Acabo de concluir la segunda temporada de "Hannibal" la cual ha entregado una de las mejores temporadas de la historia de la televisión con su segunda entrega. Para mí, y por su temática onírica y fascinante, estaría al nivel de True Detective ni más ni menos. Los actores lo bordan (para mí Mads Mikkelsen ES Hannibal ahora mismo), la dirección y escenografía son impactantes. Y qué decir de los guiones. El episodio final de la segunda temporada es uno de los mejores de la televisión junto a series como Breaking Bad, la misma True Detective, Juego de Tronos, Perdidos o 24. Una obra maestra que espero que no degenere en su tercera entrega (la cula tiene tintes de reinicio según su guionista y creador). Por lo menos podemos decir que la serie ha concluído su primera etapa por todo lo alto con un par de temporadas perturbadoras y magistrales.

Tiene sus fallos y está claro que por mucha factura técnica que se precie no llegan a rodar escenas de calidad (al menos hasta el capítulo 4), pero resulta que esta serie no es tan tonta ni tan absurda como parecía y, desde luego, no es ningún despropósito. He llegado a cambiar de canal por otras series y con esta, de momento, me estoy tragando (con cierto gusto) sus episodios. Las interpretaciones no son de Oscar, pero sí de Goya y tampoco son horrendas. Hasta Álex González tiene su cierto carisma. La trama da vueltas y realmente tiene finales que te hacen querer ver el siguiente argumenta desde ya (el mismo final del capítulo 4). Puede que sea una serie limitada y que sólo tenga 12 ó 13 capítulos (aunque conociendo a las cadenas, probablemente querrán renovarla), pero ocurra lo que ocurra en el futuro, espero que no degenere y que mantenga el nivel. Dentro de lo malo, quizás necesitábamos más series como ésta. Llamadme rarito.

Esta nueva entrega de 24 (quizás la última) tiene el principal acierto de durar sólo 12 episodios. Aprovechando ese ritmo y esa claridad a la hora de abordar la temporada resulta fácil lo mucho que se va directamente al grano y la gran calidad de la misma (la cual por momentos parece una película). Si bien es cierto que ya es repetitiva y muy poco sorprendente (aunque habrá que esperar a su conclusión que tiene una gran pinta), su entretenimiento y un incombustible Kiefer Sutherland sin huevos a matar a su gallina de oro llevan a lo más alto a "Vive otro día".

La serie original oscila entre el 8 y el 9 para mí (si se hubiese acabado tras la quinta y una película tendría un 10 como una catedral). Ésta está casi a su nivel y con derecho a sobrepasarlo.

Un gran entretenimiento, bien hecho y con momentos de auténtica tensión (la escapada de Jack en el episodio 1, las persecuciones del 2 y el 3, la embajada en el 4, el tiroteo en el 6... y etcétera). Recomendable pese a ser más de lo mismo.

Es una película realmente salvaje. Su contenido no va a agradar a muchos, pero el suavizarla o tratar de convertirla en un artefacto complaciente y suave para la audiencia sí que hubiese sido una soberana traición. Es endiablada, entretenida y más cómica que muchísimas comedias que pretenden serlo. Aunque odies a los protagonistas sabes que en el fondo te hubiese gustado tener una parte pequeñísima de lo que ellos tenían.

El lobo de Wall Street: clase magistral de Scorsese y DiCaprio acerca de vender bolígrafos más falsos que una moneda de dos caras.

Lo que afirmaba en la otra crítica que me había faltado de este Batman cinematográfico (en su tercera entrega final) es lo que encontré para muy bien en su segunda parte. No sólo una de las mejores secuelas que se han hecho (casi es una película independiente), sino también un excitante entretenimiento (pues el cine al fin y al cabo es eso: entretenimiento) que te pone al límite, que te introduce en la película y en sus personajes (con su moralidad y psicología incluídas) y que todo lo que cuenta tiene sus razones y sus consecuencias futuras. No fui la misma personal al empezar la película y al acabar después. Con sólo algunas películas me ha pasado eso. Gracias a ese gran hacer (irrepetible) este entretenimiento mastodóntico se ha convertido en obra maestra de referencia. Es puro cine, puro entretenimiento, sin fisuras y con mucha fuerza, desgarro, lucidez y cosas que decir. Lo que no la convirtió en cine comercial la hizo diferente.