All the Wilderness (2014)

Soy un mono, trepo y salto por la naturaleza.
Soy un lobo, merodeo y cazo por la naturaleza.
Estas son las palabras, que repite insistentemente James Charm, un joven perdido en sus dudas, en su experiencia vital y en sus referentes adultos. Vamos, otro adolescente.

Anota hechos y no parece que realmente les de importancia. Escucha a su psicólogo y solo se para a pensar que puede parecer que no le está escuchando, pero él tampoco lo hace.
Hasta que un día, merodeando por la ciudad, escapando de esos complejos que le hacen sentirse más animal que joven, encuentra algo parecido a un refugio por parte del enigmático Harmon. Por primera vez, se siente comprendido en un mundo a menudo incomprensible. Completo en una existencia fragmentada.

Varias cosas: es de agradecer que la historia no vire hacia la fantasía exagerada ni hasta el drama amable. La dualidad está ahí, y recoge todos sus ventajosos frutos.
La entrada de James en el mundo de Harmon y sus amigos es mostrada como un interludio casi mágico, pero dolorosamente consciente y real. James no está actuando bien, y la sencillez de este planteamiento golpea bastante bien donde debe hacerlo, pero a la vez consigue estar justificado: necesitas probarlo todo para comprobar que no te gusta.

Su relación con Val es otro vértice curioso, casi un espejo deformado: ella, segura y trabajadora, se revela llena de inseguridades en un simple acto, inseguridades que tapa precisamente con esa actitud.
La caída de la confianza en Val, en esa época adolescente en la que nos apoyamos en el juicio de los demás para validarnos, será definitiva para que James decida, decida enfrentarse a esa sensación de abandono y a todos los miedos que le perseguían cual animal.De entre todos los caminos posibles, entre los más sombríos y los más fáciles, escoge el más difícil: el suyo propio (podrá tener algo que ver que su psicólogo quiera por fin escucharle cuando ve que se ha producido un cambio en él.

Al final, el simple triunfo de James consiste en una sola cosa: asomarse a la naturaleza salvaje y alocada de su interior, y decidir que puede enfrentarse a ella. Que no tiene que seguir el ejemplo de otros al tratarla.
Porque en un mundo loco, más salvaje de lo que parece, quizá la única valentía sea ser fiel a ti mismo.

Es una película rodada con buen gusto, dentro de un tempo que alterna pausa con momentos de más excitación. Narra la vida de un adolescente que experimenta un vacío existencial tras la muerte de su padre. Logra transmitir lo necesario, sin demasiados alardes, y sin añadir minutos innecesarios. Muy buena fotografía.