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La favorita

Drama. Comedia Principios del siglo XVIII. Inglaterra está en guerra contra Francia. Una reina debilitada, Anne (Olivia Colman), ocupa el trono, mientras que su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna en la práctica el país en su lugar, debido al precario estado de salud y al carácter inestable de la monarca. Cuando una nueva sirvienta, Abigail (Emma Stone), aparece en palacio, su encanto seduce a Sarah. Esta ayuda a Abigail, la cual ve una ... [+]
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Críticas 190
Críticas ordenadas por utilidad
7 de enero de 2019
174 de 212 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al mismo tiempo, una farsa histórica delirante y un drama de época fidedigno. Yorgos Lanthimos balancea su más reciente película entre esas relaciones aparentemente opuestas con el equilibrismo del que sólo es capaz un gran director, relaciones que durante dos horas nos van a mantener siempre con una mueca en la cara y sacar muchas carcajadas. Sus personajes son líderes y son más bien niños con rabieta. Su puesta en escena es suntuosa, preciosista, y Lanthimos la sacude con su cámara siempre en un ángulo raro, distorsionado, electrificante. De esa dualidad construye este pequeño mundo de apariencia majestuoso, pero que basta ver un segundo para olerle lo podrido.

Me cuesta trabajo decidir que es lo que hace más seductor este mundo podrido de Lanthimos, si su impecable estética o las actuaciones. Hasta The Favourite, ninguna película de Lanthimos contenía actuaciones que uno pudiera admirar por separado, que se sostuvieran por sí solas. Eran actuaciones de película de Lanthimos. Aquí, sin rebajar su estilo las actuaciones brillan, en parte gracias a la locuacidad regia del guión (por primera vez no escrito por Lanthimos para una de sus obras) que da peso a cada oración y la presencia de sus tres actrices principales. Gran parte de la diversión que ofrecen estas dos horas consiste en ver a Stone y Weisz enfrentarse en duelos de diálogos a velocidad de metralleta. O si no, ver a Colman caer en sus rabietas de niña vieja. Es de una delicia retorcida.

La película es juguetona en sí. No hace declaraciones. Muestra crueldad, decadencia, pero sobre todo ridículo y deja que el espectador se haga las ideas. Es muy inteligente para caer en un clímax obvio. No hay un enfrentamiento final entre Stone y Weisz. Una se hunde en la propia podredumbre y la otra alcanza una extraña dignidad en su derrota. Pero nada más.

Lo mejor de todo, sin embargo, es presenciar la forma en que Yorgos Lanthimos habita y hace suya la película. Hemos visto estos dramas palaciegos con guiones ahogados en famoso ingenio británico hasta el hastío. The Favourite se las arregla para sentirse nueva y original aunque no lo sea. Cada detalle está saturado del amor por lo grotesco, el espacio entre lo real y lo surreal que habita Lanthimos, los diálogos inexpresivos lanzados con justo la fuerza necesaria, los choques de poderes observados como si se trataran de juegos de niños.

Su estilo es suavemente pirotécnico. Su gracia queda establecida rápidamente, en los primeros diez minutos de película que disparan con todo. Lo difícil es mantener esa energía por las siguientes dos horas. Lanthimos lo consigue y ese es su triunfo. The Favourite es deliciosa. ¿A cuántas películas podemos llamar deliciosas sin exagerar?
Arturo Belano
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13 de enero de 2019
125 de 171 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se ha hablado esta película, dejándola como una de las mejores películas del año pasado, y un clara favorita a los Premios Oscar de este año. En los Globos de Oro sólo se ha llevado un (merecido) galardón, aunque la crítica, y otros festivales, se han rendido a los pies de esta sátira sobre el poder y la ambición. 

No había visto, hasta ahora, ninguna película de su director, Yorgos Lanthimos, responsable de "Langosta", que, por lo que se ve (y escucha), no dejó indiferente a nadie. Pues bien, su última película es, de momento, la más aplaudida. 

He tenido oportunidad de visionarla, y debo decir que, una vez más, los críticos y yo, jamás llegaremos a un consenso, porque me ha parecido una película que, sin resultarme mala, si me ha resultado una más, con algún elemento interesante, pero poco más. Pero como siempre, no adelantemos acontecimientos.

La dirección de la película se nota que está hecha con cuidado y mimo (hay algunas escenas a cámara lenta, tan hilarantes como necesarias), y, técnicamente, no se le puede encontrar ningún pero. A destacar el vestuario, los decorados, la música... todo impecable, sin reproche alguno.

En cuanto al guion, nos trae a tres personajes complejos y llenos de matices, y hay escenas y diálogos muy logrados, pero queda un regusto amargo al finalizar el visionado, como que falta algo, aunque eso es algo que me suele suceder con las películas que los críticos ponen por las nubes, como con "Roma". Serán cosas mías.

Sí por algo destaca esta película, es por su fabuloso y excelente trío protagonista. Olivia Colman (a la que vi en persona, aunque de lejos, en un rodaje) ganó el Globo de Oro, y merece el Oscar, de forma incuestionable. Su interpretación es la mejor de la película, y es impresionante lo que puede hacer con un personaje tan difícil. Lo mejor de la película.

