La magnífica y sorprendente interpretación de la joven Steinfeld marca la diferencia en este agridulce western al que los Coen consiguen dar un ritmo mágico que te mantiene en la silla atento hasta llegar, sin una sola distracción, a un excelente resolución del final. De nuevo los Cohen se apuntan otro tanto en un tema en el que, a estas alturas, tan pocos directores consiguen que no añoremos el pasado.

Sinceridad en el tema sin caer en tópicos lacrimógenos. Dos excelentes y complementarias interpretaciones. Otro ejemplo de buen cine sin tirar de la chequera. Sales mejor que cuando entras. Es muy recomendable para todos, especialmente para los que les asusta hacerse mayores.