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España España · Valencia
Críticas de Ponyboy
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
8
26 de diciembre de 2005
125 de 151 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hong Kong, 1960

Chow –Tony Leung- huye de su pasado y decide empezar de nuevo en otra ciudad como columnista mal pagado en una publicación de cuestionable honorabilidad. A medida que su profesión le va otorgando cierta distinción, su vida va siendo una constante de fiestas y amantes de una sola noche.

Entre tanto, Chow comienza a escribir una nueva novela original alejada de las vertientes propiciadas por su trabajo. Una novela de ciencia-ficción titulada 2046.
A modo de autobiografía novelada Chow irá recogiendo sus experiencias, cuyas relaciones íntimas le serán de gran inspiración para su libro, el cual también le servirá como ejercicio de autorreflexión sobre el curso tomado por las circunstancias pasadas y las determinaciones que tomará para elegir la dirección y el sentido del tren de su vida en el futuro.

2046 es un ejercicio de recapitulación de la obra de su autor, mucho más arriesgado y más cercano al ensayo que su inmediatamente predecesora In the mood for love. Posiblemente uno de los aspectos más conflictivos que suscitará la animadversión hacia el film, es alejamiento desmesurado de las estructuras clásicas de tres actos: No hablamos ya de los saltos hacia atrás y el desorden de las secuencias en el tiempo -aspecto totalmente justificado en el caso de 2046, pues los recuerdos también permanecen desordenados en nuestra memoria y surgen de manera espontánea y aleatoria según qué estímulo o reencuentro-, sino de la construcción de los bloques que componen el film, dilatados en su minutaje o comprimidos, con secuencias recortadas por títulos incesantes, casi impertinentes.

El personaje interpretado por Tony Leung, que tampoco dejará indiferente a nadie, suscitará las peores apreciaciones y críticas, sobretodo del público femenino: un engreído playboy que parece tratar a las mujeres como mercancía para su disfrute. Sin alejarse de esta consideración -ciertamente, se trata de un canalla- Chow es perfectamente consciente y sobretodo consecuente con su forma de actuar: Así, ni se justifica ni se disculpa su comportamiento. Su forma de ser es consecuencia directa de su pasado. Simplemente, Chow ha renunciado al amor, si esto lo entendemos como dedicar exclusivamente el tiempo alguien a quien se ama, de manera desinteresada.

Esta es la reflexión sobre la que girará el mundo de Chow a lo largo de la película, sobre las mujeres que aparecen en su vida recogidas en su libro futurista 2046, que no es otra cosa sino una recapitulación de su pasado y una búsqueda de la identidad personal.
Los que van a 2046 van huyendo de su pasado a un futuro donde no hay dolor pues no hay secretos ya que nada cambia. Chow quiere cambiar e inicia el viaje en el tren hacia 2046 para recuperar la memoria perdida, pero, ¿logrará volver si nadie lo ha conseguido hasta ahora?

Ponyboy
Ponyboy
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7
30 de marzo de 2007
47 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rae ama a Ronnie. Él también la ama, pero el deber le llama y tiene que dejarla a pesar de sus súplicas y sus lágrimas. Pronto descubrimos la enfermedad de Rae. Incapaz de controlar su ansiedad, iniciará un descenso a los infiernos cegada por las drogas.
En su camino se cruzará fortuitamente el granjero Lázarus.

Cuanto menos, interesante film. Sugerente ya es el cartel: Samuel L. Jackson (negro maduro) sodomizando a Christina Ricci (joven blanca). Tiene que haber truco, claro.

Drama y comedia en dosis calculadas y bien medidas que entretiene sobre todo gracias a la excelente interpretación de los dos actores principales Ricci y Jackson, la buena ambientación, y el ritmo -a pesar de que en algún momento, a mi parecer, le sobra cierta recreación videoclip-.

En definitiva, es una buena película, con un guión a priori sorprendentemente arriesgado para provenir de los EE.UU. Pero justo ahí es donde se nota la mano de la moral norteamericana y se deja sentir sobre el guión. Esto, en cierto modo, afecta al sentido moral con el que se intenta envolver el film, para justificarlo de alguna manera ante la censura y el rechazo de la raquítica moral religiosa americana, supongo.

