Either Way (2011)

“Á Annan veg” es una coproducción de Gran Bretaña e Islandia y que transcurre en este último país. Compitió en la 59 edición del Festival de Cine de San Sebastián en la sección “nuevos directores” donde su realizador Hafsteinn Gunnar Sigurðsson (también autor del guión junto a uno de los protagonistas del film) no obtuvo el galardón y su película pasó sin pena ni gloria

“Either Way” nos ubica en los más desolados a la par que hermosos paisajes islandeses. Allí compartiremos la única compañía de dos trabajadores, amigos a la fuerza, que se ocupan de a pintar las líneas que delimitan las carreteras que surcan las infinitas tierras de nadie. Unos caminos que no parecen terminar nunca, unas sendas por las que nunca parece pasar nadie. Viviremos sus confidencias, sus risas, sus lágrimas y momentos más álgidos y más deprimentes, realizaremos con ellos un viaje a ninguna parte con su compañía como único sostén frente a desaparecer en la inmensidad del vacío, del frío.

Hilmar Guðjónsson, Sveinn Ólafur Gunnarsson (co-autor del guión este segundo) son los dos protagonistas de esta curiosa película y son sus personajes pilares de la historia. Sus interpretaciones son correctas y, a ratos, verdaderamente entrañables destilando verdad… aunque se echa realmente en falta una mayor profundidad en los mismos que generaría una mayor empatía e implicación del público en su aventura en soledad. Pienso que quizás este factor que debilita bastante el conjunto no es tanto culpa de su trabajo interpretativo como de la pobreza del guión por el que navegan y al que se ciñen, pienso que apenas araña la superficie de lo que podía haber sido, no arriesga, no se moja en el drama, no brilla en la comedia… y este hecho banaliza demasiado la película.

A favor de esta producción he de subrayar el “tercer personaje”, que no es otro que los tremendos paisajes islandeses, sus inhóspitos páramos donde la cámara se pierde más allá de donde alcanza la vista, sus gélidas llanuras y montañas cuyo frío mismo parece desprenderse de la pantalla gracias a un estupendo trabajo de fotografía de Arni Filippusson y un material de base que ya es deslumbrante en sí mismo.

Por todo ello, esta película resulta agradable de ver, entretiene, pero no trasciende y se diluye en la memoria como sus personajes entre las brumas de los páramos. Pasable.

-Enoch-

Dentro del ciclo que la Seminci ha organizado este año sobre el cine Islandés he podido disfrutar de una cinta pequeña pero con buenas intenciones. Es el segundo largometraje de Hafsteinn Gunnar Sigurðsson, el cual obtuvo el premio a la mejor película en el Festival de cine de Turín.

Finnbogi y Alfred son dos empleados de la red de carreteras del estado en Islandia que han decidido pasar el verano trabajando en dichas carreteras en la zona norte del país. La película se desarrolla en un escenario casi apocalíptico, en las colinas estériles de una tierra en gran parte desprovista de la población.

Es un viaje de descubrimiento entre estos dos personajes, uno ya con bastante experiencia y el otro joven, que se nota que está empezando el trabajo y que ha sido seleccionado como favor por parte del veterano ya que este es el novio de la hermana del personaje más joven. Entre ellos va surgiendo una amistad muy fuerte y nos van contando sus miedos y sus inquietudes.

El director nos muestra una puesta en escena desprovista de particulares artificios estéticos, utiliza unos primeros planos muy bien elaborados. Los diálogos están llenos de entusiasmo y le dan al juego un ritmo cada vez más frenético. Pero aparte de esos diálogos lo que más destaca son los silencios que se van produciendo entre una escena y otra.

El árido paisaje de esas montañas al norte de Islandia es otro personaje más dentro de esta historia. Es una película pequeña pero con un gran mensaje. Recomendable.

Lo mejor: La amistad que se va formando entre los personajes
Lo peor: Su parte final