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Me Too (2012)

Me Too
83 min.
5,6
179
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Disponible en:
Suscripción
Trailer (RUSO con subtítulos en INGLÉS)
Sinopsis
El bandido Sanya, su alcoholizado colega Oleg, su amigo Yura y el anciano padre de éste, se montan en un todoterreno negro en la -improbable- búsqueda del “campanario de la felicidad”, que supuestamente ofrece un viaje rápido al paraíso y se encuentra junto a una central nuclear abandonada entre San Petersburgo y Uglic. Al alegre comando se suma un quinto pasajero, una doctoranda que descubriendo que “no hay trabajo en filosofía” se ha reciclado a la profesión más vieja del mundo. Se rumorea que el campanario se lleva a la gente; pero no a todos. Sin embargo, todos los ocupantes del vehículo creen que ellos serán uno de los escogidos. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Fantástico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Rusia Rusia
Título original:
Ja tozhe khochu (Me Too)
Duración
83 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
2012: Festival de Sevilla: Sección oficial largometrajes a concurso
6
El Adiós de Aleksei Balabanov
Me Too (2012) se trata más de una despedida que de una película. Es el adiós de Aleksei Balabanov, que rodó su última película, siendo consciente que tenía una enfermedad grave. Con apenas 83 minutos de duración, la película no debe mirarse como una película más, sino como un escrito directo al público conocedor del artista ruso. Sin duda la película más poética del cineasta, y porque no decirlo, la más repelente. Avisados quedan

Para entender Me Too, hay que tener muy claro el contexto en el que se circunscribe la película, y es que Balabanov sabía que seguramente sería su última película, porque ya le habían notificado el cáncer que acabaría con su vida antes de que empezará a rodar la cinta. Así pues, la película sería lo que en el cine se conoce como Testamento cinematográfico. Y de hecho, argumentalmente la película es un adiós con todas las letras. De ninguna otra manera puede entenderse la película. Porque a diferencia de otras películas de Balabanov, donde existe una evolución y desarrollo argumental, o donde simplemente podríamos decir que se cuentan historias, en Me Too nos encontramos con una película totalmente simbólica, que en realidad guarda muchas similitudes con Stalker, la mítica película de Andrey Tarkovski.

La película se inscribe en un realismo mágico que poco tiene que ver con las películas más célebres de Balabanov, donde siempre se nos mostraban los entresijos de la nueva Rusia que había surgido después de la caída de la URSS y como muchos grupos mafiosos se hicieron con el poder. Aquí por el contrario, nos encontramos con una historia en la que un grupo de personajes (a pesar de que uno de ellos es efectivamente un mafioso), literalmente "Quiere ser feliz" y deciden a ir a un lugar mágico donde una especie de ser superior les puede dar esa felicidad (eso sí, no la concede a todo el mundo). Como vemos las similitudes con la ya anteriormente citada Stalker, son más que evidentes.

Sin embargo, incluso el propio desarrollo de la película en realidad derivará por unos cauces que no son para nada los habituales. Uno de los aspectos que más choca del filme es la ausencia de diálogos. Al director no le importaba mostrar una historia, porque su objetivo era el de mostrar un estado de ánimo, rodar un sentimiento. En muchos momentos la película se vuelve reiterativa y simplemente se dedica a mostrarnos la repetición de algunas acciones, como es en la primera parte del metraje, donde solo se nos presenta la búsqueda de nuevos personajes para integrarse en el grupo, que "Quiere ser feliz".

Al igual que en las películas más conocidas de Balabanov, como es la duología de Brat, el filme da una importancia capital a la utilización de la música, a pesar de que lo hace de una manera radicalmente distinta. La banda sonora de la película la compone Leonid Fedorov, miembro del grupo "Auctsion". De hecho, había de ser este compositor el que interpretara el papel de músico en la película, pero finalmente no pudo y el papel recayó en Oleg Garkusha, también miembro del grupo "Auctsion". Es conocida la relación de amistad que existió entre Balabanov y muchos miembros de grupos musicales de la escena peterburguense. No podía faltar la música en una despedida de tan singular director.

