Chupa (2023)

Tierna, dulce, divertida y bastante infantil/juvenil película sobre el mito del chupacabras, animalejo del folklore sudamericano que bebía la sangre de animales domésticos, siendo sus preferidas las cabras, claro.

Dirige Jonás Cuarón, hijo de Alfonso Cuarón, el conocido director y guionista mexicano (director de la oscarizada Gravity, cuyo guión fue escrito por ambos, padre e hijo), que en esta ocasión realiza un producto para los más pequeños de la casa.

Ambientada en 1996, un jovencito de Kansas, va de vacaciones no de muy buen grado a México una semana con su familia: sus primos y su abuelo ex-luchador, aún en forma, pero olvidadizo (por una lesión). Allí se encontrará con las tradiciones locales, y sobre todo con la afición a la lucha libre arraigada en su familia. Están, por supuesto, los 'científicos' que van detrás de los chupacabras, liderados por Christian Slater.

Sobre la criatura, está bastante conseguida, es muy cuqui, aunque en vez de parecer un chupacabras parece una mezcla de una 'mantícora' (criatura también mitológica) con un peluche.

Producto modesto con un argumento visto cientos de veces (con pequeños aliens, monstruitos varios, orcas y demás), pero que se pasa en un suspiro, para ver con los peques (o no) y aunque no consiga muchos aplausos, si conseguirá sacar varias sonrisas.

Wolf.

Cuarón nos entrega Chupa. Que decir de esta peli, quizás que es un producto deliberadamente simple, orientado a toda la familia pero enfocado principalmente en los niños. Básicamente, estamos frente a una mirada infantil de ese mundo plasmado, tanto en desarrollo argumental como en ejecución.

Lo curioso es el bicho elegido para ser el peluchito de turno: el mito del chupacabras es cualquier cosa, menos algo tierno. Más propio para una peli de terror, si queremos ser quisquillosos. El resultado aquí es un híbrido: una especie de grifo, mezcla de perro con mono (por su manera de agarrar objetos con sus garras delanteras) y alas semi funcionales. Sus formas de interactuar con los niños recuerdan a Jorge el Curioso.

El argumento es clásico, dando prioridad a los vínculos familiares. Una insinuación tibia al enamoramiento entre el niño prota y su prima; el recuerdo siempre presente del padre fallecido y la imagen heroica del abuelo y la lucha libre. Vale destacar que toda la peli se aferra a la nostalgia de los ochenta y noventa, con menciones de todo tipo. Tampoco puede faltar una escena sacada de Jurassic Park (¿Es una nueva agenda? Porque ya resulta sistemático en toda peli de género fantástico).

Pese a su manifiesta inocencia, no puede dejar de notarse cierta "cutrez" en el manejo de las cámaras, junto al desarrollo ultraprevisible de los hechos. Tampoco interesa dotar de cierto misterio, o suspenso, a la criatura. Todo resulta en extremo obvio y servido en bandeja. Chupa vuela bajito, y parece no importarle.