Yo no creo en los hombres (1961)

Experiencia de sosiego en la narrativa de J:J: Ortega para trasladar a la pantalla la pausa, el intimismo y la profundidad de una historia dramática con perfiles variados y sesgos inesperados.
El argumento es interesante y la intervención de la banda sonora acentúa cada lance con la intensidad requerida para que la interpretación de los protagonistas adquiera mayor énfasis y convicción.
S. Montiel ofrece una estupenda actuación y R. Cañedo presenta la réplica adecuada.
Intensidad, intriga y apasionamiento se dan cita con coherencia de manera que la trama adquiere los perfiles de una historia notable muy bien contada.

Según Caridad Bravo Adams, ésta historia fue inspirada en la vida de una presidiaria que conoció en La Habana en su período como periodista, quedó tan conmovida por la misma, que decidió ficcionalizarla y de ahí nació su primera radionovela.
Una muchacha que trabaja como mecanógrafa conoce a un niño rico que la enamora, pero la madre de este lo obliga a casarse con una rica heredera, ya que están en la ruina, él acepta, pero decide seguir engañando a la muchacha, inventándole que se casara con ella, la invita un día a su casa la duerme con un somnífero y la viola, producto de su violación ella queda embarazada, y decide exigirle que se haga responsable, pero él se niega, todo derivara en tragedia cuando ella lo termine asesinando y yendo a la cárcel por ello, donde pedirán la máxima pena, condena de muerte.
Una de las novelas más interesantes de la autora, ya que si bien es una historia rosa, la protagonista no deja de ser una asesina, y el conflicto pasa por si logra o no librarse de la pena de muerte, si tiene los atenuantes necesarios, como el haber cometido el crimen en defensa propia.
A diferencias de otras obras de la autora que fueron llevadas al cine, esta si tiene una historia que puede ser resumida y centrarse en el conflicto central sin que queden personajes y subtramas inconclusas.
Sara Montiel está bien, cumple con su rol de mujer inocente al principio que se va volviendo resentida hasta decir la frase que da título a la historia.