El desertor (Miniserie de TV) (2020)

*La novela perdida

La novela El Desertor de Siegfried Lenz estuvo perdida durante 65 años tras ser rechazada su publicación. Cuando fue escrita se consideró que albergaba una visión de Alemania peligrosa y demasiado antipatriótica. La acción nos sitúa durante los últimos coletazos de la Segunda Guerra Mundial y toma como punto de vista el de un joven soldado llamado Walter Proska. Según he leído la novela tiene tintes autobiográficos, ya que su autor también acabó desertando. Tras sufrir el tren en el que viaja hacia el frente un sabotaje por parte de unos guerrilleros, el soldado acabará formando parte de una unidad que debe asegurar la línea férrea. En realidad es un grupo de soldados que parece lidiar su propia batalla interior y que viven afectados por la sinrazón del oficial que está al mando.

Toda esta parte hubiera requerido de un mayor énfasis en el aspecto claustrofóbico y surrealista, algo que sí parece estar reflejado en la novela. La locura de la guerra consta instaurada en ese pequeño habitáculo a modo de refugio en mitad del bosque. Podría haber dado lugar a una representación semejante a la acometida por Francis Ford Coppola en Apocalypse Now o al Foxtrot de Samuel Maoz. Sin embargo, Florian Gallenberger realiza un trabajo demasiado académico y con un tratamiento de cámara completamente inofensivo. Todo resulta tan pulcro y de una corrección tan absoluta que termina siendo aburrido.

*El sentimiento de culpa en la guerra

Aunque el periplo del protagonista de El Desertor es francamente interesante, creo que los 173 minutos que dura esta miniserie de dos capítulos podrían haberse concretado en un largometraje de menos de 120 minutos. La concreción le hubiera ayudado a centrar el mensaje. Tras su difícil estancia junto a esa unidad de majaras, el soldado será apresado y continuará sus penurias hasta que un golpe de suerte le dará una nueva oportunidad. La de cambiar de bando. El trabajar junto al ejército ruso le servirá para comprender que ambos lados de un conflicto bélico son iguales. Les mueven los mismos rencores y odios que a su vez provocan en él un mismo sentimiento de culpabilidad. Y es que la culpa es el gran tema de la novela y de la serie.

En paralelo a todo ese viaje iniciático provocado por la arbitrariedad de la guerra, asistiremos a una gran historia de amor entre el soldado alemán y una partisana polaca. Se conocerán en el tren que los guerrilleros boicotearán al inicio de la serie y a partir de ahí tendrán breves encuentros en los que darán rienda suelta a su pasión prohibida. Esta subtrama romántica me resulta poco creíble, muy telenovelesca. Por suerte, la buena actuación y química existente entre los dos protagonistas, Jannis Niewöhner y Malgorzata Mikolajczak, hace que funcione. En realidad acaba convirtiéndose en el verdadero hilo conductor de todo el tránsito emocional del soldado. La estación final del trayecto será mucho después de la guerra. He de reconocer que el desenlace no me termina de convencer, al menos la manera en que está planteado.

*Conclusión

El Desertor es un miniserie alemana dirigida por Florian Gallenberger, ganador del Oscar al mejor corto de ficción en 2001 con Quiero ser. La serie es una adaptación de la famosa novela escrita por Siegfried Lenz que tras estar desaparecida durante 65 años se publicó a modo póstumo. Es el mismo autor de otra reciente adaptación al cine La Lección de Alemán (Christian Schwochow, 2019). La serie combina el cine bélico con el melodrama romántico. Es la historia de un soldado alemán que se enamora de una guerrillera polaca y que acabará cambiando de bando para trabajar con el gobierno ruso.

Pese a lo interesante del contexto histórico y de las reflexiones que plantea acerca de la culpabilidad en un conflicto bélico, la serie es demasiado académica e impersonal. La emoción aparece con cuentagotas y el metraje se siente excesivo. Aún así, es un trabajo atrayente que cuestiona el arbitrario posicionamiento de buenos y malos en una guerra. También nos habla del azar como parte de la ecuación de la vida. Y de como no siempre nuestras decisiones van acordes a nuestros deseos más íntimos.

El Desertor tiene una producción consistente y la ambientación es bastante realista. Cuenta con un buen reparto donde destaca tanto la pareja protagonista formada por Jannis Niewöhner y Malgorzata Mikolajczak, como el actor Rainer Bock en un rol menos simpático. Es una serie recomendable para los que disfruten con todo tipo de ficciones situadas en la época de la Segunda Guerra Mundial.

Escrito por Daniel Farriol

'El desertor', adaptación de la novela de Siegfried Lenz que dirige Florian Gallenberger, toma forma de miniserie de dos capítulos y se puede ver en Filmin. Lenz no vio en vida publicada una obra que, pese a ser una ficción contiene apuntes autobiográficos. Pensamientos íntimos de un hombre marcado profundamente por la guerra. Como plasmación en pantalla de sentimientos, dilemas, dudas y conflictos emocionalmente disruptivos, la miniserie me resulta fría como un témpano. Autómata y distante. Un ejercicio cinematográfico con tintes oficinescos, que sólo de manera puntual sabe trasladar la intensidad del momento, el lugar o el contexto.

Walter (Jannis Niewöhner) es un joven alemán que parte hacia el frente cuando la derrota germana no está en discusión, salvo para los nazis más fanáticos. Él mismo tiene dudas, su familia no simpatiza con el régimen. Le une el respeto a la camaradería de sus compañeros. Un accidente de tren le sitúa dentro de un pequeño grupo de soldados que intentan sostener un Reich tambaleante en la retaguardia. Allí conocerá la desidia de un conflicto del todo perdido para su país y el amor hacia una partisana polaca. La vileza inherente a una conflagración en vías de extinción, cuando el sálvese quién pueda alumbra lo peor de la condición humana, se plasmó con singular crudeza en la película de Robert Schwentke 'El capitán' (2017).

En 'El desertor' el protagonista acaba enrolado en las filas del ejercito rojo. Casi un accidente para alguien vacilante, cuyas creencias apelan al sentido común, al de pertenencia y no precisamente al del fanatismo ideológico. Llegado este extremo, la narración adquiere unos derroteros que no me creo, incluido un romance improbable en tiempos de guerra que adquiere un involuntario toque sarcástico.

Todo ello envuelto en una escenografía perfectamente mejorable, casi de serie b. La cinta enfatiza el desengaño de este joven ante el desempeño de sus nuevos conmilitones. Con remordimientos que consumen ilusiones y energías. Lógico trauma de quién ha servido bajo el paraguas de los dos grandes totalitarismos del pasado siglo. Un mensaje contra el horror de la guerra y la bajeza ética de los contendientes que merecía, dado los antecedentes del escritor en que está basada la serie, un trabajo de mayor enjundia. 

Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es