The Fire Within: A Requiem for Katia and Maurice Krafft (2022)

Como pasa en muchos grandes libros, en esta película el narrador es el personaje clave. Herzog todo el rato encuentra la distancia justa para hablar del matrimonio, nunca es cursi ni frívolo (algo que sería letal en esta peli), y sus ironías no son nunca mordaces pero sí creativas. Incluso hacia el final, en los momentos más conmovedores con la música de Ana Gabriel, me parece que lo que emociona de la película es la admiración de Herzog por los Krafft, por su idea del vitalismo y por su reconocimiento a lo que él entiende que son dos almas gemelas a él, y sobre todo ambivalencia cuando suena la letra "Nunca tú debiste decidirlo, pues creo que eran cosas de los dos". Herzog seguramente nunca muera de una forma tan novelesca porque parece amar demasiado la vida, y esa mezcla de reconocimiento y de celos hace del narrador una figura tan cautivadora.

Katia y Maurice Krafft fueron una pareja de vulcanólogos franceses que recorrieron el mundo en busca de colosos en fase de erupción o próximos a hacerlo, su apasionado trabajo tan riesgoso como excitante los llevó a la muerte mientras trabajaban esperando la erupción de un volcán en Japón, la gran cantidad de material filmado a los largo de sus carreras es lo que se muestra en este documental.

Werner Herzog ávido como siempre de emociones y de historias humanas presenta la historia de estas dos personas, a las que ya había hecho mención en Into the Inferno (2016) donde junto con el vulcanólogo Clive Oppenheimer viaja a distintos países para conocer la relación de estas culturas con los volcanes. Otro acercamiento suyo a los volcanes lo llevó hasta la isla de Guadalupe para buscar a un hombre que se había negado a evacuar la isla a pesar de la inminente erupción de un volcán que acabaría con todo en La Soufrière (1977).

El director toma el extenso material de archivo tras 20 años de trabajo y comienza a diseccionarlo para preparar un montaje (de Marco Capalbo) y un guion que solo con su experiencia y autoría podría realizar, como el gran narrador que es Herzog inicia donde todo culmina, pero en medio de eso muestra varios lugares a los que la pareja fue para investigar, mientras su imperdible voz guía al espectador y complementa las imágenes.

Fiel a su estilo y reconociendo la potencia visual de lo filmado por este matrimonio deja fluir en varios tramos todo ese material encontrado: ríos de lava, exploraciones peligrosas, cráteres en ebullición, flujos piroclásticos y lahares, con música de ópera de fondo salvo un par de momentos donde toma acción la cantautora mexicana Ana Gabriel.

Pero llega un momento también donde muestra algo más allá de los volcanes, este punto es significativo para Herzog porque es algo que desde mi perspectiva lo acerca por completo a esta pareja (o la pareja se acerca a él), estas son las constantes imágenes que se van sucediendo alrededor del aspecto humano, las personas, su sufrimiento, la cotidianeidad ante el desastre, el padecimiento de los animales.

De hecho en algún punto del relato el realizador se deja mencionar que le hubiera encantado salir con ellos y sufrir las pericias que ellos tenían durante sus andanzas, ningún otro realizador hubiera calzado más con esa idea, como ya se hizo mención: ávido de emociones, ya sea en sus treintas como en la época de La Soufrière, en sus cincuentas cuando filmó los pozos petroleros de Kuwait en llamas en Lektionen in Finsternis (Lecciones en la oscuridad, 1992), en sus sesentas cuando fue a la Antártida en Encounters at the End of the World (2007) o en el presente.

The Fire Within se convierte en un documental excelente, ya sea desde la perspectiva de los volcanes y las enseñanzas que deja, así como los evidentes riesgos que conlleva estudiarlos, o ya sea por la fuerza de la imagen y la belleza en dicha peligrosidad, pero sobre todo por ese espíritu aventurero que la engloba, fácilmente se ubica en una posición de privilegio en la larga filmografía de Werner Herzog.