intentar narrar algo tan concreto y complejo, siendo las actrices las únicas que procuran mantener el ritmo de la trama.

En consecuencia con esto, la cinta pretende estar a la altura del conflicto que plantea y se presenta en un lúcido blanco y negro, reforzando así la sutileza de la historia con una sucesión de escenas pausadas y silenciosas que llegan al espectador casi en un susurro. Pero este hecho, que sin duda es la mejor baza del producto, tampoco es suficiente para conseguir que todo lo que las protagonistas sienten transcienda más allá de la pantalla, y por ello, en todo momento reina la sensación de que lo que está ocurriendo entre los personajes es mucho más importante e interesante que lo que la película logra llegar a transmitir.

Junto a la elegancia formal, la mejor virtud de “Claroscuro” son sus dos protagonistas. Ruth Negga (Ad Astra, Loving), presenta una actuación mucho más histriónica y extrema que la ofrecida en la cinta dirigida por Jeff Nichols que le hizo optar a un óscar en 2.017, y Tessa Thompson (Universo Marvel, Creed, El amor de Sylvie), muestra una actuación contenida y sobria en la confección del personaje principal, y sin duda confirma que es una gran actriz melodramática y que tiene fundamentos propios del cine clásico.

Es por todo ello que “Claroscuro” se queda muy lejos de explotar todos los recursos que tenía a su alcance, y termina siendo una cinta que muestra sus carencias con demasiada facilidad, dejando la sensación de que todas las virtudes que en sus primeras escenas se intuían no terminan de ser aprovechadas.
Gonzalo
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3
23 de diciembre de 2021
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Nest (Sean Durkin, 2020), es una película británica que trata, sobre el fondo de una familia ciertamente desestructurada, la ambición desmedida del poder.

La trama, plenamente dramática, explora varios elementos de las relaciones humanas para profundizar en los distintos roles familiares y personales que ostentan los cuatro miembros de una familia en los años 80. La premisa, por tanto, es bastante interesante, y su inicio confirma estas expectativas ya que parece abordar la historia desde todas las aristas de este planteamiento, y por ello, se vislumbra un ejercicio de cine complejo y profundo en el que se desplegarán poco a poco las inquietudes, los deseos y los miedos de todos los personajes.

Pero esto es un simple espejismo, ya que la cinta, después de un comienzo notable, rápidamente se pierde entre las individualidades de cada personaje, y se olvida de que lo más importante de la historia, lo que elevaría esa complejidad que ella misma plantea, es la puesta en común de todas estas individualidades para así observar el impacto que todas ellas tienen en el nexo familiar, algo que se desarrolla también de manera individual, y que por tanto hace que no se consiga dar en ningún momento con un relato coral y unificado.

Este, sin duda, es el principal defecto del metraje. Se pretende mostrar como idea central la desintegración de la institución familiar, pero se toma la decisión de relatarla desde la esfera personal de cada personaje, tomando como elemento común la confección de experiencias individuales totalmente ajenas a la relación entre cada miembro, y por ello, resulta casi una utopía conseguir entrar en el supuesto drama de terror que el director quiere poner de manifiesto, ya que debido al montaje, éste sólo asoma para mostrar pequeños y fugaces destellos.

Lo más destacable sería la puesta en escena y el control de cámara pausado y firme que muestra Durkin, adaptando de forma notable las esferas elitistas y poderosas que ostentan sus personajes principales. El tándem conformado por Jude Law y Carrie Coon está un tanto desaprovechado, ya que los vemos más tiempo solos que juntos en pantalla, y, por tanto, no podemos llegar a calibrar la química que podría existir entre ambos, haciendo ambos, eso sí, una confección individualizada de los personajes sobria y más que correcta.

Por todo ello, The Nest resulta ser una película un tanto impotente, que no está a la altura ni de las expectativas que crea en su planteamiento, ni tampoco de lo que cree lograr al desarrollar su metraje.
Gonzalo
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7
14 de enero de 2022
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor de "4 mitades" (Netlfix 2021), está tras su apariencia. La película italiana bien podría ser una típica comedia romántica de género, y lo más seguro es que así sea catalogada por la mayoría de los espectadores que únicamente atiendan a su promoción. Pero es mucho más que eso. Vaya que si es mucho más que eso. "4 mitades" es una muy adulta y compleja película que, a decir verdad, sí se presenta como comedia romántica, pero que desde su inicio se aleja de esa catalogación que ella misma se autoimpone. Y es que para analizar la cinta debemos de nuevo recalcar que nos encontramos ante un producto muy adulto y complejo. Y ahí reside toda su esencia. Y esta, junto a su maduro y estilizado desarrollo, hacen de la película un ejercicio cinematográfico empático, potente, fresco, y muy introspectivo.

