Si salieran de una película con la sensación de que son fuertes moralmente, que su voluntad es inquebrantable y que las vilezas del ser humano pueden ser rotas por otros seres humanos. No es una historia de amor, no es un drama histórico, no es una epopeya. Es una película que traspasa nuestra coraza antidolor para tocarnos en aquellos rincones aún libres de nuestro pasado. Nos hace sentir fuertes, leales a nuestros principios. Como cuando salíamos del cine después de ver una de kárate y éramos el mejor de los Bruce Lee.Braveheart nos hace salir peleando con nuestro corazón por no perder lo mas profundo de nuestro ser, a nosotros mismos. Está película no se critica, se siente, no se ve con los ojos sino con el alma. Si aún la tienen o quieren recuperarla, veanla.

Una pelicula donde no existe culpabilidad por los muertos, donde la sangre se justifica al servicio de una buena película. No es necesario recurrir a grandes efectos especiales, ni a una música que enspmbrezca lo realmente importante. El amor y la muerte, la cíclica historia de alguien tan débil como la protagonista, el sentimiento adolescente que quizás acabe sirviendo de comida a su "dueña". Si buscáis luchas entre hombres lobos y vampiros, amores vampirescos de sensación de vivir, atormentados vampiros con cara de no haber comido en 100 años, no vayáis a verla. Si por el contrario lo que buscáis es quitaros el eclipse de los ojos y disfrutar de buen cine, déjame entrar es una opción muy válida

Desde Doctor en Alaska a Doctor Mateo han existido series o películas de personajes desencontrados en lugares mas desencontrados aún. Está película tiene un comienzo muy similar hasta que poco a poco te va envolviendo. La aparente ingenuidad no deja de esconder una socarronería propia de la picaresca española, los diálogos superfluos esconden corrientes corrosivas. Y todo en un ambiente de sensibilidad, es como si te insultan y lo único que te apetece es darle un abrazo y un enorme beso. Esta película consigue que te pongan dos gomillas en cada oreja y de la que tiran chavales invisibles, lástima que ahora no se admitan las faltas de ortografía. Demuestra a cada segundo que para reír no es necesario ni exageraciones faciales, ni humor escatológico ni cocktails de películas ya hechas llevadas al absurdo. Aún quedan neuronas aunque sean francesas.

Nunca hubo una historia de amor más bella en 15 minutos. Nunca se contó de una forma tan hermosa como la amistad es incondicional. Déjense llevar por una lluvia torrencial hecha de gotas de sentimientos. La risa tiene su llanto, el amor su tristeza, la vejez el impulso de la niñez. Ahora podríamos hablar del ritmo, de la duración, de las microhistorias forzadas... Bah no perdamos el tiempo. Vivan la magia del cine y sean ese niño que nunca debimos perder. Vean Up

El señor Quarón intenta mostrarnos una película con un Potter más adulto, menos preocupado de los juegos de pelota, más negro. El resultado es sólo un cúmulo de buenas intenciones que se diluyen a los pocos minutos. No basta con poner a un Oldman histriónico con aires de Vlad Teples, ni jugar con los claroscuros y los grises, con sumarle personajes alienados. El resultado es decepcionante. El prisionero de Azkaban nos hace acordarnos de las dos entregas anteriores sin mas ínfulas que entreteber al espectador, que a fin de cuentas es lo que toda película debería hacer.