Dos mil dólares por Coyote (1966)

Una más de León Klimovsky, que se tomaba lo de hacer películas como un trabajo cualquiera que dependiera de la producción de unidades. Como quien va a una fábrica a hacer horas, él hacía películas, lo mismo de terror como ciencia ficción, y se le pagaban por meterse en el oeste pues también lo hacía. Un currante del cine de quien se dice que siempre tenía prisas. ¿Cuántas escenas de "Dos mil dólares por Coyote" se debieron filmar en una sola toma?; ¿acaso alguna necesitó repetirse?; sea como sea, la película es bastante desastrosa, es previsible, su guión parece escrito por un par de colegas desanimados y las malas ideas se encadenan hasta llegar a unos indios que aparecen ahí, porque nos apetece colocarlos y porque el alquiler de dos caballos salía al mismo precio que diez.

Lo de los indios no es lo único que chirría, desde el principio ya se ve que la cosa no apunta a ningún lado. Todo es más bien un desastre y lo único de lo que podemos estar contentos es que la película dura bien poco. ¿Un balazo?; venga que te lo arreglo con unas vendas y para adelante, ¿no quedan balas?; pues a pedradas hasta que lleguen los refuerzos; ¿y coyote?; ¿qué pasa con coyote?, ¿y esos dos mil dólares?; pues nada Klimovsky, una más y a por la siguiente...

Con estas palabras saluda la llegada de Jimmy Patterson (Pérez) el cuate Sonora (Vidal) mientras lo espera en la "Taberna del mexicano". Acaban de robar con el resto de la banda el banco de J Springs dejando un muerto en el lance. JImmy no es malo, pero es tonto y sigue el camino torcido a pesar de los desvelos de su hermana Mary (Torray).
Completa el cuadro un ex soldado sudista que se ha reconvertido en cazarrecompensas, Sam Foster, alias Coyote (Philbrook). De ahí la incongruencia del título de la cinta y la incompetencia del encargado de bautizarla.
El argumento está bien claro, el joven que cae en malas compañías y la dificultad de enderezar el árbol torcido con la moraleja final que "Vale más un juicio que un tiro". Todo con algunos indios por el medio en plan decorativo en paisajes que parecen madrileños.
Tampoco se han complicado mucho a la hora de elaborar el guion, los rótulos de los establecimientos del pueblo directamente en español. No hace falta traducirlos. Algo es algo. Correcta interpretación aunque las peleas dejan mucho que desear. Pasable la música en la que abundan los ritmos eléctricos.
La buena Mary cura la herida de bala de Coyote que presenta "varias venas rotas". Buen vendaje.
Con todo una película pasable, recomendable sobre todo para los estudiosos del cine español a quienes habría que premiar con "dos mil dólares por cogote".