Alienator (1990)

"Alienator" es un producto sicodelicamente cutre a más no poder. Los efectos especiales son increibles. El carboncillo que utilizan a modo de contorno de ojos para mostrarnos a los presos desvalidos supera cualquier atisbo de imaginación. Las escenas de acción dan verguenza ajena. La historia, el guión o como demonios queramos llamar a este despropósito no hay por donde cogerla. El descojone se va haciendo cada vez más palpable. Los personajes, a cual más sorprendente, chirrían más y más a medida que la "historia" evoluciona. El devenir final, donde el "observador" (y perdón por el spoiler que destroza esta obra maestra) se descubre como el padre de uno de los presos, termina por colocar la guinda a un pastelazo de auténtico lujo.

Si queréis gozar de una auténtica joya del cutrerío más rancio, por dios, vedla, no os arrepentiréis.

Especialista en bodrios de serie Z, desde nudies grotescos a películillas de terror y sci-fi para las estanterias de video-clubs, el amigo Olen Ray nos ofrece una versión de otro horroroso film de serie B de los 50 titulado "The astouding She-monster" (1957). ¡Y eso que era penoso el filme original! ¿Para qué versionarlo?

Aquí tenemos a un actor con deudas -presuntamente- como Jan-Michael Vincent, porque si no es imposible entender porqué participó en este engendro prestando su nombre y efímera popularidad, como una especie de director de un presidio espacial, presumido, sádico, acosador de las empleadas, con unos diálogos de pena. Un presidio cuyas puertas automáticas realmente las abren empujándolas los técnicos del filme- algo que se nota con ese temblor en las mismas- y que, para evitar el ridículo, las dejan en todo el filme semiabiertas. Un presidio que debe ser una fábrica de vigas o algo así ... El alienígena que huye del presidio y llega a la Tierra parece escapado de algún punto de venta de droga en Cañada Real, con un chandal metalizado y unas muecas que da grima verlo. Y la "Alienator" merece un punto y aparte. Una culturista con un tanga minúsculo y una peluca de espanto.

Todo lo que acaece en la Tierra está rodado de noche -para favorecer los sencillos efectos especiales - donde John Phillip Law intenta poner seriedad en un guión penoso y plagado de tópicos, una mezcla barata de "Critters" "Terminator" y "The hidden - Lo oculto", con una referencia bizarra a "Bambi".

No pierdan el tiempo. Salvo que les guste el cine bizarro. Y en eso, Fred Olen Ray es un consumado maestro.