En cuanto a Emma Stone, cumple a la perfección como joven damisela llena de ambición, que no dudará en pisar a quien sea para conseguir sus objetivos. Luego tenemos a la siempre estupenda Rachel Weisz, en otro papel complicado, del que sale victoriosa y con nota alta.

Como ya digo, esta película no sería lo mismo sin sus tres protagonistas principales. Ha tenido suerte el director de contar con tanto talento. Por otro lado, los secundarios también están muy impecables, destacando a un sorprendente Nicholas Hoult.

En conclusión, y siempre para quien esto escribe, estamos ante una película más, que considero que en unos años se habrá olvidado, pero que, si por algo destaca, es por su excelente reparto. No me ha parecido una mala película, pero tampoco nada destacable ni digno de tanto elogio. Cuestión de gustos.

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
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12 de febrero de 2019
43 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
La crítica suele crear nuevos genios cada dos por tres. En algunas ocasiones existe una base sólida para ello; en otras, hay que esperar, analizar y reflexionar. Viene esto a cuento de Yorgos Lanthimos, un espabilado realizador griego que, de la noche a la mañana, ha pasado de ser un francotirador a convertirse en el niño mimado de la industria. Y no lo veo claro. Porque ni Canino ni Langosta me parecieron grandes maravillas, sino pedantes ejercicios de estilo que ocultaban detrás una nada avasalladora.Pero en Langosta ya contó con Colin Farrell y Rachel Weisz (y con Olivia Colman, cuidado), se rodó en inglés, y lo mismo cabe decir de El sacrificio de un ciervo sagrado, con Colin Farrell de nuevo y Nicole Kidman. Todavía no la he visto, pero teniendo en cuenta mis tendencias masoquistas, no me cabe duda de que lo haré en cuanto caiga en mis manos. Se rodó en Estados Unidos, por cierto.
El nuevo encargo de Lanthimos, porque de eso se trata, es una tragicomedia de tema histórico sobre la desdichada reina Ana Estuardo y sus dos amantes, Sarah Churchill, antepasada directa de sir Winston, y la advenediza Abigail Masham. El mismo realizador ha declarado que la precisión histórica no le interesaba demasiado, sino las relaciones entre los personajes. Esta vez, el público se ha aliado con la crítica, y La favorita ya huele a Oscar en diversos apartados, siempre que Alfonso Cuarón y su Roma lo permitan. Se trata de una cinta calculadamente pretenciosa y salpicada de morbo, en que importa más la tensión entre el trío protagonista que el contexto histórico. Mandan las mujeres, y los hombres son simples comparsas de la trama y de las intrigas cortesanas, personajes de erección pronta y escaso cerebro. Por supuesto, se nos ofrecen pinceladas de ese curioso Parlamento en que la reina tenía la última palabra, y lo que se legislaba por una parte se descomponía en privado con un simple cunnilingus. La ambientación, los decorados, el apartado de vestimentas se llevarán alguna estatuilla, por supuesto, y muy mal tendría que ir para que al menos dos de las estrellas vuelvan a casa acompañadas del hombre calvo , aunque mi corazón está con Yalitza Aparicio. Es difícil destacar a una sobre las otras dos: Colman está poderosa y contenida, Weisz magnífica como de costumbre, y Stone magnética con sus ojos de gata. La fotografía, que toma prestada la luz existente sin recurrir a artificios, contribuye a situarnos en ambiente, y los diálogos mezclan lo literario con lo vulgar, como en toda buena pieza de época que se precie. El uso del gran angular me irritó en algún momento, pero caramba, Lanthimos es un autor y ha de dejar su huella, a pesar de que sea la primera cinta en que no participa en el guión. Ahora veremos cómo le sienta el éxito a nuestra joven promesa. Espero que no acabe rodando una de superhéroes con ínfulas de tragedia griega.
Eduardo
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21 de enero de 2019
53 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
01. Por los tres personajes principales, todos femeninos, que llevan la historia como uno solo, en perfecto equilibrio, hasta el final de esta obra triangular del barroco tardío.

02. Primer vértice del triángulo, la Reina Anne (Olivia Colman) debilitada por la enfermedad y la tragedia, incapaz de apartar de sí un nuevo pedazo de pastel. El mismo pedazo que acabará, a medio digerir, en el fondo de la palangana real, como bien sabe ella.

03. Segundo vértice, Lady Sarah (Rachel Weisz), el pulso necesario para acompañar el giro del arma y dar justo en el corazón. Cota de malla para sostener el cuerpo y la mente de Anne.

04. Cierra el triangulo, Abigail (Emma Stone), abierta a la ambición, aquella que la mezquindad eleva a grado de supervivencia. Lobo en piel lechosa y mirada inocente de cordero.

05. Olivia Colman, Rachel Weisz y Emma Stone, una sinergia donde la pasión se desborda. Tres actrices sin corsé al que sujetar todo lo que encierran sus personajes. Y el director Yorgos Lanthimos que mima a esos tres personajes y los destroza y los recompone entre mimos y… Sí, los vuelve a destrozar. Con la falta de cariño que adolecen Anne, Sarah y Abigail.