Esto no afecta en demasía al desarrollo de la película, pero sí al desenlace de la misma que decae por ese afán hollywodiense de ofrecer los finales ya masticados al espectador.
Ponyboy
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10
26 de diciembre de 2005
38 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guanina, adenina, timina, timina, adenina, citosina, adenina... bien podría ser el inicio de una secuencia de ADN perteneciente a un ser genéticamente perfecto. Pero la perfección genética no asegura el éxito al cien por cien. Tampoco es posible justificar el fracaso en un ser manipulado genéticamente para ser perfecto, y el fallo puede convertirse en un trauma insalvable.

No existe el genoma que dicta el espíritu humano. Ésta es la frase que reza la promoción de esta gran película, escrita y dirigida por el poco prolífico Andrew Niccol(Nueva Zelanda, 1964), que sólo ha dirigido otra película más, Simone (2002) de la cual lo más interesante parece ser la canadiense, nacida en 1978, Rachel Roberts, su actual esposa. También firma el guión de El show the Truman (1998).

Esa frase es la que se desprende del esfuerzo de Vicent (Ethan Hawke), uno de los últimos "hijos de dios", también despectivamente llamados "degenerados", y en su empeño por lograr su sueño: viajar al espacio. Un puesto reservado sólo a la élite de los hombres genéticamente perfectos. Claro, que su sueño sería algo completamente imposible sin la ayuda de Jerome Morrow (Jude Law). Lo más curioso de todo es que Ethan Hawke ya había viajado al espacio en la ya mítica Exploradores (1985)...
El elenco de actores lo completa una mujer que bien podría ser genéticamente perfecta, por lo menos por fuera lo parece: Uma Thurman.

Una película altamente recomendable por lo cuidado de sus imágenes, por el buen gusto de sus planos, su composición y sus detalles (a qué les recuerda la escalera de caracol de la casa de Jerome), por su guión y la interpretación de los actores así como el trasfondo ético-moral que vehicula el tema, por la música de Michael Nyman, y por la trama policial con la estética propia de los años 30 que proporciona ese aire "retro" a ese futuro quizá no tan lejano, bajo la que se mueve este "thriller policial de ciencia ficción" y que indudablemente, en un futuro, será considerada como un "clásico".
Ponyboy
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9
26 de diciembre de 2005
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pequeña joya: un guión sólido, original y sorprendente; personajes creíbles y bien actuados o dirigidos (los principales); excelente montaje y uso de la banda sonora.

"El invasor" es el descenso a los infiernos de un hombre que lo tenía todo.

Excelente película.
Ponyboy
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4
17 de octubre de 2010
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jack Mabry es un funcionario de prisiones a punto de retirarse encargado de la revisión de los expedientes de los reos que van a pasar vista para la libertad condicional. De él depende que Stone salga de cárcel tras tres años de condena. Stone le pedirá a Lucetta, su mujer, que haga todo lo posible por convencer al funcionario.

El atractivo de esta película corre, a priori, por parte del elenco actoral: Robert de Niro, Edward Norton y Milla Jovovich, que encarnan los personajes principales.

Pero, finalmente, y aquí es donde falla realmente la película, se nos hace difícil empatizar con ninguno de ellos. Mucho nombre para unos personajes que no llegan a profundizar, salvo, curiosamente, el personaje que menos diálogo tiene, pero el que más peso soporta: la mujer de Mabry, Frances Conroy, la madre de A dos metros bajo tierra.

Naturalmente, habrá público que les parezca que los actores están soberbios. Para mi están correctos, bien incluso. Pero no cabe duda, que su intensidad, como personajes, va decrescendo.

Sobre todo porque cada vez más va teniendo mayor protagonismo un quinto personaje fuera de campo. Coincide con ese personaje que suele aparecer en las películas al lado del protagonista principal, que parece que tiene poca importancia, pero que es fundamental para el desarrollo del protagonista y que suele dar la clave de la trama, llamado el confidente: la radio.

Esa radio de comecocos religioso que Mabry escucha en su coche.

Pero, ¿de qué trata realmente esta película?
Lo que se plantea aquí no es el tema religioso, las creencias o la fe en dios, sino más bien, la fe y la creencia en el propio hombre, el concepto del amor y la familia. Dos generaciones enfrentadas, dos maneras de ver el mundo, y la búsqueda de la justificación de la vida y de nuestros actos, con el apoyo espiritual que lo consolide.

Y Stone es la piedra sobre la cabeza del concepto obsoleto y caduco de Mabry.
Ponyboy
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