Una obra de verdad, para un público ávido de entendimiento de lo sutil, lo inefable, lo trascendente. La búsqueda de un amigo perdido es una analogía perfecta que representa la búsqueda humana de esa dimensión mística. Me hace pensar en el poema de Machado: "El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve". Esto se representa bien en la trama: el actor principal observa la naturaleza con prismáticos pero, ¿no será en realidad al revés? ¿Quién busca a quién?
Emprender el camino con una mochila, levantar el vuelo, dar un paso de fe... todos son silogismos de un viaje iniciático al más allá misterioso, intangible. Tan sólo habremos de conformarnos con un leve destello de esa luz mágica que proviene del más allá. Y toda esta metafísica se va cocinando en el contexto más mundano: en la Sierra de la Tramuntana; en una habitación de hotel; en un viaje en barco; en un cuartelillo de la guardia civil.
Me quedo con ganas de volver a verla y emprender este viaje, aunque entiendo que no es una película para todos los públicos.

Una película dentro de una película, donde la gran comedia de la vida se representa en su máxima belleza. Todo danza aquí: el amor y el deseo, la culpa y la moralidad, el egocentrismo y la confusión humana, la decadencia y el miedo. Absolutamente ingenua y creativa, donde se representa simplemente la verdad de esta extraña y fascinante experiencia humana.

La película describe un círculo, una sucesión de eventos alimentados por el poder del deseo y la ambición. Esto es la rueda del "samsara", como lo llamarían los budistas, aunque en este caso el poder de la suerte parece predominar sobre la ley kármica. Woody Allen debe ser judío, al menos! Pobreza, ESCAPAR, ambición, seducción, poder, deseo, engaño, manipulación, arrepentimiento, culpa, venganza, ESCAPAR. Y el próximo bebé será "niña", quizás la rueda vuelva a girar.

Película de acción intensa que capturará toda la atención del espectador desde el primer momento. La trama no es excesivamente original, cumple con los tópicos del cine de cárceles: mafias internas; jerarquías de poder; trapicheo y narcotráfico; hilos de negocios externos que se mueven desde adentro; violencia; organización "tribal"; corrupción. No obstante, todo se encuadra en un ambiente realista y natural, oscuro y casi hipnótico, sobre todo por el papel de Malik El Djebena. Éste joven no suele cumplir con el típico perfil de un líder, sin embargo, irá adquiriendo habilidades y poderes que le abrirán muchas puertas. El papel del "capo" es también excelente, su mirada y esa típica forma de poder de la mafia corsa (o italiana), en la que se mezcla la violencia, la elegancia, la inteligencia y la sencillez mediterránea.

Un revoltijo de historias trágico cómicas, en la línea "Almodovariana". Absolutamente entretenida, destacan el buen papel de los tres artistas principales (me gusta particularmente el del joven Antonio Banderas). Se destacan aspectos controvertidos de la condición humana, especialmente en el sentido de las parejas: el deseo, el apego, el amor neurótico, la posesión, la dependencia, el trauma, la homosexualidad, la religión, la esperanza, los celos. Toda esta ensalada de circunstancias irán in-creciendo a lo largo de la película...