Al leer las críticas de posibles snobs colgadas en esta web, uno entiende perfectamente porqué el concepto de Occidente y su arte están en crisis. ¿Un 8 o 9 a semejante despropósito? ¿De verdad? ¿Arte? ¿Crítica a la vacuidad del mundo de la moda utilizando esa misma vacuidad? Un director que intenta provocar con imágenes sin sentido, copiando descaradamente a Lynch no merece tal nota. Es posible que alguien le dijera tras Drive, ¡Eres un genio! y el, subido en una nube, se lo creyó. Tras Drive se quitó la máscara de artesano y se puso una de Hacendado caducada para dirigir otro bodrio mastodóntico: "Solo Dios perdona" pero el Dios del cine, si existe, no lo perdonó y con razón.
Que sea premio Jurado de la Crítica en el festival de Sitges 2016 es digno de estudio. Ni un zombie dirigiendo podría hacerlo peor...
Pretenciosa, absurda y aborrecible. A su lado Zoolander 2 es Ciudadano Kane. No le pongo un 0 porque, sencillamente, no puedo.

Una película que parte de una premisa interesante (basada en una novela): una segunda generación de zombies con capacidades humanas... No, no es ningún spoiler, es parte del argumento inicial de la misma. Esta película aporta novedades jugosas en el ya manido mundo zombie. Un film que deja cierto sabor de boca agrio por un nihilismo aterrador y a la vez poético (por ejemplo, la escena de la zombie y el carrito que no desvelaré).
La niña hace un auténtico papelón, de hecho es posible que sin ella, la película se desinflaría como un globo sin nudo. Es tierna y terrorífica al mismo tiempo, un gran personaje.
Muy recomendable aunque, en mi modesta opinión, en el metraje final pierde algo de fuelle...

Vi esta película con mi hijo de 4 años sin muchas expectativas (error mío) y me sorprendí.
Cuando nos hacemos mayores, tendemos a menospreciar la magia porque creemos, ingenuos de nosotros, que el mundo debe ser arduo, duro y cínico. Y la Navidad es una de esas fechas a la que tratamos con más desprecio. Quizás actuamos así por miedo a parecer blandengues o débiles y por esa razón juzgamos con ojos de adulto lo que solo un niño puede entender.
¿Por qué esta cháchara? Muy sencillo. Esta película, pese a sus numeroso defectos (multiculturalismo artificial made in Netflix, algún efecto especial de chichinabo y su previsibilidad) está destinada al público más joven y para los adultos es muy entretenida.
¿La disfrutarán los más pequeños de la casa?
Seguro.
¿La disfrutaríamos nosotros si fuéramos niños y no estuviéramos medio amargados?
Sin duda.
Pues no hay nada más que hablar...

Estaba viendo opiniones de críticos muy respetados y, la verdad, estaba alucinando. Esta película no TIENE gracia, sus personajes se comportan como anormales sin sentido y pretenden homenajear a un tipo de cine (eso dicen).
A ver, es un bodrio del tamaño de un piano. Ni siquiera pasaría la nota si fuera un telefilme de antena 3 a las tres la tarde. Aburrida, tonta, aunque es ideal para echarse una buena siesta, eso sí.
No le pongo un 1 porque la fotografía está cuidada y algún actor se esfuerza en hacerlo medio bien.

Sí, sí. Tras la desastrosa Undoing, no encuentro ninguna otra explicación. Creo que la genial actriz australiana ha despedido a su agente y ha contratado a otro asesor, el expresidente del FC Barcelona.
Nicole...quien te ha visto y quien te ve, por Dios...Pero...¿Qué te has hecho en la cara? ¿Tu cirujana plástica es la creadora del Ecce Homo?
En fin, no todo es taaan malooo. La premisa de la serie es interesante: nueve extraños que han de convivir en una terapia atípica liderada por una misteriosa doctora (no, aunque lo parezca, Nicole Kidman no lleva máscara, esa es su cara). El primer episodio se deja ver muy bien y a medida que los personajes desvelan sus miserias, la acción promete y piensas que puedes estar ante algo bueno, pero...¡ay!
Todo se desmorona a medida que avanza la trama y si la serie aguanta es por las actuaciones de Michael Shannon (este tío es uno de los mejores actores de su generación), Melissa Mc Carthy y Bobby Cannavale. En mi opinión, estos dos personajes y la relación que hay entre ellos, evitan que la serie caiga en el más absoluto de los desastres. Con el paso de los episodios, el guion se vuelve absurdo y, lo peor de todo, aburrido, hasta un final en el que aplaudes, no porque te haya gustado la serie, sino porque ya ha finalizado.