Satanik (1968)

En pleno auge del subgénero fumetti en Italia (ya se habían estrenado la notable Diabolik y el entrañable díptico Superargo, entre otras), llegaba a las pantallas europeas una de sus escasísimas expresiones fílmicas con heroína femenina a la cabeza, la sensual a la par que letal Satanik.
El timonel para llevar a cabo este proyecto hispano-italiano fue el ya desaparecido Piero Vivarelli, quien tonteó con el fumetto nero gracias a su film "Mister X" años antes, y que se sirvió de los encantos naturales de la actriz y/o modelo polaca Magda Konopka para encabezar la cinta.
Lo que arranca como una simpática y muy libre adaptación de Jekyll y Mr. Hyde (con una mujer horriblemente fea asesinando a su colega científico para conseguir el elixir de la eterna juventud), va perdiendo su agradable y casposilla impronta fantástica para transformarse, pasada media hora, en una banalidad policíaca de lo más convencional.
La doctora Bannister (Konopka), comprensiblemente infeliz con su monstruoso aspecto, decide llevar al límite las consecuencias del experimento y se toma la supuesta pócima reparadora, para luego despertar como la sinuosa (y perfectamente maquillada) Satanik.
Será entonces cuando, como si de una venganza personal por sus carencias previas se tratase, comenzará su cruzada criminal para conseguir todos los lujos y joyas que se puedan, y por qué no, también algún que otro caballero de abultada billetera.
Como era de esperar, se abre una investigación por la muerte del científico asesinado y saltan a escena los inspectores de turno (entre ellos nuestro Julio Peña, aquí como miembro de Scotland Yard), que perseguirán a nuestra protagonista con bastante calma y que originarán una segunda línea argumental dentro del film, lamentablemente más aburrida.
Como viene siendo costumbre en estas co-producciones fumetti, tendremos un inevitable viajecito a la capital española, una sesión de auténtico flamenco, una moderada atmósfera pseudo-erótica (muy por debajo del homónimo en viñetas e incluso censurada en la España franquista) y gran cantidad de zooms innecesarios junto con un buen número de planos detalle que delatarán las limitadas artes de Vivarelli y su ramplona puesta en escena.
El potencial de la historia resulta en sí atractivo y por momentos prometedor, sobre todo en sus primeras secuencias, con un buen arranque. Cuenta además con una excelente banda sonora del todo apropiada y bastante superior al material de base (todo una pieza de culto para coleccionistas), pero desgraciadamente esa agradable y esperanzadora trama sobre el brusco cambio físico de la protagonista se difumina alrededor del robo de un collar de diamantes que nos hará desesperar y que miremos el reloj como haría Boyero.
El desfile de maquillajes, pelucas y modelitos de la Konopka aliviará momentáneamente nuestro sufrimiento, y pasaremos por alto sus sonrojantes ineptitudes interpretativas, gracias en buena medida, a sus contoneos y demás insinuaciones a cámara, a la que corteja a menudo y en especial, por su estupendo strip-tease final, bastante sutil pero genial (momento que no se disfrutó en la pacata versión española).
Sin embargo, de entre el grueso argumental que nos ofrece su plana segunda mitad, me gustaría destacar una secuencia en concreto con un puntito delicioso de pura erotomanía : la lucha entre una violenta Satanik y la mujer de un mafioso (con un minúsculo camisón y en bragas) dentro del dormitorio de ésta última.
Filmada con evidentes limitaciones pero con un estupendo ritmo, destaca por ser una escena del todo pasional y dueña de un peculiar erotismo, con tirones de pelo, agarrones en lencería, asfixias, coreografías asincrónicas, admisibles errores de raccord y un acelerado jazz de fondo, cargada además de una idónea selección de recursos fílmicos, como la cámara en mano o el trato subjetivo mientras Satanik "nos" abofetea. Una secuencia que otorga cierta dignidad al conjunto global y despierta algo más que simpatía en el espectador, convirtiéndose en una de las escenas clave del film (y que colma a nuestro pequeño fetichista interior).
Así pues, podemos decir que esta mítica cinta fumetti (tremendamente conocida en Italia, no tanto aquí), tiene un buen arranque gracias a su vertiente fantástica y su punto caspa, pero que deviene plana y convencional a medida que avanza, quedándose en terreno de nadie y por momentos aburriendo al personal.
Curiosamente Miguel Bardem le rindió un inesperado tributo en su film de 1999 "La mujer más fea del mundo", con resultados más que debatibles pero con un punto mitómano destacable. Una rareza que para algunos es de culto y que para otros va directamente al cubo de la basura.
Por último, debemos agradecer al sello italiano Nocturno por mimar tanto su edición en DVD, presentándola con un excelente transfer (debe ser el único fumetti junto a Diabolik que puede decir eso), buenos aunque escasos extras y un gran tratamiento del audio. Sólo se echan en falta unos buenos subtítulos en castellano, pero de eso, no tienen culpa los italianos.
SOSPECHOSOS CINÉFAGOS

De una inspiración bastante común, vemos a la Dra. Marnie Bannister (Magda Konopka) matar a un científico con el fin de recuperar la fórmula de una poción que da a una nueva juventud. Entonces se convierte en la joven y hermosa Satanik. Así la Dra. Bannister se transforme en Satanik después de beber la poción: no solo cambia su apariencia, sino que la poción también cambia su ropa y la cubre con maquillaje y pestañas postizas. El inspector de Scotland Yard Trent (Julio Peña) , comisario González (Armando Calvo) y le pisan los talones. Basada en el fumetti de Magnus y Max Bunker, resaltando la personalidad vengativa de Satanik, su sed de venganza contra aquellos que le han deseado el mal.¡Una verdadera heroína del mal, aunque su nombre nunca se pronuncia!