La música apoya ese mensaje de desesperanza, llegando a sonar incluso al mismo nivel en términos auditivos que los diálogos. Está claro que la intención del director era la de taladrar y machacar al espectador mediante su uso. Transmitir la propia sensación de depresión que estaba sufriendo el director en aquellos momentos. Y ciertamente, lo consigue, porque a partir de los veinte minutos el espectador está ya pidiendo un respiro.

En realidad la película también esconde una visión amarga sobre la propia vida. Nuestros personajes son un grupo de personas desesperadas, que fácilmente pueden representar los estratos más pobres del pueblo ruso. Todos ellos han tenido una vida dura y quieren huir de esta realidad espantosa. Un concepto puramente ruso, que no sorprende a quien está familiarizado con dicha sociedad. Todos ellos buscan una nueva vida, que amargamente no podrá ser para todos, porque el lugar que da la felicidad solo la otorga a unos pocos elegidos.

El propio director aparece hacía el final de la película. Balabanov en realidad hace de sí mismo, interpretando a un director que busca también la felicidad. En un discurso amargo, el propio director se despide de la audiencia, relatando su futura muerte. Un momento sencillamente desolador, que llega a poner los pelos de punta. ¿Por qué él no puede ser feliz también?

La película solo puede verse si uno sabe quien es el director, y sabe además las condiciones en las que rodó Balabanov la película. De esta manera puede apreciarse el testamento cinematográfico que supuso Me Too. Si no, la película puede suponer una auténtica tortura.

Crítica escrita para https://cinemagavia.es/
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12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Caótica introspección
Me too es una película dirigida por Aleksei Balabanov, estrenada 6 de septiembre de 2012. Aleksei Balabanov murió el 18 de mayo de 2013, ocho meses más tarde. Aunque un paro cardíaco le causó la muerte, esta no le alcanzó por sorpresa. El estado de salud del director se había deteriorado visiblemente en sus últimos años y, viendo esta película, queda claro que este lo tenia presente.
La trama de la película gira en torno a un disímil grupo de personas que emprende un viaje en busca de la felicidad. Afortunadamente para nuestros protagonistas, en la realidad de la película este intangible atributo puede ser alcanzado en un lugar físico: una iglesia, en el centro de una zona que quedo sumida en un perpetuo invierno a causa de una misteriosa catástrofe, barriendo con todos sus habitantes en el proceso. Según la leyenda urbana, al llegar a la iglesia, el individuo tiene una posibilidad de hallar la felicidad o morir en el proceso.
Aunque la temática de esta película es claramente fantástica, Balabanov la dirige fiel a su estilo. Este nunca fue particularmente adepto a la sutileza o las metáforas, y esta película no es la excepción. La fantástica y metafórica temática es presentada como otro acontecimiento de la vida cotidiana y el director no parece tener una reflexión final para compartir al respecto. Este es el aspecto más flojo de la película, Balabanov tiene una buena idea sobre el tema que quiere tratar, pero falla a la hora de desarrollarla, resultando en una historia que da la sensación de estar vacía de contenido.
En última instancia, la emoción más fuerte que me transmite esta película es impotencia. Esta sensación no carece de sentido, es cruel e inhumano exigirle total claridad a un hombre que se ve cara a cara con la muerte. vista en contexto, Me too tiene mucho más sentido. Sirve como ventana de la mente de una persona que plantea incontables conceptos, tratando de sacar una gota de verdad a su existencia antes del final. A esto me refiero cuando hablo de impotencia, ver esta película se asemeja a escuchar a un borracho narrando los motivos de su desgracia, tiene más de desahogo que de reflexión. En este sentido me recuerda a alguna de sus obras anteriores como Ruleta rusa (2005).
En conclusión, Me too tiene más valor como ventana a la mente del director que como película. Recomendada para conocedores y admiradores del cine de Balabanov.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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