La premisa es clara y directa; dos amigos recién casados estrenan casa, y en una cena con otra pareja de amigos defienden que las almas gemelas no existen. Debido a que los esfuerzos de la pareja resultan estériles explicando meras teorías, deciden pasar a la práctica, y relatan cómo unos meses antes cada uno invitó a su casa a dos amigos y amigas solteras. Él presentó a un abogado bastante narcisista con éxito en relaciones con mujeres sin demasiado compromiso, y a un editor bastante romántico, detallista, y mucho más tímido. Ella, por su parte, presentó a una anestesista alegre y romántica, y a una matemática más fría e independiente. Por las características de todos ellos, la pareja cree que la anestesista más romántica encajará mejor con el editor , y el abogado narcisista estaría más cómodo con la matemática independiente. Y así, una vez han comenzado a cenar, las parejas se dan como ellos habían planeado previamente. ¿O realmente ocurre al contrario?

A partir de aquí se despliega una historia muy interesante en la que se estudia una teoría sobre si las almas gemelas sí existen, o estas simplemente se encuentran encarnadas en la persona que tienes a tu lado. El montaje presenta una dualidad de historias paralelas en la que se desarrolla la vida de los personajes según hubieran estado emparejados en primer lugar, según lo que la pareja anfitriona había pretendido, o, por el contrario, lo hubieran hecho con la otra persona. Así, disfrutamos de cuatro historias de amor totalmente independientes pero que se superponen con una maestría admirable, y en ellas podemos ver reflejados los problemas y las inquietudes de unos jóvenes que comienzan a encarar la vida adulta.

Dirigida con pulso firme, ingenio, y gran habilidad, la película además de en su montaje, sus imágenes y su trama, se apoya en un reparto que sin duda eleva notablemente su calidad. Los cuatro están impecables en la creación de sus personajes, y consiguen la difícil tarea de dotar a estos un carácter lineal y unificado pese a que se enfrentan a la difícil tarea de representar dos posibles vidas distintas de una misma persona.

Reconociendo el gran nivel coral de los cuatro, se debe destacar por encima de todos a la actriz Matilde Gioli, cuyo papel de matemática independiente y aparentemente dura está muy bien construido, ostentando una multitud de matices que se desarrollan de forma coherente en sus dos historias personales, algo que otorga una gran sensación de veracidad a lo que se está relatando. Suyas son las escenas más memorables, siendo un par de ellas, porqué no decirlo, de una bellísima factura y una gran profundidad sentimental.

En "4 mitades" se da cabida al amor, al romanticismo, a los celos, a la familia, a las dudas, a los miedos y a los deseos de cuatro personas jóvenes que comienzan a adentrarse en la vida adulta. Todo ello está tratado con extremo rigor y delicadeza, y junto a una fotografía notable, unas conversaciones de calado, y una no menos importante química entre todos los personajes y actores, la cinta se erige como un producto con un interior interesantísimo pese a su apariencia ordinaria.

En contraste con todo lo anterior, el desenlace no es demasiado consecuente con el notabilísimo ejercicio reflexivo que se muestra durante el metraje, y esto es algo que le priva de dar un salto cualitativo realmente relevante. La cinta termina con una reflexión que comentaré en la zona spoiler, y con ella se desea poner el foco sobre lo que se cree que realmente es importante. Pero lo que puede parecer realmente importante y lo que también se pregunta la pareja invitada que ha escuchado el relato de sus dos amigos; ¿Qué historia de las dos es la verdadera? ¿Quién acaba con quién? Pero yo, una vez vista la cinta lanzo otra pregunta que creo que es la adecuada según lo que se pretende contar; ¿Acaso importa? Para obtener respuesta a todas esas preguntas no hay más que darle una oportunidad y visionarla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gonzalo
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