Es difícil añadir algo para intentar explicar la genialidad que encierra este título. "Obra Maestra", es el único modo de definir esta maravillosa historia. Solo un consejo, cuando la veamos, olvidémonos de cuestiones alrededor de "moralinas", o contenido "religioso". Simplemente fijémonos en su verdadero mensaje "Todas y cada una de las vidas, todos y cada uno de los seres humanos, todos y cada uno de nosotros somos lo más importante......."
Creo que la película es una gran medicina contra la depresión.

Ni siquiera la esplendorosa voluptuosidad y belleza sin igual de la Bellucci consiguen salvar este autentico bodrio.

El guión no tiene lógica, es absurdo, increíble y memo. Para colmo pretende aparentar ser una comedia de enredo, sensual e inteligente con final sorprendente. Ni resulta cómica, ni enreda nada, ni es sensual (salvo las tres escenas en que la Bellucci nos deleita con sus perfectas carnes), ni mucho menos inteligente.

Es un subproducto a caballo del porno sin porno, y del cine sin cine. Su música es pésima y agobiante.

Eso sí, la Bellucci está..., digamos: imponente.

Salvo que seas francés, o un admirador incondicional de Edith Piaf , lo mejor es que te abstengas de perder el tiempo con esta película.

En esta película encontramos ingredientes suficientes para que fuese una gran obra:

1.- Una banda sonora perfecta, próxima y conocida.
2.- Una actuación magistral de Marion Cotillard, y mucho más que aceptable del resto de actores y actrices.
3.- Una dirección impecable.
4.- Una buena puesta en escena.
5.- Un guión basado en una historia impactante, real y trágica.
6.- Perfecta ambientación, iluminación, maquillaje y vestuario.

Y sin embargo, y a pesar de todo ello, nos encontramos ante una consecución de escenas deslavazadas, que provocan en el espectador el más profundo de los aburrimientos. Ni nos hace llorar cuando lo pretende, ni nos hace reír cuando debiera, ni mucho menos nos hace identificarnos ni con los éxitos, ni con lo fracasos de su protagonista. Solo consigue aburrir.

La película es regular, no llega a ser mala por que con voluntad y poniendo un poco de tu parte puedes soportarla entera, con la vana esperanza de que pueda llegar a suceder algo que merezca la pena, y que lamento adelantarte no sucederá.

Hace muchos años en el colegio me explicaron de modo muy esquemático y sencillo que una historia debe tener un planteamiento, un nudo, y un desenlace. Lo peor de “Entre mujeres” es que está mal planteada, no llega a anudarse, y el desenlace es para salir corriendo. Estructuralmente mal contada.

Todo ello sin entrar en detalles del guión de muy mal gusto, mal explicados, y peor puestos en escena. Como muestra un botón: Abuela muerta en el salón de la casa, chico que sale a la calle y se encuentra a señora (¿amante?), hablan de una carta que le escribió tranquilamente, y el chico no le dice: “mi abuela ha muerto”. ¡Es para morirse el espectador!. Y de estas escenas hay unas cuantas en la hora y media que dura esta cosa.

Floja, muy floja.

Cuando se pretende profundizar no se puede ser superficial. “Dos días en Paris” es una muestra clara de lo que significa ser pretencioso. Intenta baldíamente, mostrarnos en toda su crudeza como es una relación sentimental, y como funcionan los mecanismos y resortes en una pareja. Sin embargo se queda en al piel, por lo cual fracasa, el bisturí no llega a diseccionar la “relación”. Como mucho ejecuta un nuevo tatuaje en la piel de sus protagonistas. Demasiados tópicos para ser tomada en serio.