Es una obra de arte en toda regla, el diseño artístico en general es el principal protagonista de una historia que vive únicamente por la atmosfera propia en el que se desarrolla la misma. Ya no solo por la manifestación estética sino que también por las constantes y nunca logradas búsquedas sino que también por la plasticidad y adaptabilidad de la propia realidad en la que conviven los personajes, me parece una película muy cercana a Alicia en el país de las maravillas.
Siendo, como ya mencioné, que esta película nace, evoluciona y termina en base al ambiente, es difícil destacar a otros elementos que terminan por no tener tanto peso en la trama, como la trama misma o los actores, pues estos elementos se descuelgan de la propia atmosfera; incluso el giro final no me parece más que una consecuencia, eso si no esperada, de lo que nos ha venido ofreciendo la película.

Una hermosa película que narra como el nacimiento de una insipiente historia de amor entre dos almas inocentes, se ve violentamente interrumpido por la miseria absoluta de la intolerancia y el egoísmo.
A pesar de un comienzo muy lento y un tanto aburrido, en el que se tiende a explicar en demasía situaciones que pueden ser asimiladas con facilidad, algo que no sucedía en otras obras de Griffith, debido a su maestría en solucionar las explicaciones emocionales con una elegante sutileza, vemos como en el segundo acto la dinámica de la narrativa está muy bien dispuesta y nos lleva a una inmersión total en la historia, incluso llevándonos a empatizar con el antagonista que encarna la más supina miseria humana.
Los personajes tan arquetípicos y la propuesta de la historia, me hacen coincidir con quienes postulan que esta película puede ser considerada bastante shakespeariana, así mismo estos personajes han sido interpretados de manera muy solvente en especial Lillian Gish quien, en esta propuesta, ostenta una belleza celestial y onírica que emanaba desde el alma misma del personaje interpretado y que conjugaba adecuadamente con la muy patente belleza de su rostro.

Es una dulce comedia romántica, bastante ligera en su narrativa y por momentos, divertida y en algún otro tensa, un viaje por las emociones siempre se agradece. Es bastante entretenida.
La escena inicial es muy linda y es en función a esta que pivota toda la película, pues si bien parece desencajar con parte del metraje, el recuerdo de la misma da sostén al resto del argumento y provoca que nos resulte armónico todo el desenlace.
Los personajes son ligeros pero bien tratados, la trama esta muy bien planteada y contada; el ritmo es perfecto y el desarrollo esta muy bien ejecutado, incluso hay frases muy inteligentes dentro del texto.

Una película bastante dinámica y divertida, la ausencia de pretensiones reivindicativas o artísticas hizo que esta aventura de un héroe tan carismático como este zorro fluya por las vertientes en las que realmente debió fluir.
Primero destaco el humor tan bien logrado, pues conjugó correctamente con el formato de aventura del que se parte, siendo todas las partes cómicas una emanación de la personalidad del protagonista. El parkur y las escenas de acción fueron un disfrute total e inesperado, no me imaginé en ningún momento emocionarme tanto con esta película a priori.
Es muy recomendable para quien quiera pasar un buen rato o para quien quiera motivación para salir a combatir el crimen como le paso a Batman en la mítica escena donde sale del cine después de ver esta película. Pero además de batman, es fácil detectar “cositas” de otros héroes en esta obra, desde Han Solo hasta Spiderman o Bugs Bunny llegaron a mi mente en esta divertida y emocionante experiencia.

Es lamentable que la crítica de esta película tenga como centro el tema del supuesto racismo que se exhibe esta obra, en especial porque mi critica no puede basarse en el nivel técnico general de esta, tanto como en el plano argumental de la misma. Por tal razón utilizare la división expresa de este film en dos partes para dividir la crítica.
La primera parte es preciosa, la ausencia de sonido es emplazada de una forma magistral, usando recursos para expresar los detalles emocionales y argumentales propios de un director con un instinto prodigioso, no creo que esto se consiga con experiencia, es el propio talento el que lleva a conseguir la recursividad que se evidencia en esta narración.
Las historias contadas dentro de esta representación de la guerra civil norteamericana alrededor de las historias y las perdidas constantes de los miembros de las familias protagonistas conmueven a niveles viscerales, no sé si la intención del autor era la del anti belicismo pero es un resultado obtenido tras ver esta sección del film. Cabe decir que vi cada una de las partes en días distintos que me permitieron asimilar por separado.
El amor es el centro de la historia, el principio casi onírico de felicidad y plenitud lleva a que la demostración del posterior infierno sea añorado por los protagonistas y por el propio espectador al formarse como parte de la guerra. Es especialmente dura la muerte compartida de los hermanos menores, los personajes más simpáticos y cómicos de los presentados, ambos ahora como enemigos circunstanciales y unidos, en ese instante, más que por la muerte, por la amistad más pura e imborrable vista en el film.
Hay mas lazos perennes que unen a los personajes de ambas familias, tan fuertes que parecen físicos, la experiencia que nos propone Griffth es muy agradecida, la inmersión es profunda y es más, nos lleva incluso a la idealización de ciertos personajes viendo a los protagonistas masculinos como verdaderos guerreros y a las mujeres como auténticas diosas inalcanzables para los héroes.
Quede fascinado con tanto.
Respecto a la segunda parte, debo ser sincero que me perdió, entiendo la épica del final trabajada desde el principio, pero el ritmo me pareció un poco pesado, con menos tiempo se pudo contar mejor la historia.
En lo que si gana bastante esta segunda parte es en el desarrollo de personajes, en especial en el del villano, un hombre absolutamente corrupto por el poder político que había ganado, y que azuzó a toda la población negra a la revancha y a la impunidad de los propios crímenes cometidos. Un muy buen personaje que se robó la película para erigirse como el protagonista de la misma, creo que sin planearse.
No destaco más cosas más allá de lo técnico o lo ya destacado en la primera parte, que insisto la extensión excesiva de las secuencias de esta parte eclipsaron y que en realidad me canso un poco.
Ahora, respecto a la polémica racista, debo de decir que la película no me pareció tal, per se, pues a pesar de dos momentos específicos de la segunda parte, esta si puede ser considerado un film de propaganda para el Ku Klux Klan e insisto no un film racista por si mismo.
Es propagandista pues la formación del klan, en esta narración, se da por motivos sensatos ante un peligro inminente e irresoluble por ningún otro método, es más los miembros que componen esta organización son personas de bien con quien nos implicamos completamente desde el principio y con quien empatizamos desde la principio de la película.
No veo racismo, pues el tema principal de esta segunda mitad no tiene que ver con la supremacía de una raza sobre la otra, la historia gira en torno al ascenso político de Lynch, el villano mulato quien agita y usa al pueblo negro para conseguir sus metas personales en una vorágine de caos e impunidad, y no es una demonización de los negros, ni una supuesta demostración de la inferioridad de estos en el plano moral o intelectual; es más la inteligencia del mulato Lynch es innegable.
Como ya se mencionó existen dos momentos puntuales que si pueden ser tachados de racistas, el primero es cuando un hombre blanco vence en una pelea a varios hombres negros en un bar, sin duda ridículo y censurable; el otro instante racista es cuando uno de los carteles menciona al “derecho ario de nacimiento”.
Ahora solo queda indicar algo que debería quedar como evidente y espero que sea un ejercicio ocioso, y es que mi posición respecto al KKK es de repudio absoluto y que no tengo ningún argumento para pensar que hay una jerarquización en la razas, el mestizaje o cualquier distinción parecida. Mi único propósito para el análisis conceptual entre propaganda y racismo es por mi molestia ante la confusión conceptual.