Tras el éxito de Fantomas y más tarde de Danger Diabolik y otros, una adaptación de fumetti (cómic italiano), los productores sintieron que había que continuar el filón. Hasta 1970, las pantallas italianas estaban inundadas de héroes enmascarados, que iban desde los dos Kriminals , los más extravagantes como Superargo vs Diabolikus y Baba Yaga, hasta la parodia Arriva Dorellik , signo inequívoco del fin de un ciclo. Estas películas eran entretenidas y divertidas con tramas retorcidas que combinaban a un luchador enmascarado tipo mexicano con el subgénero de espías europeos al estilo de James Bond. Las heroínas femeninas estaban desaparecidas, es por lo que es Satanik fue llevada a la pantalla. Se trata de una adaptación algo monótona basada en cómics, conocido en Italia como Fumetti, a partir de un guión en que intervienen elementos de los previos films aquí y allá. La contraparte cinematográfica de Kriminal, Satanik, aborda un tema de transformación física que ya hemos visto en los cines a través de películas de serie B como Wasp woman and Leech woman. Aquí mezclando clásicos mitos de Dr. Jekyll y Mr. Hyde o incluso el Retrato de Dorian Gray, pero contando con el pragmatismo de los autores de cómics transalpinos, que se permiten la facultad transgresora que ofrecen los tiempos modernos, tenemos derecho a excesos sin precedentes. Pero desgraciadamente esta adaptación resulta de mediocre calidad, porque Satanik sufre la comparación con Danger Diabolik, y siendo desgraciadamente de menor interés. Hay que tener en cuenta que en Francia el fumetti también se conoce como "Demoniak", siendo Satanik ya la versión francesa del italiano "Killing".

Es el opuesto cualitativo y creativo de Fantomas, la película pertenece inevitablemente en el género del genio criminal. Hay un cierto desequilibrio durante los 81 minutos, como si los autores hubieran querido precipitar de repente la acción y el cuasi erotismo al final de la película. Entre las decisiones de una fuerza policial apática y la falta de apuestas reales, director Vivarelli no logra darle profundidad a la película. Aparte de las enormidades deliberadas o involuntarias, como que La sensualidad, el misterio, el peligro y la simbiosis que emanaban de las aventuras de la pareja Diabolik/Eva Kant, por ejemplo, están casi ausentes aquí. Incluso la ausencia de moralidad, que también es una gran parte del encanto de los fumetti, se consolida como una lección de virtud para el público. Los atuendos seductores de Satanik y los vagos zooms no dan mucha impresión y la película termina siendo una parábola sobre el desperdicio. En lugar de trascender el material pop, la película abraza una linealidad y no demasiada imaginación en las imágenes que decepcionarán a más de uno. Aparte de una divertida escena de striptease y la rareza del producto para los amantes del cine vintage italiano de los años 60, Satanik puede no entusiasmar a mucha gente.

Hay una atmosférica música retro-pop-lounge, que hará las delicias de los fanáticos, algunas imágenes poco convencionales y junto a la inevitable escena flamenca (la coproducción española obliga), añadiendo una interminable pieza de jazz .Producida por Eduardo Manzanos Brochero, quien escribió/financió varias coproducciones español-italianas. Manzanos construyó un pueblecito occidental en Hoyo De Manzanares (Madrid) con decorados de Jaime Pérez Cubero y José Luis Galicia que también se encargaron se los sets de Satanik. Para interpretar a Satanik, Vivarelli recurre a la bella Magda Konopka, quien, casualmente o no, tiene cierto parecido con Marisa Mell, que interpreta a Eva Kant en Danger Diabolik. Al igual que las innumerables estrellas fugaces del cine popular, tuvo su momento de gloria en una década particularmente rica de 1965/1975. Siendo Satanik probablemente su obra más llamativa, aunque ya la vimos en los créditos de ¨Cuando los dinosaurios dominaban la tierra¨, ¨Lucky Luciano¨, and el clásico Spaghetti ¨The Blind man¨, antes de deslizarse lentamente por su ocaso, navegando entre thrillers ligeros como la siniestra ¨Diabolicamente...Letizia¨ and subgeneros as Nunsploitation, softcore and baratos Giallos. En este caso, lleva a cabo la tarea con clase y firmeza, dando a Bannister/Satanik diferentes personalidades, y coprotagonizan españoles como Julio Peña como un sabueso inspector de policía, Antonio Pica y el antiguo galán de los cuarenta, Armando Calvo.

El film fue regular pero profesionalmente dirigido por Piero Vivarelli. Guionista desde principios de la década de 1950, se puso detrás de la cámara en 1960 para una muy oportunista San Remo La grande Sifida, sobre el Festival de la Canción de San Remo. Pasando la etapa de colaborar en el guión de Django, también colga Emanuelle in America, Emanuelle Nera: Orient Reportage, y dirigiendo algunos secundarios films como El Dio serpente, El Decameron negro, La Rumbera, Provocazione. Y Piero hace una pequeña aparición aquí bajo el disfraz del inspector Leduc. Por las curiosidades de los créditos, es el hijo de Benito Mussolini quien produjo la película y el asistente de dirección no es otro que Pupi Avati. La película fue un fracaso público y crítico, y es fácil ver por qué en retrospectiva.