El hombre cañón (The Strong Man) (1926)

Segunda película del que sería uno de los más importantes directores de Norteamérica: Frank Capra, y también, su segunda obra como director en solitario, con el comediante Harry Langdon, uno de los nombres más importantes en La Edad de Oro de la comedia norteamericana.

La historia comienza en Bélgica, durante la Primera Guerra Mundial, con Langdon como un soldado desprevenido quien no posee mayor destreza con las armas, pero, es un campeón de la honda con la que se defiende muy bien de sus incidentales atacantes.

Cuando se declara el armisticio, regresa a la ciudad como empleado del soldado “enemigo” que lo hizo “prisionero” durante los últimos momentos de la guerra. Ahora, éste se llama Zandow y se promueve como hombre de circo llamado: El Hombre más Fuerte del Mundo. Con él, comienza a montar un espectáculo donde el número fuerte será, El Hombre Cañón.

Pero, antes de esto, nuestro amigo pasará por varias divertidas experiencias. Primero con una bella delincuente quien, por huir de un policía, esconde un fajo de billetes en su bolsillo. Luego lo veremos en un viaje en diligencia, camino a Cloverdale, donde tendrá una maltratada aventura; y después llegará al pueblo donde, antes del promovido espectáculo, buscará a su amada Mary Brown, la chica de quien leía sus cartas en el frente.

Cloverdale, es una ciudad tranquila en el día pero, de noche, cunde la juerga en un lugar llamado, "The Palace", donde el licor, el juego, las riñas y los espectáculos, se complementan para beneplácito de sus moradores, y para deshonra del pastor Joe Brown, quien, en vano, trata de unir a sus feligreses contra aquel "antro de vicio y de pecado".

Capra, logra una hermosa puesta en escena, con una preciosa iluminación y efectivos trucajes, aunque escasean los momentos divertidos y la película se desenvuelve entre la aventura y el drama, más que en la comedia. Langdon, por su parte, con su saco corto, su pequeña corbata y su sombrero de copa, nos recuerda al nostálgico Charlot, pues, se muestra hábil y recursivo para superar los conflictos que surgen en su camino.

Se anticipa con esta historia, el cine pletórico de principios, dignidad, solidaridad y acciones edificantes, que caracterizaría la obra de, Frank Capra, lo cual la convertiría en uno de los legados más trascendentes y memorables del arte cinematográfico.

Estamos ante un filme que se deja ver fácilmente y que, aunque carece de brillantes toques de comedia, resulta agradable y placentero de principio a fin.

Título para Latinoamérica: HÉRCULES POR NECESIDAD

Con esta película inicia Frank Capra, uno de los grandes, una filmografía predominante en su tono de comedia en sus inicios, y que con el paso de los años fue sumándole un determinado discurso bienintencionado, emocional y emotivol que a mi personalmente me sigue llegando.

Aquí la estrella no es Capra, sino Langdon, uno de esas estrellas del cine mudo hoy olvidadas que plasmaba un estilo de interpretación de chico inocente y recto, pero que en determinados momentos puede ser travieso y hasta duro. Sus películas con Capra suponen su máximo status en la actualidad, dentro de una carrera que fue haciéndose mas discreta con el sonoro, y en una industria donde ocupoo varios oficios (productor, actor, director, guionista,...).

Por su parte, Pricilla Bonner, era otra estrella en su época, que el final del cine mudo se casa, y decide retirarse hasta su muerte en los 90 (70 años de retiro, no está mal).

Hablando de la película, no está mal, tiene buen ritmo, Langdon llama la atención por su peculiridad interpretativa, la historia, aunque poco creíble es un cuento por el que te dejas llevar, hay algún buen momento de emoción, y alguna escena, gag, muy físico, y desternillante que se puede colocar en cualquier antología de imágenes de cine mudo (la subida de escaleras con la chica a cuestas, la entrada y salida que tiene en una diligencia durante un viaje, y el final de masas perfectamente rodado).

Buena película