Una película de suspense con un guión basado en una obra de Stephen King, si no hace muchas tonterías tiene muchas posibilidades de salir bien.
Mikael Håfström no se sale de este guión y recluta como protagonista a un carismático John Cusack que sabe interpretar su papel y cargar con todo el excesivo metraje, haciendo un excelente trabajo.
Hay películas en las que las vueltas y los giros inesperados prolongan el final que no llega, el epílogo necesario pues algo quedó sin explicar, o inventar nuevos finales contradictonos.
No es el caso de 1408. Aquí es necesario llegar hasta el último minuto para que todo cobre sentido y quede redondeado. Hasta que llega ese momento la tensión no decae y nos sorprende y engancha en cada momento.
El escéptico y cínico escritor tiene que llegar al fondo de su propio vacío para poder entender lo que hay al otro lado, y para ello debe desmontar su prepotencia y enfrentarse a lo inexplicable, a lo que nos sobrepasa. Como decía Blas Pascal,"hay suficiente luz para aquellos que sólo desean ver, y bastante oscuridad para aquellos que tienen una disposición contraria". Pasar por el "inferum", la condición más oscura y baja, puede ser el camino hacia la luz o repetir eternamente la experiencia de los propios miedos y frustraciones.

Muchas cosas interesantes tiene esta película. Una que no veo críticas profesionales, otra que solo tiene doblaje al español de América, con lo que es más expresiva y cercana culturalmente al original.
Quien espere una película para un premio Goya va a quedarse decepcionado. Quien solo quiera entretenerte y reírse CON (no "de") los actores y demás profesionales va a disfrutar de unos chicos que cumplen sus papeles con gracia. Prefiero mil veces eso a un gran reparto de actores seniles llenos de deudas y divorcios que tienen que hacer el ridículo, y para los que habría que crear alguna fundación sin ánimo de lucro para ayudar en sus patéticos finales de carrera.
¿Algún transfondo? Pues claro. Lo esperable, compañerismo, amistad, valores, y las muertes de inocentes son recordadas aunque solo sea un poquito, porque hay películas en las que los malos destruyen un planeta entero y a los diez segundos todos continúan con sus vidas y batallas como si nada hubiese ocurrido.
Los efectos especiales no son de Óscar, pero más o menos creíbles, con esas convenciones ochenteras en las explosiones y los tiros que no van de mostrar visceras.
Cuando veas una película o leas un libro, si has pagado por la suscripción mínima no esperes pasarte el día viendo obras de arte. Lee o ve alguna obra maestra de vez en cuando, pero disfruta también del arte sin creertelo nada, que también hay público para eso aunque dentro del armario, que anivel entendido o profesional serian despedidos.
No olvidemos que Alejandro Dumas escribía lo que hoy serían novelas de folletín, como Walter Scott u otros románticos. Por eso los disfrutamos de niños.

Película soporífera desde el principio hasta el final. Si vas a verla mejor ten un teléfono móvil al lado para entretenerte. El descabellado guión y argumento intenta tener algún sentido con una música de fondo estresante y agobiante, unas sobre actuaciones con mucha testosterona masculina que en el mejor de los casos pueden producir risa. En ningún momento engancha, y no sé si hay algún simbolismo o mística, pero hasta el corto que hizo Barney en Los Simpson tiene más sentido que este bodrio.
Mi mejor consejo es: no desperdicies hora y media de tu vida viendo ocurrencias frikis que no conectan con nada que tenga que ver con lo que el común de los mortales entiende por cine.
El final de la película no hace falta que lo cuente, porque a cada cinco minutos podría ser el final y todo sería igual de paranoico.
No entiendo como hay gente que le da una nota superior a un dos, o yo cada día entiendo menos del cine y del mundo, o hay un exceso de sobrevaloración.

La película está hecha desde posiciones pro-vida, pero no convierte las posiciones ni a favor ni en contra en trincheras. Permite el diálogo, y reconoce la legitimidad jurídica del aborto, pero no su legitimidad moral, frivolización, ni que se convierta en un "derecho civil" como los de las minorías o de género.
Los debates entre abogados repasan todos los argumentos a favor y en contra con bastante objetividad.
A nivel técnico, las transiciones no están bien hechas, lo cual empobrece bastante la película.
Me quedo con la conclusión: la guerra y la polémica no sirven de solución, solo el amor triunfa.