La venganza de la diosa de fuego (1968)

Secuela de She, AKA La Diosa de Fuego, estrenada tres años antes y protagonizada por Ursula Andress, muestra una cierta fatiga en cuanto a la concepción de la aventura, aceptando, de buen grado, su condición de película de serie B, con escasos extras y pocos decorados. Por lo demás, el guión sigue en gran parte la historia marcada de su predecesora, con un viaje lleno de peligros hacia una ciudad, Kuma, que apenas atisbaremos. Quién conoce el primer film ya no se sorprenderá con la historia ni con Kuma, lo que supone un evidente demérito. La actriz parece un clon algo más joven de la Andress pero no tiene la capacidad interpretativa de ésta. La película es monótona, acartonada, llena de clichés, con decorados y vestuarios casposos, con escenas de acción más propias de los filmes de María Montez de los dorados años 40 hollywoodienses.

A mí no deja de recordarme la segunda parte del Planeta de los simios original, la de Charlton Heston, donde no había capacidad para la sorpresa aunque se mostraba el mismo mundo que en la exitosa primera parte.

Aceptable film de aventuras aunque mediocre final de una saga que con más ideas y ambición podía haber llegado a algo más.

Continuación de "La Diosa de Fuego", del año 1965. John Richardson, quien interpreta a Kalikatres, es el único miembro del elenco predecesor que participa. La ausencia de los demás miembros se hace sentir.
Mientras el filme estrenado 3 años antes se ambienta en la época de la post 1° guerra mundial, conocida también como "la gran guerra", éste se ambienta en la época actual, mejor dicho, la época actual en la que se estrenó la película (2° mitad de los años 60).
Hay secuelas que desmienten eso de que las segundas partes no son buenas, así como también hay otras que lo corroboran. Esta película corresponde al segundo grupo; es claramente inferior al filme de 1965. Mientras que la película predecesora tiene cierta atmósfera de clase A, en la secuela se respira de inmediato un notorio aroma de clase B.
En el primer segmento del filme (antes de que los protagonistas lleguen a la ciudad perdida), la impresión es que estamos claramente ante un fiasco; afortunádamente, la historia se relata de tal manera que se siente la curiosidad por saber qué sucede después, lo que permite elevar en algo su puntaje. En el segundo segmento (cuando todo sucede en la ciudad) la película mejora notoriamente, lo suficiente para salvarla de la reprobación, pero insuficiente para aprobarla. Hay situaciones burdas cómo por ejemplo, la manera como se produce el viaje de la protagonista a África, una situación cláramente insertada con calzador. Además, el África árabe parece ser un territorio muy pequeño, lo suficiente como para que, poco después de llegar, sea factible dar con la ciudad.
Si bien es continuación del filme hecho 3 años antes, con toda propiedad podemos hablar de remake, ya que hay muchas similitudes argumentales. Si en la primera película la inmortal Ayesha atraía a Leo Vincey a la ciudad con la convicción de que era la reencarnación de Kalikatres, ahora es el inmortal Kalikatres quien atrae a la joven con la convicción de que es la reencarnación de Ayesha. Además, el personaje de Edward Judd es la versión masculina del personaje que interpretara Rosenda Monteros y el personaje de Derek Godfrey es un símil del que interpretara Christopher Lee.
Respecto de las actuaciones, queda claro que Olga Schoberová no es Ursula Andress, así como Derek Godfrey no es Christopher Lee. Incluso la actuación de John Richardson deja que desear; mientras que en 1965 tuvo una actuación convincente, en esta oportunidad se aprecia un desgano, como si estuviese arrepentido de haber aceptado participar.