No sé en qué mundo vive la gente que va al cine a ver una película de un personaje histórico de la radio. Personaje llevado en el 2006 al cine.

No sé en qué mundo vive cuando no reconoce la sociedad que muestra la película creyendo que no es su misma sociedad, no son sus vecinos. No es una españolada al uso. Combina retorcidamente el sarcasmo, la ironía con la pura realidad de la sociedad.

Un reflejo del día a día de los barrios del extrarradio de una gran ciudad, tratados con una punta de humor. Cómo se cuenta un aborto de manera tan gráfica, palpable, visceral y a la vez provocar la carcajada del público.

Un guión trabajado en extremo. Tanto que parece que no haya hilo argumental, tanto que parece que el persoaje de Cándida sea de otro planeta. Falsas apariencias, como ocultar el maltrato de la vecina, como inventar una relación homosexual... entre padre e hijo

La fuerza de la sangre, la fuerza de una madre que puede con todo y con todos. Hasta 'conseguir su sueño' y... una vez conseguido, volver a su vida normal, porque ya has llegado a la meta, momento de plantear una nueva

La fotografía de la película, la localización de los exteriores, la iluminación, el sonido... me parcen buenísimos, ajustados a cada momento descriptivio del guión, ajustados a cada estado de ánimo de Cándida.

Absolutamente brillante. Crítica al uso y costumbres de nuestros hermanos mediterráneos, ya sean italianos griegos o turcos. Misma cara, misma raza, que sostiene el discurso. Catalítica de sentimientos. Apabullante final. Capaz de conseguir sintetizar en sus minutos finales una guerra mundial, y no sé cuántos años después el resultado de la vida de nuestros protagonistas. Que fue la de todos los mediterráneos.

El ritmo, perfecto. Cuando parece lento porque debe serlo. Es una joya.

Me la recomendaron encarecidamente. No me contaron nada de su argumento, solo que era Argentina, que tenía mucha crítica social y que tenía mucho humor.

No es que se quedaran cortos, es mejor de lo que puedas imaginar.
Me sorprende desde el principio, el rtimo, el tema, sin descuidar al pscionalista argnetino, por supuesto. Personajes bien caracterizados, un guión de lujo, todo sentido del humor. Una idea que cualquier puede explotar y que se lleva poco al cine.

Desde luego, no te la pierdas, es el punto de azúcar que necesita la vida.

Ambientada en esos 70 y 80 neoyorquinos, con una excelente ambientación musical. Una historia particular, sin alardes, sin tontería ni medias tintas. Un niño que crece en el seno familiar y un bar que siempre acoge.
Lo volveré a ver una y mil veces, que es un gusto encontrar historias sencillas y con buena música.

Empieza bien. Hay historia, hay guión, hay idea. Pero los actores... a unos no les crees, no interpretan bien su papel, no es creíble, no da sensación se jugar con fuego a cada paso.

A mitad de la película... todo es lento, el desenlace, te lo dan mascadito, no hay que poner imaginacióna anda, no hay que dar nada por entendido, ves los tiros, las balas, las miradas y lso muertos como si estuvieras delante. No añade credibilidad.

Efectos especiales de nota, eso si. La sangre parece sangre y salpica como si estuvieras delante de la cámara.

Un montaje recortado la convertiría en una película aconsejable.

Martin Sheen lo hace muy bien, como Vera Farmiga que encima está buenísima.