El refugio del mal (2002)

Hablar de terror es piropear la cinta, más bien podríamos decir que se trata de "misterio" muy light, ya que no encontramos nada que produzca algo de miedo o temor, más alla del rústico y abandonado hotel que puede despertar algo de desasosiego.

Es esta una película pequeña, incapaz de contentar a los amantes del terror o del thriller. Y es que con tan pocos ingredientes no se puede satisfacer al espectador. Los actores no pueden defender a sus personajes, simplemente porque éstos no existen, es decir, no hay presentación de los mismos o profundidad en ellos, sólo son piezas al servicio de una historia con poco fuelle.

Puede resultar entretenida, porque la historia de un hotel misterioso no es aburrida en sí, son 90 minutos escasos y entre que se te presenta la resolución de la trama y esta concluye, no se hacen pesados. Pero la cinta carece de calidad y no cuenta una historia apasionante por lo que se queda en telefilm barato.

Lo mejor: No me aburrió.
Lo peor: No satisface.

Hace tiempo relegué al olvido una película española en la que salía la, hasta entonces, peor actriz que había visto nunca. No llegué a conocer su nombre (tampoco es que la cosa me quitase el sueño), pero era una espinita que tenía clavada. Pues bien, la muchacha aparece en esta película, su nombre es Rosana Pastor y tiene el físico y el talento interpretativo de Nati Abascal: es tremendo, no sabe hacer ni de muerta. En esta ocasión, no destaca tanto porque el protagonista Daniel Freire y el resto de secundarios están a su altura, así que como se puede imaginar, el nivel es de traca.

Sólo se me ocurre una forma peor de empeorar el elenco: metiendo al "actor" de El Canto del Loco (Dani Martín, creo). No me explico la presencia de Alfredo Landa ni la de Lucía Jiménez (bueno, la de Lucía Jiménez sí, porque la pobre no sale de una castaña y se mete en otra).

Poco más se puede decir de "El Refugio..." porque no hay nada más. Es una película que pretende resultar intrigante y enganchar al espectador a base de sustos, pero es un fiasco total. La historia está cogida con pinzas, cada escena es un cúmulo de despropósitos, los diálogos son de lo más pretencioso y los sustos... En fin, uno de los trucos más viejos del cine para dar sustos es la típica escena en la que el protagonista oye un ruido, mira en una dirección, se da cuenta de que es sólo el gato (o lo que sea), suspiria aliviado murmurando "bah, sólo es el gato", se gira y de la nada se encuentra de frente con un fantasma (o con el asesino o con lo que sea) mientras la música pega un subidón de volumen. Si no es la película con más situaciones de estas por unidad de tiempo (llegué a contar 5 en la primera media hora), por lo menos es la que tiene la más ridícula: lo que aparece de la nada con el subidón del volumen es un grupo de viejos, uno con balón de oxígeno y todo, jugando al mus (!!!).

Siendo benévolos, una pérdida de tiempo. Siendo realistas, un truño. Por supuesto, no faltarán los defensores del cine patrio que quieran ver aquí un homenaje a "El Resplandor"... Pues que con su pan se lo coman.

Nivel de truño: truño tercermundista.