El sepulcro de los reyes (1960)

Debra Paget ponía más que su talento interpretativo esta vez su belleza para encarnar a una faraona siria, casada a la fuerza con un faraón lunático, Menorat, a quien no puede amar, y con ello comienza el detonante de una historia que si bien me entretuvo fue mucho más por el retrato de la muerte en el Antiguo Egipto y sus ritos, sus costumbres y edificios, en una palabra, el concepto, más que por la historia insípida en sí.

Ettore Manni hace lo que puede con un guión tirando a flojo, pero que refleja una realidad existente en el mundo de la arqueología y de las costumbres egipcias, así como la visión del faraón como un ser divino sin error alguno en su juicio.

Debra Paget luce figura, Cerchio nos enseña las grandes tumbas, y una película de peplum más.

"- Eh, mirad, el funeral del faraón.
- Los faraones sólo vienen por aquí una vez muertos".

Coproducción entre Italia y Francia, narrando un péplum con la antigua Egipto como fondo de la historia, con un argumento que se asemeja un tanto a la estupenda "Tierra de faraones", al menos tiene más de un punto común con ella.
Lo cierto es que podría haber estado bien pero el guión se centra en las intrigas palaciegas, vistas una y mil veces en no tanto anteriores filmes, pero sí posteriores. Cuando se han visto tantas de parecido pelo...
En líneas generales es una cinta vulgar, tediosa en su mayor metraje, que sólo remonta el vuelo en su parte final, con una algo lograda intriga. Hasta entonces y más allá de la buena fotografía de Anchise Brizzi y la belleza de Debra Paget, poco que destacar.
Mucho bla, bla, bla, tópicos a mansalva y cierto aburrimiento en algunos momentos.
Para olvidar.

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