Retrato de Teresa (1979)

La mujer latinoamericana, iniciado el siglo XXI, sigue siendo una generación sometida. Sometida por el Estado, por las religiones, por la moral, por los convencionalismos sociales…
La mujer latinoamericana sigue aferrada a conceptos esclavistas jerarquizados por el machismo prepotente. Sigue convencida de la supremacía del varón, de su inteligencia mayor y de su definida potestad.
La mujer latinoamericana subyugada por el poder económico del marido, todavía permite que se la rebaje al papel de servidumbre sin la alternativa de superarse y de participar en las transformaciones sociales.
La mujer latinoamericana todavía tolera, la atribución descarada por parte del hombre, del derecho a ser infiel y, a la vez se siente obligada, so pena de ser apaleada o asesinada, a actuar como propiedad de una pareja que, en muchos casos, ni siquiera la satisface.

Se han dado algunos pasos adelante, y son cada vez más las mujeres con carácter y determinación, pero todavía pesan las generaciones plagadas de enajenación, oscurantismo, prejuicios anacrónicos y menosprecio por el feminismo.

“RETRATO DE TERESA” es una invitación a la mujer para que sea más mujer. Es un digno gesto de cuestionamiento sobre una inequidad que padecemos y que sigue siendo tósigo para la felicidad de los latinos. Porque no se cae en cuenta de que, el que somete también es infeliz, el que cela también es desgraciado, y el que aisla sentirá como suyo el insosiego que mantiene su pareja.

La película de Pastor Vega, clama para que la mujer luche contra lo “imposible” hasta que le sea reconocido su justo lugar en la familia y en la sociedad.

Teresa y Ramón son representativos del hombre machista y la mujer de avanzada de nuestros pueblos, y en particular, de la bella Cuba: él tiene oportunidades y ánimo de superación, y ella la suficiente voluntad y el preciso carácter para luchar por sus aspiraciones sin dejarse someter. Con apuntes certeros que recrean la cotidianidad de aquella pareja y que la contrastan en sus inclinaciones, Vega nos va dando claros elementos que permiten comprender lo que motiva su sentir y sus particulares determinaciones.

Fue muy merecido que “RETRATO DE TERESA” fuera premiada en los festivales de Moscú y de Cartagena, porque fue, y sigue siendo, una obra muy representativa del nuevo cine latinoamericano. Es una historia contada con sencillez, con un lenguaje casi cotidiano y que nos pone a mirarnos en un espejo donde, quizás, nos veamos plenamente reflejados.