La chica del autostop (1965)

Pertenece al mejor momento de la productora de Iquino y es una obra que desde los primeros fotogramas ofrece un aroma muy particular. Narra las travesuras de una chica que se encuentra perdida en la vida y lo hace con un sabroso sentido de la estética y el hecho de que se le note mucho el paso del tiempo en vez de perjudicarla le da autenticidad. No padece además por la escasez presupuestaria con la que fue concebida porque Miguel Lluch aprovecha al máximo los medios disponibles y consigue que sea su mejor película aunque el drama rural "Crimen" también producido por Iquino tampoco estaba mal. De ese film retoma a Víctor Valverde, magnífico actor con un personal tono de voz que acompaña bien a Olga Omar, actriz de encanto turbio descubierta por Iquino a la que se quiso lanzar aquí de una manera estelar y que luego no tuvo demasiada suerte. Eficaces se muestran todos los componentes de un reparto donde se pueden encontrar al entonces ídolo de los programas televisivos de variedades Gustavo Re y a un Antonio Iranzo ya prometedor poco antes de revelarse del todo con "La piel quemada". Los fondos musicales juegan un importante papel en esta curiosa y poco conocida obra. Sigo en Spoiler.

Una de las películas producidas por IFISA, esto es, la productora de Ignacio F. Iquino, en su, digamos, segunda época cinematográfica, aquella que sigue a las comedias locas de sus comienzos y anterior al cine de destape o pre- post-franquismo.
En esta ocasión tenemos de nuevo a la bellísima Olga Omar, un descubrimiento del propio Iquino, esta vez de protagonista, en el papel de una chica de buen corazón en el fondo pero que no duda en ayudar a su hermano pequeño y a un matón del tres al cuarto del barrio, a cometer fechorías criminales.
Está bien narrada y tarda un poco en entrar en verdadera materia en cuanto a intriga criminal y en cuanto a la historia de amor, pero una vez llegados a esos momentos, la cinta es entretenida y al final deja un claro mensaje de regeneración y expiación de la culpa para poder llevar una vida tranquila, feliz y sin remordimientos.
Algunos buenos detalles costumbristas marcando la diferencia entre la escasez de oportunidades para conseguir un trabajo y la comodidad que da el llevar una vida un tanto fuera de La Ley.
Bien Víctor Valverde y Fernando León, este en un papel bien diferente del ladino rijoso y taimado que tuvo en "Vivir un largo invierno".
Menos conseguida, en mi opinión, que esta última referida, pero el paso del tiempo no le ha hecho demasiada mella.

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