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Born in Flames (1983)

Born in Flames
80 min.
6,7
287
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Trailer
Sinopsis
Diez años después de la más grande revolución pacífica en la historia de Estados Unidos, en la que un gobierno socialista gana poder, las minorías continúan teniendo problemas con el gobierno. En el Nueva York de ese futuro distópico un grupo de mujeres decide organizarse y movilizarse para llevar la revolución más lejos de lo que cualquiera hubiera imaginado nunca. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Drama Fantástico Ciencia ficción Cine independiente USA Feminismo Distopía Homosexualidad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Born in Flames
Duración
80 min.
Guion
Fotografía
Compañías
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5
Hace casi cuarenta años ...
A medio camino entre el falso documental y el cinema verité, "Born in flames" nos relata como, tras una revolución socialista en los EE.UU. las cosas no han cambiado para gran parte de la sociedad y como las activistas feministas deciden que es hora de tomar cartas en el asunto. Filme resucitado recientemente por colectivos feministas, reflexionaba sobre conceptos que, hoy en día, desde diversos medios, colectivos, intelectuales y partidos políticos, han devuelto a la palestra y son objeto de debate social, casi cuarenta años después.

Así en este filme de 1983 se hablaba del techo de cristal, la discriminación racial, los cupos étnicos, los derechos de las minorías, la discriminación "positiva", la brecha salarial, el acoso laboral, las agresiones sexuales, la diversidad sexual y la erradicación de la prostitución, todo ello desde un punto de vista de unas activistas feministas, capaces de organizar un real "ejército de mujeres" y de comprar armamento para apuntalar su nueva revolución. Un filme feminista, que explora sus reivindicaciones, ignorando las que puedan tener otros colectivos o la sociedad en general, como, por ejemplo, las diferencias sociales y de oportunidades en función de la capacidad económica de cada uno, algo que afecta tanto a hombres y mujeres, de todas las razas.

Resulta curioso lo simple e inexacto de algunos extremos, como situar a los resistentes del Sahara Occidental como subsaharianos y sus representantes como gente de color, algo muy propio de esa ignorancia que muestran algunos estadounidenses con respecto al resto del planeta. Resulta llamativo como los agresores sexuales son hispanos, flaco favor si se pretende evitar la estigmatización racial. Y esa obsesión por controlar los medios de información, porque quién controla los medios controla la "verdad" que se difunde. Tremendamente alarmante para la libertad de prensa. Y, sobretodo, sorprende el inaudito final (ver spoiler).

Es curiosa la reflexión sobre el posible machismo que acompaña a los gobiernos de izquierda, así las protagonistas no aceptan el "trágala" que les ofrece el gobierno, argumentando éste que vienen de una situación peor. Y resulta sorprendente como este gobierno llega a postular una paga para las amas de casa, para que "liberen" puestos de trabajo.

Un acelerado montaje, música new-wave con mensaje, intérpretes desconocidos -curiosamente aparece la directora Kathryn Bigelow- una historia escrita desde las vísceras, muy reivindicativa pero también tremendamente ingenua, un film de carácter político, atrevido en sus postulados - alejado de las películas estadounidenses, aunque sean independientes, tan poco osadas - parido para circuitos de distribución marginales y alternativos, adecuado para prologar debates de sesudos intelectuales. Tiene su mérito, si pensamos que se rodó en 1983, aunque resulta de muy difícil digestión, no tanto por el argumento sino por el lenguaje cinematográfico tan tosco.
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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Manifiesto anárquico
El cine como instrumento de denuncia social funciona bastante bien gracias a su enorme difusión y a la facilidad con la que llega al gran público. Como arte que es, también se permite hacer proyecciones y abstracciones sobre utopías o distopías que reflejen el malestar general de una idea concreta. “Born in flames” se presenta, además, con un formato de falso documental para dar más énfasis a sus ideas revolucionarias.

El filme se desarrolla en un hipotético futuro en el que se cumplen diez años de la victoria de un gobierno demócrata. En un país donde el socialismo ha alcanzado el poder, el movimiento feminista aprovecha la inercia del ambiente revolucionario para reivindicar sus derechos sociales y laborales. En Nueva York, ciudad donde se escenifica todo el conjunto, se crean grupos de mujeres como si de una milicia se tratase, que patrullan las calles para defender a otras mujeres de los abusos de los hombres, tanto sexuales como laborales.

La película, planteada como un documental, parece estar rodada para un grupo de espectadores minoritarios, ya que las ideas desarrolladas, aunque ahora nos parecen tan actuales, resultaban pioneras e incluso descabelladas por aquel entonces, sobre todo en una sociedad tan conservadora como la estadounidense.

A pesar de su innegable originalidad, ese formato de manifiesto político no va conmigo, independientemente de que comulgue o no con sus ideas. Durante un rato está bien, pero llega a hacerse demasiado repetitivo y consigue aburrirme y cansarme.
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