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España España · AVILÉS
Críticas de MIYAZAKI
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
9
13 de marzo de 2018
23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1972 el gran maestro Sydney Pollack firmaba un épico filme de aventuras titulado “Las aventuras de Jeremiah Johnson”, donde Robert Redford interpretaba a un joven soldado que se adentra en las Rocosas para abandonar su vida en la ciudad y vivir como un ermitaño en plena naturaleza. Johnson vive de cazar animales como osos y castores para más tarde vender sus pieles a buen precio. Con el tiempo, acaba conociendo a una india con la que entabla una relación sentimental, y acaba adoptando a un niño. Todas estas relaciones personales le son arrebatadas por los indios Crow, y a partir de ahí comienza la venganza del joven soldado. Es imposible evitar referenciar este mítico largometraje porque tiene muchos nexos de unión con “Bajo la piel del lobo”.
La estupenda ópera prima de Samu Fuentes nos adentra en los recovecos del alma humana, para ello se sirve de un personaje tan interesante como Martinón, interpretado por Mario Casas, que nos brinda su mejor interpretación hasta el momento. Este joven al igual que Jeremiah, decide voluntariamente vivir solo en la cima de la montaña en un pueblo abandonado. Este queda totalmente aislado durante los inviernos debido a las grandes nevadas. También vive de lo que obtiene de la naturaleza. Caza para sobrevivir y vende las pieles a los aldeanos del valle, a los que ve solamente cuando llegan los deshielos de la primavera. En uno de sus viajes hace un trato con el molinero y su hija mayor. Pascuala se queda enferma y preñada en un entorno hostil. Y a partir de aquí surgen las diferencias con el clásico de Pollack. Martinón cree que tiene algo que reclamar al molinero
De esta manera Fuentes se aleja de las tesis ecologistas del relato de Pollack, para adentrarse en un relato más filosófico y complejo, explorando las tesis de Thomas Hobbes: “Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit” [Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro.] El joven realizador nos muestra los horrores que el hombre es capaz de realizar a sus congéneres. Fuentes, en un acto de gallardía, apuesta por una narración sumamente cinematográfica donde las imágenes adquieren una fuerza inusitada, y el espectador no echa de menos las palabras. El director explota el gran talento de Irene Escolar y Ruth Díaz. Nos adentra en la naturaleza con gran sutileza, nos muestra su grandiosidad, y nos deja patente de una manera ágil la soledad en la que vive el personaje central, y el espectador podrá empatizar rápidamente con él.
A partir de ahí, nos adentra en los oscuros conflictos humanos, creando un intenso drama carente de arquetipos y maniqueísmos, donde los personajes son fieles a sí mismos, a sus deseos y pulsiones. El drama en el tercio final acaba tomando aires de thriller, creando una pieza sumamente reflexiva, que invita al final al espectador a pensar en los dilemas morales, éticos y de índole más filosófica abiertos durante los dos primeros actos. Esta obra puede recordar a otro gran clásico del cine español firmado por José Luís Borau en 1975 titulado “Furtivos”. La gran diferencia radica en que este filme carece totalmente de lecturas políticas, y este novel autor apuesta por adentrarse en la naturaleza humana. “Bajo la piel del lobo” es una excelente ópera prima, que sorprenderá a más de uno, porque nos demuestra que Samu Fuentes tiene una gran madera de director, sobre todo porque rentabiliza todos los recursos a su alcance.
MIYAZAKI
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