Delirante, entretenida y atrevida comedia realizada con elegancia y precisión bajo el característico enfoque feminista de Gerwig. Esta película es una visión nostálgica para todas las personas que alguna vez han jugado con una Barbie, una reflexión social distópica y, paradójicamente, una oda a las mujeres.
Uno de los aspectos más significativos a la hora de perfilar la grandeza de este filme reside sin duda en el hecho de rescatar algunos detalles tanto estéticos como ideológicos originales de Barbie, así como el desarrollo de la muñeca a través de las décadas junto con esa voz narrativa de tinte irónico, repleta de dobles sentidos.
Brillante película de culto y gran homenaje hacia el mundo fucsia.

Entretenida y alocada comedia en la que nada se puede predecir. Sobran un poco las subtramas que se sirven de tópicos para ir haciendo lo de siempre, pero lo demás es aceptable. Ahora bien, esta es la película de Ernesto Alterio, sobresaliente en cada escena, graciosísimo, no puede estar más acertado. Un show que nos demuestra el admirable talento del gran actor y que puede valer para pasar una tarde de sábado. Bien.

Íntima y llena de emoción. La historia de una familia, con sus altibajos, que cuenta algunos episodios ilusionantes y otros dramáticos contemplados con un gran optimismo, desde la perspectiva colmada de vitalidad del Spielberg niño que soñaba con trabajar un día en la industria cinematográfica. La ternura maternal, la admiración paternal y el amor hacia sus hermanas nos muestran el corazón plenamente abierto del director en una oda nostálgica hacia sus seres queridos. Observando las imágenes desde la mirada brillante del director, toda la sala está frente a la gran pantalla con lágrimas en los ojos, en tensión, deseando que se mantenga la felicidad añorada, conducida por una banda sonora pianística conmovedora de principio a fin. Película sin duda alguna evocadora, plena; una sucesión de bondad que no defrauda en nada.

La idea es original y cuenta con buenos actores (Blanca Suárez y Miguel Rellán ofrecen interpretaciones especialmente buenas, abordando cada conflicto con mucha comicidad). En la propuesta inicial incluso se introducen elementos atípicos, con un inicio de la acción explosivo que nos muestra personajes relativamente alejados de los arquetipos y posee además un cierto enfoque feminista. En general, todo funciona bastante bien hasta el tercer acto, cuando la trama comienza a decaer y se prolonga en exceso un final predecible cargado de la moraleja de siempre. Con una resolución más innovadora, seguramente el filme alcanzaría el notable, pero se queda a medio camino.

Desmesurada y cruel, sin ninguna motivación más que provocar agonía en el espectador. Michel Franco, tu degenerada utopía, por suerte, nunca ocurrirá. Es muy desagradable y completamente inhumana, además de ir en contra de cualquier moral y de todas las clases sociales. ¿Un campo de concentración para ricos, en serio? Y luego los que parecían una cosa son otra, qué original, nadie lo había sospechado literalmente desde la primera escena. Lo único que no me disgusta es que se critica el militarismo en cualquier sentido posible, pero ojalá poder borrar este despropósito de mi cerebro.