Llévame contigo (Emporte-moi) (1999)

Es Hanna. Es Montreal. Es 1963. Pero todo empieza antes, y no es ningún capítulo de la vida de Hanna: Es Nana, es París, y son finales de los 50.
Nuestra protagonista quiere ser Nana. No sabemos hasta qué punto lo es y hasta qué punto ella quiere serlo, pero el caso es que existe un fuerte vínculo.
La película se convierte en una lucha entre paralelismos y desavenencias entre ambas vidas, centrando las similitudes en la obsesión de Hanna por la protagonista de su película favorita, y las principales diferencias en la edad y el entorno familiar.
Léa Pool demuestra una vez más que esta es su especialidad, el drama en la adolescencia. Vuelve a tratar el tema de la homosexualidad, el drama en situaciones límite, y el basar su película en otra película, como ya sucediera en Lost and delirious, Maman est chez le coiffeur, y La femme de l´Hôtel, respectivamente.

Léa Pool no realiza un “cine de actores”, sino un “cine de personajes-persona”. Entre 1998 y 1999, coescribe con Nancy Huston y dirige en solitario su sexto largometraje “Emporte-moi” (1999), también conocido por “Set me free”, una cinta donde la directora comienza a hablar más abiertamente del frágil mundo de la adolescencia y de la figura del padre como autoridad, y la figura de la madre como acogimiento de lo parido.

“Emporte-moi” (1999), supone una historia que hace aflorar las contradicciones entre dos mundos del Canadá: el campo y la ciudad; la casa de los abuelos y la casa de la familia nuclear; el cine y la realidad; la escuela y los barrios degradados. La cámara crea unas fantasías cromáticas expresionistas que nos muestran el frágil universo que rodea a la niña protagonista y su despertar a la adolescencia. Es la película que más referencias personales incluye de la directora de Quebec, y el guión refleja, además del despertar a la adolescencia, al mundo de los adultos, su admiración por su profesión.

Oscilando entre un mundo de ensueño y un firme control sobre la realidad, el de Pool, es un cine que posee la constante de un discurso moderno sobre la creación de una obra y, cómo no, de sí misma y de lo más destacado de la Nouvelle Vague. De hecho, en sus primeros tres filmes, el personaje central es un creador. Más adelante, aparece el artista que no llega a serlo, como en este título.

Indicar que el patriarca del cine de Léa Pool no es otro que su mentor, François Truffaut, a quien deliberadamente homenajea en “Emporte-moi” (1999), al incluir similitudes entre la protagonista de este título y, Anna Karina, la protagonista (y esposa en aquel entonces de Truffaut), de “Vivre sa vie” (1962). Con claras referencias, homenaje y recordatorio a “Vivre sa vie” (1962) de Jean Luc Godard,

“Emporte-moi” (1999) supone la primera incursión cinematográfica de la actriz Karine Vanasse. Ya en “Emporte-moi” (1999), se nos presenta en blanco y negro a la prostituta ‘Nana’ del cuarto filme de Jean Luc Godard, “Vivre sa vie” (1962), a quien da vida Anna Karina, y por quien la protagonista de “Emporte-moi” (1999) muestra especial predilección al querer ser como ella y protagonizar su propia película.