Jesús López (2021)

Jesús (Lucas Schell), amante de la velocidad fallece luego de un accidente en motocicleta, un referente para sus amistades participaba como piloto de carreras en un circuito amateur en la provincia de Entre Ríos. Su muerte enluta a su familia que deberá llevar el doloroso proceso de luto, en medio de la situación aparece Abel (Joaquín Spahn), un primo suyo que comienza a quedarse en la casa de sus tíos para acompañarles.

Pronto, el protagonista presente tomará un papel de convertirse y tomar el lugar del referente o modelo que fue Jesús, compartiendo con sus amistades, utilizando su ropa, corriendo en su carro. Abel comienza a evolucionar, de ser un chico tímido a desenvolverse confiado a través de la construcción que a adquirido con el pasar de los minutos, se mete de lleno en el papel y la popularidad del fallecido.

Maximiliano Schonfeld presenta una historia alrededor de un personaje que no tiene un norte bien definido, que es retraído y que sin querer encuentra una figura a seguir en una localidad rural que se detecta económicamente retrasada y con una población a la que le cuesta subsistir. Para el joven Abel esta transformación resulta también una escapatoria de todo lo que encuentra a su alrededor.

Hay referencias muy evidentes a cuestiones bíblicas, basta con el nombre del protagonista, resurrección incluida, como es de esperar, también se muestran aspectos referentes al luto y como afrontarlo, desde varios puntos de vista, siendo el más importante el de los padres del fallecido y como estos se van involucrando con Abel tomando la posición que este estaba tomando.

La dirección de Schonfeld es bastante correcta, recurriendo a la sencillez en muchos tramos pero con algunas imágenes de mucho impacto, a destacar la secuencia de la carrera, una escena de acción presentada como un clímax idóneo para toda la situación que se ha observado, con un cierre que no podía ser otro, donde el fuego tan significativo para Abel se hace presente y se refleja en su rostro tapado por el casco.

Interesante y extraña a partes iguales.