06. Voluntad de poder desmedida. Lucha política, lucha de amor. Lucha. Todo es lucha.

07. Animales: conejos, palomas, pavos, caballos, langostas, tejones, marmotas… y, por supuesto, los seres humanos. Tal vez, el más animal de todos. Lección para esos días de lluvia, cuando lo antropológico se inmiscuye sin reservas dentro del campo de la zoología. Aquí, Lanthimos inserta su sello personal.

08. Drama histórico, conspiraciones palaciegas donde los hilos de la manipulación recorren pasillos secretos y conectan salas, bibliotecas y alcobas.

09. Oscuridad nocturna que rodea el exiguo globo de luz ambarina procedente de la llama de una vela. Iluminación sin artificios, es la apuesta del director de fotografía, Robbie Ryan.

10. La vanidad de una corte, la inglesa de comienzos del siglo XVIII, que pronto se avendría a escuchar, más allá del Canal de la Mancha, el agudo deslizar de la hoja por los rieles de la guillotina.

Más razones para seguir viendo cine en: https://diezrazonesparavercine.home.blog/
diezrazonesparaver
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26 de enero de 2019
60 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que reconocer que Carlos Boyero, en El País , me ha hecho dos tercios de la crítica. Toda una excepción. Malos tiempos estos en los que se encumbra a directores por el simple hecho de que alguien dijo un día -y cuajó- que eran la 'vanguardia', la modernidad, el exotismo, cine de autor... . En fin: cine 'raro', 'distinto', 'rompedor', 'contra corriente', 'incorrecto políticamente', 'provocador', etc.

Con decirles que hasta los títulos de crédito están inundados de esa estúpida pretenciosidad infográfica con la que algunos diarios te ofrecen la imposible lectura de un texo, espero que se hagan una idea.

Volvamos. Como es lógico, cuando esa fama prende, los 'especialistas' puntúan las obras de Yorgos Lanthimos con notas espectaculares y los grandes premios cinematográficos le llenan de honores, resulta difícil resistirse a contemplar qué hay detrás de tanto deslumbramiento.

Y es entonces cuando me alejo del Boyero, ya que si él superó su inicial aburrimiento y amago de irritación, yo me aburrí hasta dormirme repetidamente y si no salí de la sala fue porque tengo la pésima costumbre de esperar hasta el final, no sea que el film tuviera algo que pudiera justificar algunas de las infinitas palmas recibidas.

Ya les adelanto: nada de exteriores; la práctica totalidad de la película se desarrolla en unas pocas salas del palacio: sustancialmente, en un precioso pasillo o en la alcoba de la Ana de Gran Bretaña, que padece una gota que, curiosamente, nos la presentan con unos síntomas que se le extienden por la pierna en forma de dolorosos excemas [?].

Pero no se engañen, tampoco se trata de un cine teatral. El guión es de una simpleza tal que no da ni para un mal entremés. Ahora, eso sí, procacidad toda la que vds gusten: la reina no piensa más que en follar [sic], quiero decir, en que una de sus dos 'trepamantes' le practique el correspondientes 'squirting' en sus correspondientes partes, mientras sus 17 conejos pululan por la cámara.

Y, claro, si tampoco hay más historia que las calenturas de su Majestad y las esporádicas apariciones de dos líderes de un Parlamento ingles que reparte sus intereses entre guerrear con Francia y disfrutar del folleteo con cualquiera que se les pusiera a tiro, ya me contarán vd cómo se sostiene algo así.

Si a eso le añaden que el director griego se pasa las dos horas manejando la cámara a su habitual gusto, es decir con una pretendida originalidad basada en contínuos grandes angulares, contrapicados, ojo de pez y demás virtuosidades tan apropiadas para un relato del siglo XVIII...

Aunque le extrañe a vds, dicho lo cual, también el erotismo, contrariamente a lo que pudiera esperarse en un relato de tal naturaleza, no se atisba en momento alguno, seguramente porque la fealdad y pasividad de la reina no daba para menos y porque, como es sabido, en aquel tiempo se podían practicar toda suerte de sexualidades sin caer en la chabacanería de desnudar el cuerpo...

¿Se salva algo de tal esperpento? Sí, desde luego: la magistral actuación de Olivia Colman en el papel de la Reina y la buena interpretación de Rachel Weisz haciendo de amante ilustrada. Porque Emma Stone no se cree su personaje ni de broma.

También tengo que reconocer que el director frena en seco sus propias y 'divinas' originalidades cuando de transmitir la inmensa soledad de Ana Estuardo se trata, con una realización académica que hiela de emoción al espectador. Pero sólo en unas cuantas secuencias, ya digo.

La banda sonora -incorporada (no hay original) y eminentemente barroca-, la fotografía de Robbie Ryan, el diseño de producción de Fiona Crombie y el vestuario de Sandy Powell, también son destacables.

Sin fondo, no hay apenas forma, siquiera feminista, por mucho que se empeñen. [6 sobre 10]

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2019/01/26/la-favorita-r-unido-2018-de-yorgos-lanthimos/
elquicio
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