Trailer (ESPAÑOL)
- Sinopsis
- Mirada sobre las primeras decisiones que marcan la adolescencia sin adultos de los protagonistas. Entre en "Kids" de Larry Clark y en "Elephant" de Gus Van Sant, Velázquez nos pone ante tres historias en las que sólo asoma una punta, como en un iceberg. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Adolescencia Historias cruzadas
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2011 / España
- Título original:
- Iceberg
- Duración
- 84 min.
- Guion
- Música
Premios
2011: Festival de Gijón: Mención especial del jurado
Poesía
21 de noviembre de 2011
Pregunta: Y después de todo esto, Gabriel, y para terminar, dime una palabra para definir “Iceberg”. / Respuesta: Uf... Muy complicado. “Poética”. Es una película poética y salmantina. Es río Tormes y poesía. (Fuente: Entrevista a Gabriel Velázquez en massalamanca.es)
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Cosas que sabíamos antes de ver "Iceberg"
- Colón descubrió América en 1492.
- Avatar de James Cameron está sobrevalorada.
- Mariano Rajoy ganó las elecciones.
- Dos y dos son cuatro, y cuatro y dos son seis.
Cosas que sabemos después de ver "Iceberg"
- Si dos canis van en moto, el del medio no siempre se cae.
- Los canis salamantinos son introspectivos y se cuelan en piscinas para jugar con petardos.
- Si tiras tu móvil al agua, éste acabará por dejar de sonar.
- Gollum vive en Salamanca, cerca del Tormes. Tiene melena y una lucidez intermitente.
- Los ángeles no vuelan, pero nadan.
- El agua del río Tormes va perfecta para limpiar la sangre vaginal.
- Los predictor tienen a escaparse si se les deja cerca del agua.
Cosas que aún no sabemos después de ver "Iceberg"
- ¿Fue maltratado algún iceberg en el proceso de rodaje de "Iceberg?"
Cosas que yo sé (después de verla) pero Gabriel Velázquez no (tras dirigirla)
- Una imagen vale más que mil palabras. Pero una imagen vacía no vale nada. Y la "poesía", casualmente, es "algo". "Iceberg", llamada así intuyo por su frialdad, no funciona más allá de un par de destellos y de su comicidad no intencionada. Por tanto, insuficiente. De vuelta al cole en septiembre.
Nota: la poesía, aún siendo mala, es poesía. "Iceberg" no es poesía pero es cine. Mal cine, pero cine. Yo al menos la vi en uno.
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Cosas que sabíamos antes de ver "Iceberg"
- Colón descubrió América en 1492.
- Avatar de James Cameron está sobrevalorada.
- Mariano Rajoy ganó las elecciones.
- Dos y dos son cuatro, y cuatro y dos son seis.
Cosas que sabemos después de ver "Iceberg"
- Si dos canis van en moto, el del medio no siempre se cae.
- Los canis salamantinos son introspectivos y se cuelan en piscinas para jugar con petardos.
- Si tiras tu móvil al agua, éste acabará por dejar de sonar.
- Gollum vive en Salamanca, cerca del Tormes. Tiene melena y una lucidez intermitente.
- Los ángeles no vuelan, pero nadan.
- El agua del río Tormes va perfecta para limpiar la sangre vaginal.
- Los predictor tienen a escaparse si se les deja cerca del agua.
Cosas que aún no sabemos después de ver "Iceberg"
- ¿Fue maltratado algún iceberg en el proceso de rodaje de "Iceberg?"
Cosas que yo sé (después de verla) pero Gabriel Velázquez no (tras dirigirla)
- Una imagen vale más que mil palabras. Pero una imagen vacía no vale nada. Y la "poesía", casualmente, es "algo". "Iceberg", llamada así intuyo por su frialdad, no funciona más allá de un par de destellos y de su comicidad no intencionada. Por tanto, insuficiente. De vuelta al cole en septiembre.
Nota: la poesía, aún siendo mala, es poesía. "Iceberg" no es poesía pero es cine. Mal cine, pero cine. Yo al menos la vi en uno.
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28 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es un iceberg: todo está sumergido
24 de noviembre de 2011
Desde el Festival de Cine de Gijón 2011:
Era inevitable, tras un buen fin de semana de cine, que llegara la hora del -al parecer imprescindible por parte los organizadores de un festival- cupo de cine inútil, pretencioso, pedante e infumable del que hay representación todos los años en cualquier festival. Qué razón tiene Boyero.
Gabriel Velázquez, director de la única película española presente este año en la sección oficial del festival asturiano, "Iceberg", compone algunos planos visualmente atactivos dentro de un conjunto dominado por la nadería y el vacío. No vale de nada contar con una localización tan atractiva como el salmantino y lazarillesco río Tormes cuando no se tiene nada que contar ni se sabe el modo de hacerlo.
Durante su metraje, asistimos a la narración paralela entre las historias de cuatro adolescentes que no sabemos muy bien qué hacen en ese bosque de la ribera del Tormes (muy "unamuniano" me ha quedado esto), ni dónde están sus progenitores, ni por qué actúan como actúan... ni nada de nada. Y tampoco interesa por culpa del autismo narrativo que Velázquez otorga a su obra.
Unos pescan y beben en el río, como los peces del villancico, pero aquí no es agua sino alcohol. Otro demabula por ahí sólo porque, al parecer, tras el accidente sufrido por el coche dónde quizá iba con sus padres (es un suponer, esto...) no sabe avisar a nadie (ningún adulto aparece en la película, obviamente de manera deliberada), y se dedica a vagar por ahí y hasta colarse en una piscina para darse un baño. Una chica escapa de su colegio y se dirige asimismo al Tormes. Los encuentros entre las tres historias son más absurdos si cabe que el resto de la película, así como los escasos diálogos. Un despropósito. Qué razón tiene Boyero...
Era inevitable, tras un buen fin de semana de cine, que llegara la hora del -al parecer imprescindible por parte los organizadores de un festival- cupo de cine inútil, pretencioso, pedante e infumable del que hay representación todos los años en cualquier festival. Qué razón tiene Boyero.
Gabriel Velázquez, director de la única película española presente este año en la sección oficial del festival asturiano, "Iceberg", compone algunos planos visualmente atactivos dentro de un conjunto dominado por la nadería y el vacío. No vale de nada contar con una localización tan atractiva como el salmantino y lazarillesco río Tormes cuando no se tiene nada que contar ni se sabe el modo de hacerlo.
Durante su metraje, asistimos a la narración paralela entre las historias de cuatro adolescentes que no sabemos muy bien qué hacen en ese bosque de la ribera del Tormes (muy "unamuniano" me ha quedado esto), ni dónde están sus progenitores, ni por qué actúan como actúan... ni nada de nada. Y tampoco interesa por culpa del autismo narrativo que Velázquez otorga a su obra.
Unos pescan y beben en el río, como los peces del villancico, pero aquí no es agua sino alcohol. Otro demabula por ahí sólo porque, al parecer, tras el accidente sufrido por el coche dónde quizá iba con sus padres (es un suponer, esto...) no sabe avisar a nadie (ningún adulto aparece en la película, obviamente de manera deliberada), y se dedica a vagar por ahí y hasta colarse en una piscina para darse un baño. Una chica escapa de su colegio y se dirige asimismo al Tormes. Los encuentros entre las tres historias son más absurdos si cabe que el resto de la película, así como los escasos diálogos. Un despropósito. Qué razón tiene Boyero...
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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
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