Sí, ya me acuerdo (1997)

Tal vez ningún actor se haya despedido de su público con un palpitante testamento de vitalidad como en "Marcello Mastroianni: mi ricordo, sì, io mi ricordo", la confesión cinematográfica con la que, en la víspera de su muerte, el grande Marcello cuenta con humor estoico, una ironía modesta y reticente ternura su vida de arte y su arte de vivir. En los interludios de su ultimo trabajo en Portugal "Viaje al principio del mundo de Manuel De Oliveira " del 1996, entre las montañas y el mar, Marcello se pone delante de la cámara y tira de los múltiples hilos de la memoria y la reflexión. Un icono del cine italiano humorístico y autocrítico en sus propias palabras en este magnifico documental de Anna Maria Tatò, compañera de Marcello, hay algunas anécdotas maravillosas y escenas brillante. En medio de la vasta constelación de los autores que rodearon a Mastroianni, brillan las estrellas como su querido maestro De Sica; Visconti. despiadado entrenador de etapa; Fellini, cómplice pigmaliónico; De Ferreri, inspirador de las transgresiones. Y en los discursos de este comediante pragmático emergen referencias superiores: Chéjov, un hermano de sangre indispensable; Diderot, con el precepto de oro que el actor debe hacer llorar sin llorar; Proust y Kafka.
Para recordar:
"Cuando era joven, la vida me parecía larga e interminable".
"Esta es una profesión maravillosa, te pagan por jugar y todos aplauden".

414/25(29/12/22) Notable documental centrado en la figura del Icónico actor de Fontana Liri, Marcello Mastroiani. Un repaso anárquico enriquecedor en la forma tan natural y humilde a su vida y sus pensamientos. Dirigida por Anna Maria Tatò (compañera del actor en los últimos 22 años de su vida), filmándose en julio de 1996 durante el rodaje de “Viaje al comienzo del mundo” del entonces nonagenario portugués Manoel de Oliveira, última película protagonizada por Mastroianni, director del que el actor resalta su vitalidad a su avanzada edad, pero del que también dice no haber visto un solo film de él (¿?). Testimonios del actor a sus 72 años, en diferentes momentos y escenarios (en automóviles, cafés junto al mar en su amada Nápoles y el jardín de su casa de campo), sintiéndose Marcello muy suelto en sus confesiones, ello punteado por algunos clips de películas suyas. Un desarrollo que refleja una mente activa, habiendo una estructura alejada de lo típico de bustos parlantes hablando del protagonista, aquí entramos en cómo se ve él a sí mismo en el ocaso de su vida.

El protagonista de “8 y medio” hace un recorrido fragmentado de su infancia (la relación con sus padres se habla bastante), sueños (quería ser arquitecto), sus comienzos en el mundo de la actuación en el teatro, sus pinitos en el cine, su eclosión en el estrellato con “La Dolce Vita” de Fellini (donde le tildaron de ‘Latin Lover’, apelativo que dice nunca le gustó al intérprete), su amistad y trabajos con este director, también con Visconti o Ferreri, pero sobre todo gusta por sus anécdotas (muy nostálgica la que cuenta sobre la mujer que durante la Segunda Guerra Mundial le dio un beso a oscuras en un tren de la que no supo ni su aspecto; o la de cuando pide leer a Fellini el guion de “La Dolce Vita” ), por sus aficiones (ejemplo a los coches), maravilloso como habla de que entre sus 170 películas por supuesto que también hay malas, explicando con mucha llaneza el porqué. También asistamos a una fiesta en el presente de su cumpleaños, el 74 el 28 de septiembre, moriría el actor menos de tres meses (19 de diciembre) después en París de cáncer de páncreas, de hecho el documental se estrenó tras su muerte.

Escuchamos a un muy lúcido Mastroianni, sus pensamientos, su nulo divismo, como vive el cine (se siente un privilegiado que cobra por jugar). Es todo un deleite oírlo pronunciarse sobre la vejez y lo que fue la juventud, escuchamos su filosofía de vida cuando estaba cercano a cruzar el Estigia. Todo rezumando espontaneidad, improvisación en como salta de un lado a otro, ello con cariño, con ternura en sus palabras, parece un sabio exponiendo disertaciones sobre lo divino y lo humano, monólogos en los que no oímos preguntas, solo el legendario actor expresándose con libertad, critica la televisión, cuenta su encuentro en el actor Studio con Anne Bancroft, y todo con mucho sentido del humor, riéndose de sí mismo y su imagen (comenta como Fellini forzaba ba su DP Giuseppe Rotunno a sacarlo hermoso con su cámara). Un repaso fascinante a su trayectoria, eso sí, sin entrar nunca en su (convulsa) vida privada. Se nota una persona culta comentando sobre Chéjov, Diderot, Proust o Kafka.

"Cuando era joven, la vida me parecía larga e interminable".

"Esta es una profesión maravillosa, te pagan por jugar y todos aplauden".

"Me gusta la gente. Amo la vida".

La esposa de Mastroianni, Flora Carabella, así como su ex pareja, Catherine Deneuve, y su hija, Chiara Mastroianni, intentaron bloquear el lanzamiento de la película. No tuvieron éxito y la película se proyectó en el Festival de Cine de Cannes de 1997.

El documental originalmente dura 198 minutos, pero yo, desafortunadamente, he visto una versión acortada de 93, faltando más de 100 minutos. Me pongo desde ya a intentar conseguir la versión íntegra. Siéndome un acercamiento muy cálido a este actor Totémico protagonista de obras tan majestuosas como "La Dolce Vita", "8 1/2", “Una jornada particular”, "Matrimonio a la italiana”, "Ojos Negros” o “Están todos bien”. Gloria Ucrania!!!