El castillo de las mujeres malditas (Terror en el castillo) (1974)

Menudo engendro de terror europeo setentero. Todo lo que cabría esperar de tan insigne subgénero es una caricatura elevada a la máxima expresión en ésta cinta, de hecho, en una aventura de Mortadelo y Filemón hay más misterio, terror, humor y erotismo. ¿A qué mujeres malditas se refiere el título en español e italiano? El titulo en inglés ya me gusta más, "El castillo de freaks de Frankenstein", y menudos freaks, a saber, un enano más quemado que los palos del churrero, el mayordomo cornudo y traidor, el jorobado que se la pega con su mujer, la cocinera pechugona, y la guinda del pastel son el increíble Hulk y su archienemigo el hombre de las cavernas, con este es para mear y no echar gota. Ah, por cierto, el inspector de policía es quien pone algo de "sentido común" en todo el entuerto, primero haciendo oídos sordos a la horda encolerizada que pide la cabeza del Dr. Frankenstein por el robo de cadáveres y segundo por no dejarse llevar por absurdos rumores ante la evidencia de la muerte de una lugareña.
Recomendación : No visionarla bajo los devastadores efectos del proceso gripal, su sistema inmunológico poco podrá hacer para salvarlo. Doy fe.

Una ambientación rudimentaria, unos decorados poco cuidados y unos diálogos superficiales contribuyen a que la película que dirige D. Randall se convierta en una propuesta pobre y desangelada.
Todo en ella resulta modesto y tanto su forma como su contenido revelan que no estaban claras las intenciones al iniciar el proyecto, como si un halo de nimiedad se hubiera interpuesto en el camino de los guionistas.
La interpretación tampoco parece rigurosa y el desarrollo de la trama tiende hacia lo ingenuo o hacia lo grotesco.
Es como si hubieran creído que la sola invocación de Frankenstein bastaba para asegurar un éxito de público.