Después del sueño (1992)

Mario Camus sabe contar historias. "Después del sueño" demuestra desde un principio su buena factura realizada por un buen director de oficio. La trama tiene algo de original puesto que lo que se busca no es dinero sino una obra de arte desaparecida. El desarrollo es un tanto difícil de seguir. El hilo narrativo tiene sus lagunas pero todo va encajando. El reparto de actores es de primera línea. Los escenarios y la fotografía son impecables. Como detalle curioso, no hay música original. La banda sonora se ha hecho (exceptuando algunas interpretaciones pianísticas) con fragmentos de música de cámara de Carlos Felipe Emmanuel Bach, tan bien integrados que parecen especialmente compuestos para la ocasión.

Una película totalmente fallida a la que cada el cada vez más productivo e independiente Camus da un tratamiento de cine negro desde un reposamiento realizador muy aburrido. Es una intriga coral y sentimental, más bien rebuscada, de desarrollo plano y sin ninguna emoción, fría y académica, dónde lo único realmente reseñable es el trabajo de los actores).
Camus pretende realizar un homenaje a los exiliados comunistas españoles a través de la intriga propuesta (la búsqueda de un sobrino -Gómez- de un cuadro de gran valor nostálgico para su tío, quién tras regresar del exilio en Rusia muere repentinamente) pero el ritmo premioso y la ausencia de alma hacen de ella una obra erróneamente serena y muy falta de ritmo y autocredibilidad.